5Geopolitics. America does not want China to dominate 5G mobile networks

Cita: 

The Economist [2020], "5Geopolitics. America does not want China to dominate 5G mobile networks", The Economist, London, 11 de abril, https://www.economist.com/business/2020/04/08/america-does-not-want-chin...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Abril 11, 2020
Tema: 
Dos enfoques para la tecnología móvil 5G, las opciones de Washington en la disputa tecnológica.
Idea principal: 

El texto comienza describiendo cómo estaba conformada la industria de las telecomunicaciones estadounidense en la década de los noventa, misma que estaba dividida en dos partes: por un lado, los bellheads, formados a partir de la desintegración en los ochenta de Bell, la compañía hasta ese momento monopólica. Estos creían en la tecnología patentada, los monopolios verticales y el respeto hacia los reguladores, además de defender el circuit switching, con el que vincular a sus consumidores por medio de conexiones especializadas y un hardware de alta confiabilidad ordenados en estricta jerarquía. Por otro lado, estaban los netheads, los cuales crecieron con el Internet apoyándose en el packet switching, en el que la información es digitalizada, enviada en pequeños paquetes, por las mejores conexiones hacia su destino para después ser recombinados.

The Economist señala que este debate ha regresado con la tecnología móvil 5G. Los bellheads actuales están detrás de la persecusión a Huawei, al ser la punta de lanza de China para dominar el mercado 5G. Mientra los nuevos netheads defienden el uso de redes móviles completamente virtuales, construidas en hardwares baratos y controlados por un software como la computación en la nube. Ejemplo es la compañía japonesa Rakuten, que lanzó su primer red virtual de escala completa el 8 de abril de 2020. Por ello, menciona The Economist que de ganar este debate, sería tan trascendental como el lanzamiento de Amazon en 2006 de computación en la nube.

En sucesos anteriores, la tecnología móvil había tenido sus ganadores: Nokia y Ericsson como productores y operadores en las redes 2G, Apple como productor de teléfonos inteligentes, Google y Amazon como gigantes en linea que buscan consumidores en redes 3G y 4G. Por ello, The Economist menciona que en la quinta generación no será distinto, pero menciona que es muy rápido para decir quien tomará la mayor parte de 2 billones de dólares que aumentará el PIB para 2030, sólo en cuidado de la salud, transporte, y manufactura, como lo predice el Think Tank McKinsey Global Institute. Pero Estados Unidos no quiere que sea China, de ahí que la disputa del 5G esté pasando de lo comercial a lo geopolítico.

A primera instancia el temor occidental hacia Huawei parece ser exagerado, no obstante, el uso del 5G no es sólo para una mejor transmisión de Netflix. Ante esto, distintos expertos en telecomunicaciones han desmentido que el 5G sea una exageración de los productores de dispositivos para aumentar el número de negocios. The Economist les da parcialmente la razón al decir que la tecnología 5G no cambiará profundamente la vida de los consumidores, y señala que las mismas condiciones de velocidad pueden ser conseguidas al ampliar la red 4G. Sin embargo, le texto argumenta que la 5G permite formar redes que den soporte al Internet de las Cosas (IoT, por su siglas en inglés) un mundo de dispositivos interconectados, que con el procesamiento extra permitirá estaciones base que guíen carros autónomos o robots en fábricas.

Por esa razón, Cristiano Amón, presidente de Qualcomm, señala que el 5G no sólo impulsara las telecomunicaciones, sino mucha de la actividad económica al hacer de las redes inalámbricas infraestructura crítica. The Economist señala que la tecnología puede ser vista como el entramado de una densa alfombra de conectividad inalámbrica, que engloba otras tecnologías como Wi-Fi de siguiente generación, vínculos de corto rango, satélites de baja órbita y la 6G. Siendo el dominio Chino en esta rama lo que asusta a muchos halcones de seguridad occidentales. El riesgo no es que Huawei pueda acumular datos, ya que los datos pueden ser encriptados, sino que en un conflicto entre China y occidente la compañía pueda apagar la red del enemigo, o bien, utilizar dispositivos como los carros autónomos como armas.

Especialistas occidentales dudan en la practicidad de tal ataque dadas las represalias que traería, no obstante, esta situación tiene a la administración Trump aturdida, obsesionada con el hardware chino, lamentándose por carecer de un monopolio estadounidense y declarando una carrera en la que China debe perder. Dicho enfoque ha tenido un alcance limitado, debido a que las empresas estadounidenses encontraron vacíos legales para seguir comerciando con Huawei. Incluso, con las amenazas estadounidenses para cortar el flujo de inteligencia hacia los aliados que no excluyan a Huawei de sus redes, sólo Japón, Australia y Nueva Zelanda lo han acatado. Reino unido, su aliado más cercano en seguridad, permitió en enero de 2020 a sus operadores usar equipo Huawei.

El discurso también ha generado que Huawei redoble su esfuerzo para dejar la tecnología estadounidense. Aunque esto es difícil de verificar, Tim Danks, ejecutivo de Huawei, menciona que de 600 mil estaciones de la compañía 50 mil no tienen partes estadounidenses. Mientras ingenieros que han revisado dispositivos de gama alta de Huawei, sólo han encontrado algunos chips estadounidenses. Ante esto, especialistas apresuraron al presidente Trump a meter más presión, proponiendo bajar de 25 a 10 por ciento la tecnología estadounidense que debe tener un producto en Estados Unidos o en otra parte, para poder abastecer a Huawei. Sin embargo, en una reunión del gabinete en la Casa Blanca a fines de marzo de 2020, se propuso el plan de que cualquier compañía nacional o extranjera que emplee equipo o Know How estadounidense deba obtener una licencia de exportación para vender procesadores a Huawei.

The Economist señala que cualquiera que sea la finalidad del plan, muestra que para la administración Trump la carrera 5G no se trata de innovar sino de entorpecer el paso chino. Además, Paul Triolo, de la consultora Asian Group, señala que Estados Unidos no cuenta con una estrategia para un despliegue rápido de 5G en todo su territorio. Y el texto añade que ideas como tener una red estatal o dejar a una compañía privada operar la red, no han ido a ningún lado.

Por otro lado, a pesar de que las operadoras estadounidenses han colocado más de 10 mil estaciones 5G, la pandemia parece que disminuirá las estaciones en el Oeste de Estados Unidos. Pero las operadoras chinas, que han desplegado 150 mil estaciones 5G, pretenden instalar más de 1 millón en 330 ciudades para finales de 2020.The Economist menciona que como último acto de desesperación, Estados Unidos está jugando con la política industrial de estilo europeo a pesar de haberla considerado como una antítesis para su propio capitalismo, debido a que el fiscal general William Barr, sugirió que Estados Unidos respaldara con su mercado y su fuerza financiera a Ericsson y Nokia. Las únicas empresas que junto con Samsung tienen permitido construir redes 5G en Estados Unidos. Los subsidios hacia estas empresas europeas se han platicado, así como su adquisición por parte de un gigante tecnológico.

Sin embargo, como lo muestra el caso de Rakuten, el enfoque de los bellheads no es el único existente. Aunque las redes móviles es su último bastión, a muchos les gustaría un cambio por lo costoso e inflexible que es. Además, ingenieros han descubierto cómo aplicar todas las funciones de una red en un software, lo que se suma a los esfuerzos de nuevos grupos de la industria como o-ran Alliance que promueve especificaciones abiertas para estaciones. También, está el caso de The
Telecom Infra Project
, al combinar componentes de distintos productores, por ello, operadores como Telefónica y vodafone están provocando este enfoque. No obstante, ha sido Rakuten la única en construir una red completa con arquitectura abierta empleando equipo de Nokia y Cisco, mediante el software de Altiostar, su red 5G fue prometida para junio de 2020. Mientras, Charles Ergen, jefe de Dish, comentó que su compañía aprendió mucho de Rakuten. La compañía estadounidense de televisión satelital planea una inversión 10 mil millones en la tecnología 5G.

Ante el señalamiento de Pierre Ferragu, de la compañía de investigación New Street, acerca de qué los operadores desearán más a Huawei al ser más barato pero no menos eficiente que la red de Nokia y Ericsson. Rakuten señala que su red costó la mitad de lo que cuesta una red convencional. The Economist argumenta que un red abierta permite más control a los operadores sobre qué equipo va en sus redes, sin embargo, Rakuten no cuenta con un Black Box por lo que debe confiar ciegamente. Por otro lado, Huawei desmiente este enfoque como un sueño, y a diferencia de Nokia y Ericsson no se ha unido a la o-ran Alliance. También, Stéphane Téral, de la compañía de investigación Informa Tech, señala que hacer funcionar equipos de distintas compañías en una sola red es complicado.

Apoyando el enfoque de los netheads, Tom Wheeler, del Think Tank Brooking Institution, menciona que con una factura hecha por republicanos y demócratas en el senado se puede crear un fondo por 750 millones de dólares para desarrollar una arquitectura abierta. Finamente The Economist menciona que la administración Trump puede escoger entre ganarle a los chinos en su propio juego mediante el enfoque bellhead, o bien, hacer algo más estadounidense como apoyar a las empresas para que puedan prosperar en un momento en que conexiones más baratas y mejores son necesarias.

Datos cruciales: 

Gráfica 1. Muestra como ha sido la capitalización del mercado de telecomunicaciones en billones de dólares desde 1991 con la red 2G hasta 2020 con el 5G. En el que se muestra en azul marino a la compañías de internet, en azul celeste a los operadores, en café claro a los productores de teléfonos inteligentes y en marrón los productores de teléfonos. En esta gráfica se observa la entrada de las distintas generaciones, así como la fundación de compañías como Facebook, Amazon y Google. En la segunda generación los operadores eran los mayores beneficiarios; en la tercera, mantuvieron ese puesto pero ya crecían las ganancias para los productores de teléfonos inteligentes y las compañías de internet; en la cuarta generación, se da la transición hacia un mayor beneficio de las compañías de internet, los operadores se reducen sus beneficios y son rebasados por los productores de teléfonos inteligentes. Mientras en la quinta generación se mantiene el liderazgo de las compañías en internet y aumentan los beneficios para los productores de teléfonos inteligentes.

1. El 31 de marzo de 2020, Huawei reportó 18 por ciento de crecimiento anual en sus ganancias de 2019, al ser de 123 mil millones de dólares. Con un gasto de 19 mil millones de dólares con proveedores estadounidenses, 8 mil millones más que en 2018.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La competencia mundial entre corporaciones adquiere un carácter geopolítico cuando se disputan tecnologías estratégicas como la 5G, que engloba una serie tecnologías de tipo disruptivo que prometen una restructuración del sistema y que inclinarán la balanza en la disputa hegemónica. Además, la 5G al ser una tecnología de uso dual, alerta a los Estados sobre el peligro que puede tener esta en el futuro, de ahí la desconfianza de Washington hacia la tecnología china.