Social Distancing? You Might Be Fighting Climate Change, Too

Cita: 

Schwartz, John [2020], "Social Distancing? You Might Be Fighting Climate Change, Too", The New York Times, New York, 13 de marzo, https://www.nytimes.com/2020/03/13/climate/coronavirus-habits-carbon-foo...

Fuente: 
Otra
Tema: 
Posible disminución en la emisión de gases de efecto invernadero por aislamiento social
Idea principal: 

John Schwartz ha sido colaborador para The New York Times por 20 años, enfocándose en la ciencia y el cambio climático.


El texto comienza preguntándose si el aislamiento social podrá generar una disminución en las emisiones individuales de gases de efecto invernadero (GEI), y sí esto a su vez podría impactar en las consecuencias el cambio climático. Kimberly Nicholas, investigadora en el centro de estudios de sustentabilidad de la universidad de Lund, menciona 3 actividades que representan la mayor parte de nuestra nuestras emisiones de carbono: viajes en avión, en automóvil y el consumo de productos provenientes de animales. Nicholas dice que dejar esto representa un ahorro climático, y añade que quienes intentan evitar el coronavirus están a una actividad de seguir este camino. También Christopher Jones, desarrollador principal en CoolClimate Network, opina que las precauciones de escuelas y negocios tienen como fin el salvar vidas, y agrega que las acciones que toman los individuos podrían tener como beneficio reducir su huella de carbono, aunque también podrían ser insignificantes o elevarse.

Schwartz señala 4 áreas en las que podría haber cambios en las emisiones de gases de efecto invernadero por la pandemia:

1. Transporte
La doctora Nicholas señala que para la mayoría de los estadounidenses usar el auto representa la mayor fuente de emisiones de GEI, por lo que pasar más tiempo en casa y no desplazarse en carro o en avión representa un gran impacto para la disminución de contaminación. También expresa, que un viaje redondo de Nueva York a Londres produce la misma cantidad de GEI que lo que se ahorra en 8 años de reciclaje. Sin embargo, para el doctor Jones los efectos del transporte dependen del lugar en donde vives. Menciona que para el 50 por ciento de estadounidenses que viven en suburbios o en áreas rurales acabar con los viajes diarios significa manejar menos, pero para el otro 50 por ciento de que viven en ciudades, evitar el desplazamiento cotidiano no tiene el mismo efecto en cuanto a emisiones, debido a que independientemente de que se tome o no el tren este va seguir en funcionamiento.

2. Comida
El doctor Jones realizó una investigación sobre las consecuencias en términos de GEI sobre cenar fuera o dentro de casa, pero señala que los resultados son confusos, ya que al comparar las ventajas de eficiencia de cenar fuera se debe tomar en cuenta las emisiones que produces al manejar, mientras que se debe tomar el cuenta el desperdicio de comida que se genera al hacerlo desde casa y señala que desperdiciamos el 25 por ciento de la comida que compramos. Por otro lado, Nicholas señala que no es tan importante donde comes, sino, lo que comes. Un bistec tiene un mayor impacto que productos con un lugar inferior en la cadena alimenticia.

3. Hogar
Para Jones el lugar en donde vives significa la determinante sobre tus emisiones de GEI, debido a que si en el lugar donde habitas es frío, calentar tu casa significará un mayor impacto que el ahorro de emisiones al quedarte en ella. Así como también es importante la forma en que se produzca la energía en el lugar donde vives, si esta producción depende del uso de carbón o de energías renovables.

4. Consumo
El trabajar desde la privacidad del hogar puede generar un aumento del consumo en línea, y quizá conlleve a un mayor gasto, pero para la doctora Nicholas esto puede ser bueno para el ambiente, debido al desarrollo de la logística para las entregas y al menor tránsito de vehículos. Por lo que señala que ordenar en mayores cantidades puede reducir el numero de viajes.

Charles Duhigg, autor del libro The Power of Habit (2014), menciona que los hábitos construidos a lo largo de una vida son difíciles de dejar, por ello, el autor se cuestiona cuanto tiempo permanecerá este comportamiento de bajas emisiones. Duhigg añade que a menos que exista una fuerte recompensa por el nuevo comportamiento, los viejos hábitos volverán a la normalidad. También menciona que aunque no existe un tiempo exacto para la generación o cambio de hábitos, de extenderse lo suficiente podría suceder y menciona el ejemplo de estrechar las manos, hábito que para próximas generaciones podría parecer algo anticuado. Prácticas como la videoconferencia y la telecomunicación pueden ganar terreno, ya que para Duhigg esto representa una ganancia de tiempo y problemas. Aunque duda sobre el cambio en el comportamiento de los viajes de placer y la preferencia de quedarse en casa sin vacaciones.

Por otro lado, para Nicholas el mejor resultado de la pandemia es encontrar nuevas formas de trabajar, colaborar, estudiar y compartir sin la necesidad de trasladarse físicamente. Mientras para Michael Osterholm, director del centro de investigación de enfermedades infecciosas y política de la universidad de Minnesota, menciona que a pesar de la desafortunada manera en que aprendemos, incluso en crisis trágicas nada se desperdicia y se pueden tomar importantes lecciones sobre lo que hacemos, como lo hacemos y en donde.

Trabajo de Fuentes: 

Duhigg, Charles [2014], The power of habit, New York, Random House Trade, 383 pp.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La reacción mundial ante la pandemia del coronavirus representa un respiro en términos generales ante la urgencia del cambio climático, pero la perspectiva presentada por el autor desde el primer mundo, acota el presente análisis a determinadas sociedades donde se puede continuar con el consumo prescindiendo del trabajo (fuera de casa). Por otro lado, la profundización de la crisis civilizatoria va depender de la forma en que se acuerden las relaciones entre empresas y Estados, además de la forma en que las sociedades retroalimenten el proceso.