Made in China. Will the Wuhan virus become a pandemic

Cita: 

The Economist [2020], "Made in China. Will the Wuhan virus become a pandemic?", The Economist, London, 30 de enero, https://www.economist.com/leaders/2020/01/30/will-the-wuhan-virus-become...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Enero 30, 2020
Tema: 
Covid-19, su expansión y retos.
Idea principal: 

Esta nota señala que por qué una nueva enfermedad infecciosa es tan alarmante, en este caso el COVID-19 (ver Dato crucial 1):

1. La enfermedad se propaga exponencialmente: a medida que los casos aumentan, se especula sobre un colapso de la atención médica, agitación social-económica y una pandemia mortal.

2. La incertidumbre: el hecho de que los datos sean escasos y los informes confidenciales significa que no se pueda descartar el peor de los escenarios, y que circule la información falsa o imprecisa.

La incertidumbre no deja conocer las propiedades fundamentales de la enfermedad, incluyendo: cómo se transmite y qué porcentaje de personas infectadas muere. En medio de esta incertidumbre, la Universidad Johns Hopkins realizó una simulación de un brote de un coronavirus en octubre de 2019 que predijo que 65 millones de personas perderían la vida.

Aunque hay muchas preguntas por ser contestadas, queda claro que la enfermedad se ha arraigado en China y existe un alto riesgo de propagarse por todo el mundo, incluso puede convertirse en una infección estacional recurrente; además, a corto plazo, la pandemia afecta a la economía mundial y también podría tener efectos políticos en China.

El origen del virus sigue siendo desconocido. El artículo plantea que el COVID-19 probablemente se originó en murciélagos; circuló a través de mamíferos, y terminó en el mercado de Wuhan, donde se venden animales salvajes. Los síntomas del virus se parecen a la gripe, pero pueden derivar en una neumonía (ver Dato crucial 2).

La mayor incertidumbre es cuántos casos han quedado sin registrar: según la nota, en China la atención primaria de salud es rudimentaria y algunos de los enfermos evitaron o fueron rechazados de los hospitales ocupados. Muchos más pueden tener síntomas tan leves que no se dan cuenta de que tienen la enfermedad. Los modelos académicos de Hong Kong sugirieron que a partir del 25 de enero de 2020 decenas de miles de personas serían infectadas y que la epidemia alcanzaría su punto máximo en unos pocos meses, pero también que resultaría menos letal, porque el número de muertes debe medirse frente a una base de infecciones mucho mayor.

En China, los científicos han comenzado a trabajar en vacunas y en tratamientos para hacer que las infecciones sean menos graves; sin embargo, eso tomará meses, lo cual ha llevado a Wuhan y el resto de la provincia de Hubei a entrar en cuarentena. El impacto de tales medidas se ha extendido por toda China: las vacaciones de primavera se han extendido, las escuelas y negocios se mantienen cerrados, la economía funciona con la entrega a domicilio de alimentos y bienes.

Los científicos chinos han manejado mejor sus investigaciones sobre el COVID-19 que la del SARS en 2003, ya que lo detectaron rápidamente y han identificado la secuencia de su genoma. Así, otorgaron kits de diagnóstico e información a organismos internacionales.

Sin embargo, los políticos de China han sido criticados por descuidar los mercados llenos de animales salvajes que engendraron el SARS. Con el COVID-19, los funcionarios locales en Wuhan primero restaron importancia a la ciencia y luego, cuando la enfermedad se expandió, promulgaron la cuarentena completamente ocho horas después de anunciarla.

Esta medida está teniendo un costo considerable. El crecimiento de China en el primer trimestre de 2020 podría caer hasta 2%. Como China representa casi una quinta parte de la producción mundial, probablemente habrá una notable abolladura en el crecimiento global.

El artículo predice que aunque la economía se recupere cuando el virus se combata, la reputación del Partido Comunista de China e incluso de Xi Jinping puede ser duraderamente afectada.

El costo económico dependerá de que los gobiernos desaceleren la propagación de la enfermedad y la forma de hacerlo es aislando los casos tan pronto como surjan y poniendo en cuarentena a las personas con las que las víctimas han estado en contacto.

Se predice que la epidemia podría ser grave: algunos sistemas de salud, en África y los barrios bajos de las vastas ciudades de Asia, no podrán aislar a los pacientes y rastrear contactos. Asimismo, no se sabe si el virus muta para volverse más transmisible o letal.

Y aunque las respuestas a la contingencia parecen ser rápidas, el COVID-19 y el contagio de otros virus a la actividad económica y social de las personas pueden causar un gran daño económico: una estimación pone su costo en 60 mil millones de dólares al año.

Datos cruciales: 

1. El número de casos COVID-19 reportados aumentó de 282 el 20 de enero de 2020 a casi 7 800 sólo nueve días después. En ese tiempo, cuatro casos reportados fuera de China continental se multiplicaron a 105 en 19 territorios.

2. Alrededor de 20% de los casos reportados de COVID-19 son graves y necesitan atención hospitalaria; cerca de 2% de estos han sido fatales. Hasta el momento, no hay vacuna o tratamiento antiviral.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La nota señala dos puntos importantes sobre la expansión del COVID-19 y la alarmante incertidumbre informativa sobre la pandemia. Se centra en las acciones iniciales que China llevó a cabo respecto a la cuarentena en Wuhan.