Coronavirus Crisis Exposes Cracks in China's Facade of Unity

Cita: 

Yuan, Li [2020], "Coronavirus Crisis Exposes Cracks in China's Facade of Unity", The New York Times, New York, 28 de enero, https://www.nytimes.com/2020/01/28/business/china-coronavirus-communist-...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Enero 28, 2020
Tema: 
La epidemia de coronavirus ha revelado las fisuras y las vulnerabilidades del régimen chino
Idea principal: 

Li Yuan escribe desde Hong Kong la columna New New World para el The New York Times sobre la intersección de la tecnología, los negocios y la política en China y Asia. Antes de empezar a colaborar con New York Times en 2018, trabajó para The Wall Street Journal por 18 años como reportera y editora.

La epidemia de coronavirus ha hecho estallar la fachada de unidad y fortaleza que, a través de un estricto control de la política, la economía y la cultura, el Partido Comunista Chino se había esmerado en proyectar.

A medida que se difunden en internet videos de los médicos en los hospitales en el centro de la epidemia pidiendo provisiones médicas, la crítica al liderazgo chino ha aumentado de parte de los ciudadanos. Incluso, gente cercana al gobierno ha pedido que no se intenten ocultar las divisiones que la epidemia ha llevado a la superficie, sino que se resuelvan. También, algunos periodistas de medios oficialistas reconocen que no existe tolerancia a la pluralidad de opiniones en internet. La crisis ha demostrado que ninguna censura puede ocultar la gran cantidad de fisuras en la estabilidad en China.

Para muchos en redes sociales, la respuesta del liderazgo ante la crisis ha sido lenta y aleatoria, lo que les ha hecho replantearse el viejo contrato que consideran haber hecho con el partido, en el que han comprometido sus derechos individuales a cambio de protección. Por otra parte, las publicaciones críticas con el gobierno que llegan a popularizarse son rápidamente censuradas.

Desde el exterior, occidente se maravilla por la rapidez y la fuerza con que el gobierno chino ha movilizado recursos y construido infraestructura. Incluso, expertos internacionales en salud pública se han declarado impresionados por la rapidez y la escala de la cuarentena, que ha alcanzado a 56 millones de personas, impuesta en una docena de ciudades.

Sin embargo, ésta decidida búsqueda de la eficiencia enmascara problemas profundos. Los videos de propaganda y los nuevos edificios no muestran el precio de las afectaciones que estas medidas han producido. Aunque muchos aún siguen satisfechos con el status quo chino, la epidemia ha comenzado a mermar este respaldo.

En Wuhan, los funcionarios trataron inicialmente de ocultar la gravedad del brote y censuraron información al tiempo que los contagios se extendían por todo el país e incluso internacionalmente. Después, abruptamente se impuso la cuarentena, a pesar que millones de ciudadanos ya habían abandonado la ciudad para celebrar el año lunar chino. Las restricciones al tráfico complicaron a muchos sus traslados al trabajo o a buscar atención médica.

También, el sistema de salud de Wuhan se vio rebasado. Los ciudadanos chinos vieron sorprendidos cuando, incluso en ciudades como Beijing, los médicos empezaron a solicitar por redes sociales donaciones de insumos médicos cuando estas se terminaron en los hospitales. Muchos ciudadanos frustrados reclamaron por el Estado poderoso y omnipresente que les fue vendido por la propaganda.

Mientras tanto, el liderazgo chino parece fuera de lugar. Con la crisis nacional en curso, la primera plana del Diario del Pueblo en la última semana de enero alabó a la dirección del Partido pero evitó mencionar a Wuhan.

Por otra lado, se ha extendido cierta nostalgia entre los ciudadanos por el desempeño de los antiguos liderazgos que afrontaron el brote de SARS 17 años atrás. Parece no recordarse que el Partido intentó ocultar ese brote por tres meses, pero este olvido no sorprende en un país en el que la historia es frecuentemente reescrita para servir los intereses del Partido.

La policía, por su parte, ha detenido y multado a más de 40 personas en pocos días, supuestamente por esparcir rumores, muchos de estos relacionados con casos confirmados de coronavirus. De la misma forma, varios periodistas de investigación se ha quejado de que es imposible conseguir entrevistas con médicos y trabajadores de la salud en Wuhan pues temen represalias del gobierno.

Sin embargo, muchos chinos aún tienen fe en el poder del gobierno central. Sobre todo después de la visita del Premier Li Keqiang a Wuhan. Lo que les ha hecho pensar a muchos que el gobierno podrá remontar la situación y presentarse como el salvador del pueblo, como siempre.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El sorpresivo brote de esta nuevo virus en China podría modificar el desarrollo de la disputa hegemónica en curso. Para el Partido Comunista Chino se ha hecho evidente que la censura y las herramientas de inteligencia artificial que se están empleando para vigilar a sus población no son efectivos en predecir este tipo de acontecimientos que podrían, de agudizarse, detonar cambios políticos aprovechando las fisuras del orden existente en China. Sin mencionar las terribles consecuencias económicas que este evento está generando con la cuarentena de 56 millones de personas.