Adam Satariano es corresponsal de temas tecnológicos para New York Times en Europa, donde cubre temas como políticas sobre tecnología, privacidad, desinformación, entre otras.

Recientemente el Departamento de Policía de Londres anunció que empezaría a utilizar sistemas de reconocimiento facial mediante la instalación de videocámaras en las calles para ubicar a sospechosos criminales, algo que causó polémica dado que tales niveles de vigilancia solo se encuentran en países como China.

La utilización de dichos dispositivos es una cuestión que ha empezado a desatar debates a nivel global, particularmente sobre la relación conflictiva que implica el mantener la seguridad sin afectar la privacidad. Mientras que los departamentos de policía alrededor del mundo abrazan la posibilidad que ofrecen estas alternativas tecnológicas para constituir equipos policiales modernos y atrapar a criminales que de otra manera podrían evitar las detenciones, los críticos subrayan que la invasión a la privacidad, su imprecisión, así como la introducción de estas tecnologías sin que se suscite un amplio debate público, constituyen unos de sus principales puntos controversiales.

Aunque la vigilancia policial es algo tolerado en vista del historial de ataques terroristas que han sucedido recientemente en la isla británica, el aumento de la criminalidad en los últimos años es un factor que ha justificado la implementación de estas tecnologías por parte de la Policía Metropolitana, la cual asegura, mejorará su efectividad. La razón para creer en ello radica en que a diferencia de los sistemas implementados en otras partes del mundo que funcionan mediante la comparación de imágenes tomadas con la información registrada en la base de datos, la tecnología que operará en la capital inglesa trabajará en tiempo real e identificará inmediatamente a la persona.

China, y posteriormente otros países occidentales, han empezado a utilizar los sistemas de reconocimiento facial, principalmente los impulsados por la compañía Clearview AI. De acuerdo con una investigación realizada por New York Times, cerca de 600 agencias vinculadas al cumplimiento de la ley utilizan los dispositivos desarrollados por tal compañía. Sin embargo, la utilización de sistemas de reconocimiento facial en tiempo real como el utilizado en Londres es menos común. NEC, compañía japonesa encargada de desarrollar servicios biométricos y de reconocimiento facial, fue la encargada de proveer tal tecnología a la capital inglesa. Ciudades como Surat en India, Cardiff en Wales y el país de Georgia, también son algunos de los clientes que ya utilizan los servicios de la compañía japonesa.

Debido a esto, grupos a favor de la privacidad radicados en Londres amagan con tomar acciones legales para detener el despliegue dicho software. Organizaciones como Big Brother Watch han denunciado que el despliegue de vigilancia estatal masiva constituye una amenaza seria a las libertades civiles. Mientras que algunos investigadores han encontrado algunos problemas con los sistemas de reconocimiento facial, incluidos los relacionados con algunas dificultades para identificar a gente que no es blanca. Daragh Murray, profesor titular de la Universidad de Essex, realizó un reporte independiente sobre un proceso judicial en el cual encontró que de 42 identificaciones realizadas con el software de reconocimiento facial, solo 8 fueron correctas.

La falta de certidumbre legal respecto al uso de esta tecnología, los amplios márgenes de su utilización y la falta de transparencia sobre los mecanismos que utilizaría la policía para decidir que personas estarán en la lista de vigilancia, son algunas de las cuestiones que han orillado a declarar una moratoria en el uso de estos sistemas en tanto no se cuente con una revisión mucho más completa del asunto, según declaró Tony Porter, comisionado para la vigilancia con cámaras.

En tanto, la Oficina del Comisionado de Información, el órgano regulador más importante del país, ha dicho que estará observando la manera en que dicha implementación tomará lugar en Londres. Sin embargo, el mismo ha indicado que el cuerpo de policía británico ha dado garantías de que se tomaran las medidas necesarias para disminuir los riesgos vinculados a la violación de la privacidad y de datos personales.