The Battle for Another World: The Progressive Response to the New Right

Cita: 

Feffer, John [2019], The Battle for Another World: The Progressive Response to the New Right, Washington, Institute for Policy Studies, diciembre, https://www.tni.org/files/publication-downloads/the-battle-for-another-w...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Diciembre, 2019
Tema: 
El ascenso de la nueva derecha en el mundo.
Idea principal: 

Sobre el autor:

John Feffer es director de Foreign Policy In Focus en el Institute for Policy Studies. Es autor de Aftershock: A Journey into Eastern Eastern's Broken Dreams. También es el autor de la novela distópica Splinterlands y su secuela próximamente Frostlands. Es autor de varios otros libros, y sus artículos han aparecido en The New York Times, Washington Post, USAToday, Los Angeles Review of Books, Salon y muchas otras publicaciones.

Resumen ejecutivo

El reporte abre con un punch line muy alarmante: la extrema derecha está cada vez más activa a nivel mundial, en el ámbito gubernamental, social y digital. A través de los partidos políticos, acciones antidemocráticas y sus memes racistas, la extrema derecha invade la cultura a nivel mundial.

El reporte se centra en los comentarios de 80 académicos, investigadores y activistas, quienes hablan sobre la amenaza a la democracia y al internacionalismo.

Hasta el momento, no existe una respuesta global frente a la articulación de la derecha. El autor señala que las amenazas globales como el cambio climático, la desigualdad económica y el militarismo requieren mejor cooperación internacional ya que un enfoque en las luchas locales y nacionales, a expensas de una organización a nivel global, brinda a la extrema derecha la oportunidad de reescribir las reglas del orden internacional de una manera no liberal.

Los puntos que se resaltan en el reporte son los siguientes:

1. La actitud reaccionaria a la globalización económica ha sido clave para el éxito de la derecha: a diferencia de la izquierda internacionalista, la nueva derecha ha sido más efectiva al canalizar el descontento en ganancias políticas nacionales.

2. La clave del éxito de la nueva derecha reside en la narrativa del "gran reemplazo”: ésta argumenta que las minorías, con la ayuda de los "globalistas", usurparán los privilegios del grupo dominante. Esta propaganda ha resultado atractiva tanto para grupos extremistas como para los conservadores más convencionales.

3. La nueva derecha ha logrado el éxito político con sus ataques a la globalización, pero tiene una falla clave: no tiene nada que decir sobre una crisis climática cada vez más apremiante.

4. Los 80 expertos internacionales identificaron abrumadoramente a las huelgas escolares por el clima como la acción internacional más prometedora actualmente y al Green New Deal como un marco que podría derrotar la narrativa global de la derecha.

5. El reporte es optimista y señala que un Green New Deal global no sólo enfrentaría la crisis ambiental, al crear enormes cantidades de empleos bien remunerados, también dialogaría con aquellos que fueron afectados por la globalización económica.

Introducción

El reporte plantea que una sucesión de cambios sociales en la última década ha realineado radicalmente el poder político en todo el mundo; como resultado de estos cambios lo que una vez estuvo en los márgenes más alejados de la derecha, en el espectro político, ahora se ha movido hacia el centro, mientras que la izquierda ha sido empujada hacia los márgenes.

Muchos de estos líderes -Donald Trump (Estados Unidos), Jair Bolsonaro (Brasil), Narendra Modi (India), Viktor Orbán (Hungría), Recep Tayyip Erdoğan (Turquía) y Rodrigo Duterte (Filipinas)- han llegado al poder de forma democrática, pero están decididos a socavar las instituciones democráticas. Su ascenso político estuvo apoyado por partidos conservadores y se han alineado con otros líderes autoritarios que deben sus cargos a golpes militares, deliberaciones de un solo partido o sucesión dinástica. También son apoyados por un conjunto de organizaciones y redes declaradamente racistas.

En términos discursivos, la nueva derecha se centra en asegurar las fronteras, proteger la soberanía y desafiar a las élites mundiales, usan el lenguaje del nacionalismo y hablan en nombre de mayorías imaginarias que son racial o religiosamente homogéneas.

A pesar de su obsesión nacionalista, los estados y los partidos de derecha han creado alianzas con activistas transnacionales como el ex asesor de Trump, Steve Bannon. También se menciona que los nacionalistas blancos han creado plataformas digitales alternativas para difundir sus mensajes y reclutar nuevos miembros en todo el mundo.

Los progresistas, por su parte, se han organizado a nivel local y nacional para responder a la nueva derecha; sin embargo, no han trabajado de forma internacional y coordinada.

Este informe analiza el surgimiento de la nueva derecha, sus conexiones con otros actores de extrema derecha y sus aspiraciones globales, examina el estado actual de la organización progresista transnacional y describe los desafíos de esa organización e identificará las lecciones aprendidas y las mejores prácticas.

Conclusiones

El reporte señala que la nueva derecha ha secuestrado gran parte de la agenda e incluso algunas tácticas de la izquierda, como el internacionalismo. Las fuerzas de la derecha están cada vez más conectadas en una red a nivel del gobierno y del partido, a través de las interacciones de la sociedad civil y en el ciberespacio.

Aunque la nueva derecha ha menospreciado al estado y su legitimidad legal-racional, una vez que tiene el control de éste, a menudo encuentra que las herramientas estatales son bastante útiles para la realización de objetivos como el control fronterizo o la promulgación de valores familiares. Lo mismo se aplica a nivel regional: por ejemplo, la nueva derecha descubrió que, en lugar de destruir a la Unión Europea, podría ser mejor tomar el control del aparato institucional.

No obstante, la izquierda no ha abandonado completamente el transnacionalismo: los grupos ambientalistas, por ejemplo, están conectados dentro de las regiones y en localidades muy dispersas, haciéndolos más cercanos que nunca. Lo anterior se debe a que la conciencia de los vínculos entre los problemas nunca ha sido tan grande y compartida.

Y, sin embargo, la izquierda no ha movilizado una respuesta global efectiva a la extrema derecha. Tampoco ha tejido un sucesor popular y más estratégico, como una campaña a gran escala y de múltiples temas que aborde amenazas globales urgentes como el cambio climático, la desigualdad económica y el conflicto militar endémico. Ni ha surgido una narrativa alternativa positiva que combine mensajes de esperanza y urgencia a la vez que movilice a personas de diferentes orígenes bajo un estandarte común.

Sin embargo, el autor señala que una nueva red multimodal y multimodal que respete las diferencias locales a medida que se compromete en esfuerzos conjuntos, podría plantearse como estrategia para las deficiencias encontradas en el informe:

1) Monitorear: Varios de los esfuerzos de llamados nombrar y avergonzar han tenido éxito, pero confían en tener información sobre figuras y movimientos clave de la derecha y sus campañas. Para empezar, esto podría tomar la forma de una red de tipo abierto que vincula a las organizaciones de monitoreo a través de las fronteras.

2) Amplificar: simplemente poner todos los esfuerzos transnacionales de los grupos y campañas en curso en la misma página en forma de un calendario global de eventos y un boletín periódico sería útil para activistas, medios de comunicación y nuevos reclutas por igual.

3) Narrar: la izquierda puede hacer un mejor trabajo al contar sus historias y, al contarlas mejor, eventualmente aprender a enmarcar una narrativa general más convincente. Para empezar, esto podría tomar la forma de un conjunto de videos cortos similares que abordan un problema (como la corrupción o la supresión de votantes) que es un problema común a través de las fronteras.

Por otro lado, el desafío, también es descubrir cómo combinar la horizontalidad de la organización que respeta las diferencias locales con la verticalidad de la política que exige la escala de los problemas globales. El Global Green New Deal aborda la urgencia del cambio climático al mismo tiempo que aborda el descontento generalizado con la globalización neoliberal que ha proporcionado una base significativa de apoyo a la derecha populista.

Pero para que los diversos Green New Deals pasen del papel a la política, es indispensable una campaña organizada más verticalmente: eso requiere la cooperación entre los partidos políticos a través de las fronteras, campañas de la ONU y a través de otras agencias internacionales y requiere movimientos sociales que proporcione; es decir, requiere coordinación estratégica.

Además, evitar una catástrofe climática también requerirá una cierta cantidad de coerción: a nivel nacional, si los votantes apoyan un New Deal Verde, los parlamentos aún tendrían que obligar a una gama de poderosos intereses (compañías de carbón, corporaciones de petróleo y gas, fabricantes de automóviles, militares) para que se alineen.

Para que dicha coerción sea democrática, un Global Green New Deal requiere una internacional progresiva: crear una estructura que permita la organización tanto horizontal como vertical, que emplee una estrategia coordinada "adentro-afuera", y que proporcione una alternativa verdaderamente democrática a la movimientos autoritarios de derecha, izquierda y centro.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Este reporte puede contribuir a dar una explicación del ascenso de la nueva derecha, aunque hace falta un análisis teórico que lo complemente. Sin embargo, es relevante tener en mente la crítica a la izquierda: no hay un movimiento internacional atractivo y mucho menos la existencia de un proyecto alternativo al sistema; lo cual señala las limitaciones de los grupos u organizaciones locales o nacionales.

De esta manera, la izquierda debería retomar su tradición internacionalista en cuanto a su organización, como se hizo en los tiempos del ascenso del fascismo y el nacionalsocialismo: existía una clase obrera organizada con un enfoque internacional; mientras que la pequeña/gran burguesía y la clase gobernante estaban unidas compartiendo un enfoque nacionalista- proteccionista.