Will lab-grown food really save the planet?

Cita: 

Robinson, Claire [2020], "Will lab-grown food really save the planet?", GM Watch, Reino Unido, 14 de enero, https://www.gmwatch.org/en/news/latest-news/19282-will-lab-grown-food-re...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Enero 14, 2020
Tema: 
Aparentes soluciones tecnológicas para la crisis sistémica
Idea principal: 

Claire Robinson es maestra en Filosofía y editora en GM Watch, blog de noticias e información sobre asuntos relacionados con la modificación genética.


George Monbiot, periodista y ambientalista, causó controversia tras mostrarse a favor del cultivo de alimentos procesados y contraponer las consecuencias negativas que giran en torno del desarrollo de la agricultura, tales como los desbarajustes climáticos, el uso excesivo de agua, la contaminación agroquímica, las erosiones en los suelos y la muerte masiva de millones de insectos.

A través de un artículo publicado en el periódico The Guardian, Monbiot argumenta sobre la posibilidad de que en el futuro la mayoría de los alimentos provengan del procesamiento de formas unicelulares genéticamente modificadas, situación que representaría la cúspide de una enorme transformación económica pues el cultivo de alimentos procesados podría permitir desplazar completamente la actividad agrícola como principal productora de alimentos. De igual manera, a través de la publicación de un documental en el que se visita la empresa generadora de alimentos procesados, Solar Foods, Monbiot analiza las posibilidades que brinda la utilización de biorreactores impulsados por hidrógeno para producir alimentos sintéticos similares a la carne, leche, huevos, harinas, aceite de palma, en cuanto a niveles de proteína se refiere. Añade que dicha alternativa tecnológica es 10 veces más eficiente que el proceso del cultivo de plantas alimentarias, además de que para funcionar requiere un mínimo espacio y de agua electrolizada mediante energía solar.

En suma, Monbiot indica que dicha opción llega justo a tiempo, pues la producción de comida libre de la industria agrícola permitiría regresar vastas áreas de tierra y mar a la naturaleza, con lo cual podría lograrse capturas significativas en las emisiones de carbono de forma natural y masiva.

Contrargumentos

Sin embargo, la postura emitida por Monbiot encontró múltiples críticas. Entre ellas, las realizadas por miembros de Sustainable Foods Trust, organización que defendió la existencia de manejos sustentables en el desarrollo de la actividad agrícola-ganadera y criticó la posibilidad de que la producción de comida procesada siga proliferando.

Joanna Blythmann, locutora y escritora sobre alimentos, criticó el hecho de que capitalistas aventureros radicados en Sillicon Valley utilicen la doctrina propagandística de la inevitabilidad tecnológica para tratar de proyectar sus intereses y ejercer su dominio sobre el futuro.

Mientras que en el caso de un artículo publicado en el blog Regenetarism, la crítica radicó en el hecho de que los “tecnoptimistas” engañen sobre la aparente accesibilidad de esta forma de producción, pues elementos como el requerimiento de cierta infraestructura, la extracción del tipo especial de agua que requiere, la energía y equipos necesarios para permitir la creación de proteínas y carbohidratos, entre otros, la colocan como una alternativa altamente demandante en energía y recursos.

Esta última postura también la comparte el genetista molecular Micheal Antoniou, quien confirma que la manufacturación de proteínas en biorreactores requiere de mucha energía para poder operar, pues el proceso para separar el hidrógeno del agua precisa de cantidades grandes de energía. Un biorreactor pequeño requeriría de 20 000 litros de agua para funcionar, además de otros ingredientes como minerales, vitaminas, aminoácidos y factores de crecimiento, estos últimos con un costo que ronda desde los 131 000 dólares hasta los 4 millones de dólares.

Además de lo costoso, la utilización de biorreactores no parece ser una opción que combata de forma importante el cambio climático. La producción masiva de biorreactores para poder alimentar al mundo requeriría de la extracción de toneladas de minerales, de procesos de tratamiento para lidiar con los desperdicios, así como la utilización de desinfectantes tóxicos, elementos que dejan entrever su posible potencial contaminador.

Sin embargo, otra cuestión atraviesa a la producción de alimentos procesados, en este caso la carne. Aquellos que proponen la creación de carne sintética a través del cultivo de celulares musculares, dejan de lado el hecho de que resulta practicante irrealizable, pues el cultivo de células musculares en condiciones aisladas no permite el crecimiento propicio del nivel de células que demanda el biorreactor. Aunque se está pensando en utilizar células musculares animales genéticamente modificadas para lograr una mayor expansión, la introducción de genes reguladores del crecimiento en dichas células implicaría una potencial considerable de contraer elementos cancerígenos a través del consumo de carne sintética contaminada.

Costos reales no evaluados

De acuerdo con un reporte realizado por The Good Food Institute, la producción de carne a partir de células es capaz de ser competitiva en costos frente la producción convencional de carne a gran escala. Sin embargo, el reporte omite los costos que representan la contratación del trabajo, la energía y gastos necesarios para construir las instalaciones. Por lo que los costos reales de esta industria siguen sin ser evaluados.

Consolidación corporativa

Por su parte, Rebecca Ellis, critica del capitalismo y experta en permacultura, ha puesto el énfasis en que dicha cuestión solo representa la intensificación de sistema capitalista en la industria de los alimentos, así como una movida que busca la consolidación del control corporativo sobre el suministro alimenticio: “el sistema capitalista tiene que ver con la acumulación de riquezas y la persecución del lucro privado, no con andar alimentando a la gente o regenerar la Tierra”.

El engaño ecomodernista

Para Chris Smarje, cientista social y pequeño agricultor, el plan de alimentos libres de procesos agrarios diseñado por Monbiot está condenado al fracaso, pues nunca presenta un plan que detalle como instituir una economía ecológica resiliente. Por el contrario, se establece en el marco de una narrativa salvacioncita frente a un horizonte futuro en el cual el panorama luce desolador.

¿Reconectarse con la naturaleza desconectándose de la naturaleza?

Al mismo tiempo, la crítica realizada por Smarje también apunta a un elemento de consideración importante, pues en tanto la crisis climática y ecológica continúe recrudeciéndose frente un panorama de inacción gubernamental, las simpatías por los arreglos tecnológicos continuarán creciendo en la medida en que aumenten los sentimientos de desesperación y desesperanza.

Mas que una visión romántica sobre las capacidades que otorga la tecnología para resolver mágicamente situaciones dificultosas y complejas, los arreglos tecnológicos constituyen una especie de distracción respecto del trabajo duro que se necesita para remediar la relación que actualmente sostenemos con el planeta. En este sentido, la noción de salvar a la Tierra mediante la producción de alimentos libres de granja no es mejor que la que sostienen algunos expertos sobre la necesidad de colonizar otros planetas para salvaguardar la existencia humana.

El enfocarnos en nuevas soluciones sin haber arreglado el desastre cometido solo nos llevará a recrear los viejos problemas en un nuevo ambiente de alimentos producidos: el consumo y procesamiento de recursos materiales, la contaminación, la consolidación corporativa y la corrupción que busca conseguir grandes lucros.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Tal como lo menciona el artículo, los arreglos tecnológicos que pretenden remediar la crisis anunciada del cambio climático representan una falsa salida al problema de como sortear la demanda predatoria de recursos finitos con que cuenta el planeta. Este tipo de cuestión da pie para problematizar el papel tan relevante que actualmente desempeñan las ciencias duras en la resolución de situaciones complejas y como la actividad acrítica que rodea tales innovaciones está siendo aprovechada por aquellas iniciativas privadas que patrocinan tales desarrollos con la finalidad de asegurar intereses, abrir áreas de oportunidad y obtener lucro de ellas.