400-pound rivals. China views Donald Trump's America with growing distrust and scorn. And cynics in Beijing hope for his re-election

Cita: 

The Economist [2020], "400-pound rivals. China views Donald Trump's America with growing distrust and scorn. And cynics in Beijing hope for his re-election", The Economist, London, 2 de enero, https://www.economist.com/china/2020/01/02/china-views-donald-trumps-ame...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 2, 2020
Tema: 
Pugna hegemónica entre China y Estados Unidos.
Idea principal: 

Los líderes de China usan términos recatados y técnicos para describir su confrontación con Estados Unidos: en reuniones privadas, critican a ese país por responder al ascenso de China con ansiedad estratégica o miedo, ante el monumental crecimiento económico del país asiático.

Sin embargo, existe una serie de cálculos sobre China que comenzaron antes de que Trump se convirtiera en presidente y permanecerán después de las elecciones de noviembre de 2020. China ha crecido a un ritmo fuerte y rápido, siendo Estados Unidos el único país que podría desafiar al país asiático.

Se pone difícil

China no busca una pelea ahora porque sabe que Estados Unidos es capaz de infligir daño de una magnitud muy seria, ya que ejerce un poder económico, financiero y militar aún inigualable. Sin embargo, los funcionarios y académicos chinos ya no ocultan su descontento con Estados Unidos.

De esta manera, China mantiene un compromiso en temas internacionales con los principios liberales, por ejemplo: al dirigirse a los extranjeros, sus líderes mencionan su compromiso con el libre comercio, la apertura del mercado y la globalización. Sin embargo, en el aspecto nacional traicionan esta agenda, ya que pretenden que las empresas chinas (con el apoyo estatal) sean dominantes en los sectores manufactureros de alto valor y que éstas dejen de depender de Estados Unidos para tecnologías vitales.

La nota señala que antes de que Trump fuera presidente, China llevó a cabo políticas como "innovación local" y "fusión civil-militar". Y después, cuando empezó la guerra de aranceles en 2018, aceleró los esfuerzos para hacer que el país fuera autosuficiente en sectores de alto valor, creando cadenas de suministro controlables, seguras y efectivas.

Por décadas los funcionarios chinos han visto cómo las relaciones con Estados Unidos han estado en constante vaivén: con períodos de hostilidad (durante las elecciones estadounidenses, cuando los candidatos prometían proteger a los trabajadores de la competencia desleal de China) y una voluntad de resolver los desacuerdos. Por esta razón, los funcionarios chinos acusan a Trump y a su equipo de buscar la cooperación sólo cuando sirve a un Estados Unidos coercitivo y también perciben a este país como un mal perdedor. Según China, las empresas estadounidenses han obtenido grandes ganancias en este país, pero ahora Estados Unidos observa que los chinos también compiten por estas ganancias estableciendo estándares globales para futuras tecnologías.

Los funcionarios chinos también señalan que las autoridades de Estados Unidos no educaron a sus trabajadores, permitieron que las desigualdades crecieran y nunca se construyeron redes de seguridad social para ayudar a sobrellevar las consecuencias de la globalización, y ahora, presentan a China como chivo expiatorio de los problemas antes mencionados.

Los funcionarios chinos se preocupan por las consecuencias de una guerra tecnológica con Estados Unidos y de una lucha total por la hegemonía mundial, más que cualquier lucha arancelaria porque creen que Trump perderá su influencia con el tiempo, ya que se preocupa más por el impacto en los estados agrícolas y en los lugares donde necesita más votos.

En cuestiones de política exterior, los gobernantes de China dividen a las otras potencias extranjeras en "amigos de China" y "fuerzas anti-China", según la nota. Así, quienes están al mando del Partido Comunista han aprendido que una estrategia importante y eficaz es desplegar enviados extranjeros individuales, directores ejecutivos y líderes políticos para que puedan convertirse en defensores confiables de China.

En el caso estadounidense, se considera que sólo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, tiene un enfoque positivo respecto a China ya que representa la idea de priorizar las ganancias a toda costa. De esta manera, hay empresas que dependen en gran medida de este país asiático como base de suministro y mercado, desde Apple hasta General Motors. Sin embargo, la idea de priorizar las ganancias se está cuestionado en lo que la nota llama el "nuevo y populista" Washington, donde incluso los miembros republicanos del Congreso exhortan a los empresarios a que le den más importancia al interés nacional estadounidense en sus tratos con China.

China puede vivir con el “primero Trump”

Después de dilucidar la relación China-Estados Unidos en la era Trump, los líderes en chinos han llegado a la conclusión de que Trump no es aliado de China ni un halcón anti-China, es decir, alguien que desaprueba las políticas del partido por principios ideológicos. Esencialmente, Trump es visto como un amigo de Trump, o sea, un hombre cuyo interés propio es su único instinto confiable.

Los líderes chinos están preocupados por el vicepresidente, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, ya que ambos se identifican como cristianos evangélicos anticomunistas, con ambiciones de suceder a Trump en 2024. Además, Pence y Pompeo son acusados de llevar a cabo las críticas a China por su gobierno en la región occidental de Xinjiang; de incitar a los manifestantes en favor de la democracia en Hong Kong, a quienes China llama terroristas y separatistas, y de advertir a otros países que tengan cuidado con los préstamos y la tecnología chinos.

En cuanto a las próximas elecciones estadounidenses: los funcionarios chinos que favorecen la reelección de Trump esperan que se aleje de los halcones; sin embargo, su verdadera preocupación es que gane un candidato demócrata ya que podría darle mayor peso a la narrativa de los derechos humanos, laborales y ambientales.

De esta manera, es poco estratégico que China enfrente a los halcones en Washington y que ambos países se enfrenten en una nueva guerra fría, en la que el mundo se divide en campos rivales. Por el contrario, China cree que la mayoría de las naciones no querrían elegir estos dos países, al menos por ahora. China desarrolla su fuerza y trata de construir alternativas al poder estadounidense financiero. Por ejemplo, pretende desarrollar su propia tecnología blockchain y sistemas de pago internacionales.

Finalmente, la nota señala que no se ha perdido interés en la oferta que China hizo a los predecesores de Trump, que involucra un nuevo modelo de relaciones de gran poder, es decir, dividir al mundo en esferas de influencia geopolítica. Mientras que otros enfatizan el derecho de China a cambiar las reglas de la globalización. Lo anterior, señala la nota, sería razonable si no fuera porque el objetivo de China es hacer que el mundo sea seguro para el capitalismo de un estado tecno-autoritario. De esta manera, Estados Unidos es visto como un obstáculo para el ascenso de China, lo que significa que se avecinan disputas.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este análisis de coyuntura puede echar luz sobre la postura de los altos mandos chinos respecto a la actual pugna hegemónica entre Estados Unidos y China. De esta manera, los temas que preocupan a los líderes chinos tienen que ver con la próxima elección presidencial estadounidense y cómo afectaría eso a la relación. Al parecer podrían lidiar con Trump, si se alejara de la influencia de los funcionarios conservadores; sin embargo, una opción demócrata podría complicar el asunto.