Will Germans trade privacy for coronavirus protection

Cita: 

Prange, Astrid [2020], "Will Germans trade privacy for coronavirus protection?", Deutsche Welle, Bonn, 29 de marzo, https://p.dw.com/p/3a8wz

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Domingo, Marzo 29, 2020
Tema: 
Debate en Alemania sobre el uso de datos personales para enfrentar al COVID-19.
Idea principal: 

El parlamento alemán debate si Alemania debe vigilar digitalmente a sus ciudadanos como medida contra el coronavirus. Jens Spahn, ministro de Salud, dijo al periódico Die Zeit que los alemanes observaron cómo un país democrático como Corea del Sur pudo combatir el virus utilizando datos de teléfonos celulares: ayudó a las autoridades coreanas a rastrear rápidamente a quienes habían entrado en contacto con personas infectadas y a detectar posibles propagaciones. Spahn propone hacer lo mismo para Alemania.

¿Menos privacidad, más libertad?

Christof Stein, portavoz Ulrich Kelber, comisionado federal para la protección de datos, contradijo directamente la opinión de Spahn, comentando que el gobierno alemán no debe permitir que el miedo ponga en peligro la protección de datos. Además, si los nombres de los infectados se anunciaran en la radio, muchas personas lo encontrarían fuera de lugar.

A finales del mes de marzo de 2020, el gobierno alemán aprobó una enmienda a la ley vigente del país sobre protección contra el COVID-19: la ley contenía una cláusula que permitía el seguimiento de la ubicación de las personas, pero se eliminó por las críticas que generó.

Asimismo, Stein dijo que el rastreo de teléfonos celulares no es práctico: los datos se recopilan en torres de celulares que cubren un área muy grande, por lo que no se puede saber si dos personas están paradas una al lado de la otra o entre calles.

Absurdos cierres de fronteras

Byung-Chul Han, filósofo y teólogo germano-coreano encuentra extraño el debate sobre la privacidad de los datos en Alemania: para él, la forma en que los gobiernos reaccionan y toman medidas ante la crisis es una expresión de las diferentes mentalidades detrás de las tradiciones culturales asiáticas y europeas.

Han criticó la respuesta europea diciendo que en Taiwán y Corea del Sur no es ilegal salir de casa y las tiendas y restaurantes permanecen abiertos: el Big Data es mucho más efectivo para combatir el virus que los absurdos cierres de fronteras en Europa.

Según Han, los especialistas en software en los países asiáticos también forman parte del equipo que se propone a enfrentar la crisis causada por el coronavirus, mientras que sus ciudadanos son mucho menos críticos cuando se enfrentan con problemas de privacidad.

Lo anterior se explicaría entendiendo la tradición confuciana y autoritaria en Taiwán, Singapur, Corea del Sur, Japón y China: la gente tiende a confiar más en el estado y se ve a sí misma como un colectivo, por lo que el individualismo es mucho menos pronunciado.

No hay una app para eso

Varios institutos de investigación en toda Europa están trabajando para encontrar una herramienta digital que pueda ayudar a detener la expansión del coronavirus. Por ejemplo, el Instituto Fraunhofer Heinrich Hertz trabaja para desarrollar una aplicación que permita almacenar de forma anónima información sobre la proximidad y la duración de contactos interpersonales.

La gerente de innovaciones de ese instituto menciona que la aplicación no utiliza ningún servicio de ubicación (como GPS) y que los datos permitirán a los funcionarios de salud reconstruir digitalmente la cadena de infección. De esta manera, la aplicación se puede usar voluntariamente y cumple con todas las leyes alemanas de protección de datos.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Esta nota es muy interesante porque pone de relieve un debate de nuestros tiempos, es decir, la instrumentalización de la tecnología, producida por corporaciones (big data en este caso), para fines políticos o sociales en el mundo globalizado, así como, la privacidad individual.

De discute lo anterior en el marco de la pandemia del COVID-19, la cual ha puesto en jaque los efectos de la era globalizada: el libre tránsito de personas, las telecomunicaciones, la infraestructura, los medios de transporte a escala global, el sistema financiero, la deslocalización de la producción, etc.

Pensar en este fenómeno desde las ciencias sociales es de suma importancia porque los cambios en la realidad están modificando concepciones o los saberes que se creían establecidos, ya sea por una objetivización social de las instituciones o una imposición de relaciones de poder.

Por ejemplo, las nociones liberales de Estado y soberanía de este momento histórico, tema tocado por Byung-Chul Han en su análisis, que hace referencia a lo absurdo que es cerrar las fronteras europeas en plena globalización como medida contra la crisis de salud. Además, es alarmante su idea en la que señala que el Estado autoritario (en el sentido que utiliza arbitrariamente los datos de los ciudadanos), de los países asiáticos puede ser exportado o apuntalado como modelo (por lo menos en el sentido de generar una estrategia para evitar los contagios entre las personas), lo cual, choca con la idea de la privacidad de los datos y otras nociones liberales.

En este sentido, es relevante comprender lo mencionado anteriormente tomando en cuenta la situación actual del capitalismo. Por lo que es necesaria una visión multidisciplinaria para analizar su complejidad, ya que el ámbito económico sólo es un aspecto de varios (los cuales pueden ser políticos, sociales, culturales y hasta biológicos).

Cabe mencionar que para David Harvey analizar al capitalismo (que es una espiral de infinita expansión) en sus momentos de producción, consumo, distribución y reinversión con otros elementos como las rivalidades geopolíticas, instituciones financieras, desarrollos desiguales geográficos y reconfiguraciones tecnológicas; tiene que ir de la mano, también, con el análisis de la reproducción social, la situación de la naturaleza y varios tipos de formaciones culturales, religiosas o científicas.