Pandemic geopolitics. Is China winning?

Cita: 

The Economist [2020], "Pandemic geopolitics. Is China winning?", The Economist, London, 16 de abril, https://www.economist.com/leaders/2020/04/16/is-china-winning

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Abril 16, 2020
Tema: 
China y Estados Unidos: respuestas a la pandemia global.
Idea principal: 

El año inició de manera desafortunada para China, y aunque la expansión de COVID-19 hizo creer a algunos que sería algo parecido al desastre de Chernobyl, los resultados indican que estaban equivocados.

Después de su discusión inicial, el Partido Comunista Chino impuso rápidamente una cuarentena que parece haber funcionado ya que los casos se han reducido y las fábricas están reabriendo. Los investigadores también están llevando a cabo ensayo sobre vacunas. Mientras tanto, la cifra oficial de muertos ha sido superada en Gran Bretaña, Francia, España, Italia y Estados Unidos.

Para China la forma en la que se ha manejado la pandemia es un triunfo: una campaña de propaganda explica que China controló su epidemia gracias a un fuerte gobierno de un solo partido; además, el país también se muestra benevolente al suministrar al mundo equipo médico, que incluye casi 4 mil millones de mascarillas.

Se advierte que la pandemia será recordada no sólo como un desastre humano, sino también como un punto de inflexión geopolítico para la hegemonía estadounidense, aunado a que Donald Trump parece no tener interés en liderar la respuesta global al virus (como otros presidentes estadounidenses lo hicieron con el VIH o el ébola). Con esta actitud de Trump, China tiene la oportunidad de mejorar su influencia en el mundo.

Sin embargo, el texto precisa que lo anterior puede no tener éxito para China, ya que no hay forma de saber si su trato del COVID-19 es tan impresionante como se afirma, y mucho menos si es tan bueno como el desempeño de democracias competentes como Corea del Sur o Taiwán.

Tampoco se puede verificar si los oficiales secretos de China han sido honestos sobre el número de casos y muertes por coronavirus. Mientras persista la pandemia, es demasiado pronto para saber si la gente terminará acreditando a China por suprimir la enfermedad o culparla por reprimir a los médicos en Wuhan quienes dieron el primer aviso sobre el virus.

Según el artículo, otro de los obstáculos es la propaganda. Los portavoces de China no solo elogian a sus propios líderes, también critican la disfunción de Estados Unidos o promueven teorías de conspiración salvajes acerca de que el virus es una arma biológica estadounidense.

Los países ricos muestran suspicacia hacia China. Por ejemplo, la jefa de competencia de la Unión Europea, Margrethe Vestager, ha instado a los gobiernos a comprar acciones en firmas estratégicas para evitar que China aproveche las turbulencias del mercado y las recupere a bajo precio. Según la nota, en la pandemia se ha argumentado que los países no deberían confiar en China para obtener bienes y servicios cruciales, desde ventiladores hasta redes 5g.

La Organización Mundial del Comercio espera que el comercio mundial de mercancías se reduzca de 13% a 32% a corto plazo. Si esto se convierte en un retroceso de la globalización, que ya era una preocupación antes de la pandemia, dañará a China tanto como a cualquier otro país.

No obstante, para The Economist China no parece tener la capacidad de reproducir las fortalezas de Estados Unidos y reemplazarlo como hegemón: todavía existe una vasta red de alianzas de actores privados con poder blando mundial, empresas como Google y Netflix, universidades y asociaciones como Harvard y la Fundación Gates, etc.

Una prueba para la ambición china será cómo actúa en la carrera por una vacuna. Si la descubre primero, el éxito podría usarse como un triunfo nacional y una plataforma para la cooperación global. Otra prueba será la suspensión de la deuda para los países pobres. El 15 de abril de 2020, el G20 y China acordaron permitir que las naciones endeudadas suspendan los pagos de la deuda durante ocho meses. De esta manera, si la decisión del G20 significa que el gobierno de Beijing ahora está dispuesto a coordinar con otros acreedores este tipo de decisiones, eso sería una señal de que el país está listo para gastar dinero y adquirir un nuevo papel en la configuración internacional.

La nota menciona que el objetivo de China es reducir la importancia del dólar como moneda de reserva y está trabajando arduamente para colocar a sus diplomáticos en trabajos influyentes en organismos multilaterales, de modo que estén en condiciones de dar forma a las reglas globales, los derechos humanos, o la gobernanza de internet.

China no necesita crear un nuevo orden internacional: es posible que prefiera seguir presionando los pilares tambaleantes del orden construido por Estados Unidos después de la Segunda guerra mundial, para que su ascenso no se vea limitado.

Finalmente, el artículo concluye que Trump tiene la culpa de que las respuestas al brote de COVID-19 hayan sido desafortunadas, en el sentido de que no se plantean como respuestas globales basadas en la cooperación.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La nota ilustra las respuestas de Estados Unidos y China a la pandemia del COVID-19 con el trasfondo de su pugna hegemónica global. China podría salir con un papel preponderante después de esta crisis; sin embargo, gracias a la oligarquía estadounidense dueña de empresas transnacionales y de los gigantes tecnológicos, así como el papel esencial del dólar en las finanzas, Estados Unidos sigue teniendo un peso decisivo en la sociedad internacional. De esta manera, es preciso seguir esta pugna que parece, reordenará el sistema mundial.