In Coronavirus Fight, China Gives Citizens a Color Code, With Red Flags

Cita: 

Mozur, Paul, Raymond Zhong y Aaron Krolik [2020], "In Coronavirus Fight, China Gives Citizens a Color Code, With Red Flags", The New York Times, New York, 1 de marzo, https://www.nytimes.com/2020/03/01/business/china-coronavirus-surveillan...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Marzo 1, 2020
Tema: 
Un nuevo sistema de control de cuarentenas en China utiliza Big Data para determinar el nivel de aislamiento de los ciudadanos, lo que sienta un funesto precedente para el control social automatizado
Idea principal: 

Sobre los autores

Paul Mozur es corresponsal de tecnología en Asia para The New York Times desde 2014. Vive en Hong Kong, desde donde da cobertura a la imbricación entre tecnología y geopolítica, a las compañías de tecnología asiáticas, así como a temas como ciberseguridad y censura. Anteriormente trabajó como reportero para The Wall Street Journal en China y Taiwán y fue asistente editorial en el Far Eastern Economic Review.

Raymond Zhong es reportero de tecnología para The New York Times desde 2017, anteriormente trabajó para The Wall Street Journal desde Nueva Delhi.

Aaron Krolick es periodista en The New York Timesdesde 2015, vive en Nueva York desde donde escribe sobre ciencia, tecnología y medios.


En China, al tiempo que se alienta a los ciudadanos a volver al trabajo a pesar del coronavirus, se ha comenzado a utilizar un sistema que por medio de un software en los teléfonos inteligentes de los ciudadanos determina si estos representan algún riesgo de contagio del virus. Además, un análisis realizado por The New York Times encontró que el sistema, mientras decide en tiempo real si el usuario representa algún tipo de riesgo de contagio, comparte información con la policía, sentando nuevas formas de control social automatizado que podrían persistir aun después de controlada la crisis epidemiológica.

El Código de Salud de Alipay, como se le conoce al sistema en China, fue aplicado primero en la ciudad de Hangzhou como parte de un proyecto conjunto del gobierno local y Ant Financial, una compañía hermana de Alibaba. Actualmente se implementa en 200 ciudades por todo el país. Los usuarios se registran a través de Alipay, el monedero electrónico de Ant Financial, y el sistema les asigna un código de color (verde, amarillo y rojo) que indica su estado de salud. Sin embargo, no se ha explicado cómo es que el sistema clasifica a las personas, lo que ha causado desconcierto entre quienes son obligados a aislarse. Mientras que el envío de los datos de los usuarios a las autoridades erosiona aún más la delgada línea que separa a los gigantes tecnológicos chinos con el Partido Comunista de China.

Según los autores, en un análisis del software realizado por The New York Times se encontró que una parte del programa etiquetada como “reportInfoLocationToPolice” envía la localización del usuario a la policía. Ademas, Xinhua, la agencia estatal de noticias, ha reconocido que la policía participó en el desarrollo del sistema.

Tal como ha pasado con otros eventos, como la Olimpiada de Beijing en 2008 o la Exposición Mundial de Shanghai en 2010, esta nueva forma de monitoreo y vigilancia crea un precedente histórico que seguramente se prolongará más allá de la crisis de coronavirus. Por su parte, Ant Financial ha declarado que todos los desarrolladores que trabajan en el Código de Salud obedecen las directivas de seguridad y privacidad de la compañía y que la colaboración entre el sector privado y el público es una práctica común en el control de epidemias a nivel global.

Debido a que el brote del virus expusó los límites del costoso sistema de vigilancia y control social chino, pues el sistema de reconocimiento facial ha sido neutralizado por el uso de mascarillas faciales, China ha doblado esfuerzos para asegurar que los ciudadanos dejen huellas digitales donde quiera que vayan, con ayuda de controles humanos. Por todo el país, empleados en las estaciones de tren y en las entradas de los complejos residenciales registran los nombres, números de identidad, números de contacto y detalles sobre viajes recientes de los ciudadanos y residentes. Incluso, en algunas ciudades, los ciudadanos tienen que registrar su número de teléfono en una aplicación para poder hacer uso del transporte público.

Por su parte, los creadores del Código de Salud de Alipay dicen que el sistema usa big data para determinar automáticamente si alguien representa algún riesgo de contagio. Después que los usuarios llenan una forma en Alipay con su información personal, el software genera un código QR en uno de los tres colores. El código verde habilita a los usuarios a una movilidad irrestricta, mientras que el amarillo pide al usuario permanecer en casa por una semana y el rojo significa una aislamiento de dos semanas. En ciudades como Hangzhou es casi imposible desplazarse sin mostrar el código de Alipay. Mientras que en las calles la propaganda oficial recuerda que los ciudadanos que tienen código amarillo o rojo tienen que reportarse inmediatamente a las autoridades.

Según las autoridades, en la provincia de Zhejiang, más de 50 millones de usuarios se han registrado en el sistema, lo que representa casi el 50% de la población de la provincia. El 98.2% de estos usuarios tienen código verde lo que significa que hay cerca de un millón de personas con código amarillo o rojo.

En la página web oficial del sistema se dice que los códigos amarillos y rojos son asignados a personas que tuvieron contacto con personas infectadas o que visitaron una zona en cuarentena, o bien, que reportaron algún síntoma al registrarse al sistema. SegúnThe New York Times, la información en esa misma página parece sugerir que los datos disponibles de reservaciones de avión, tren o autobús de los usuarios son contrastados con los casos de coronavirus para determinar si esa persona tuvo contacto con alguien infectado.

Por otro lado, el análisis del software realizado por el New York Times encontró que cada vez que el código de los usuarios es escaneado, en uno de los retenes que se han implementado, su ubicación es enviada a los servidores del sistema lo que permite a las autoridades seguir los movimientos de los ciudadanos en tiempo real.

Ant Financial se ha negado a responder a las preguntas sobre el funcionamiento del sistema, aduciendo que es el gobierno quien estipula las reglas de control de datos. Alipay tiene más de 900 millones de de usuarios en China. Ant es en parte propiedad de Alibaba, cuyas acciones son propiedad de grandes inversionistas internacionales. Por su parte, el gigante de internet Tencent, que maneja la aplicación de mensajería WeChat, con más de mil millones de usuarios, también ha colaborado con el gobierno para desarrollar su propio sistema similar al Código de Salud de Ant Financial.

Según la agencia estatal Xinhua, el sistema se estrenó en Hangzhou el 11 de febrero y una semana después ya estaba siendo usado en 100 ciudades chinas, aunque es probable que algunas lo aplicaran de una forma menos estricta. Sin embargo, desde los primeros días el sistema ha generado muchas quejas y molestias en la población. Muchos se han quedado atrapados en sus pueblos natales, sin poder regresar a sus trabajos y hogares debido a que el sistema les asignó un código rojo. Muchos de ellos no presentan síntomas y desconocen la causa por las que se les impone el aislamiento. Algunos han señalado que el sistema reproduce un prejuicio regional, pues divide a la gente de acuerdo a su lugar de procedencia. Otros, sin embargo, consideran que a la luz de la epidemia el sistema tiene sentido aunque les ha generado molestias.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La actual crisis generada por el brote de Covid-19 ha generado una oportunidad para que el Partido Comunista y diversos empresas de tecnología chinas experimenten con nuevos sistemas de vigilancia y control generalizadas, que llevan un registro de la localización y los movimientos de los ciudadanos. Es relevante para el proyecto investigar las relaciones que estas empresas establecen con el Estado chino para implementar y desarrollar estos sistemas, así como su posible aplicación fuera del marco de la pandemia.