China recurre a un control social al estilo de Mao para frenar el coronavirus

Cita: 

Zhong, Raymond y Paul Mozur [2020], "China recurre a un control social al estilo de Mao para frenar el coronavirus", The New York Times, New York, 17 de febrero, https://www.nytimes.com/es/2020/02/17/espanol/mundo/coronavirus-vigilanc...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Febrero 17, 2020
Tema: 
El control social en china se ha intensificado para contener la propagación del Coronavirus
Idea principal: 

Raymond Zhong se unió al equipo de The New York Times como reportero de tecnología en 2017. Anteriormente colaboró con The Wall Street Journal en su sede ubicada en Nueva Delhi, India. Paul Mozur es reportero tecnológico establecido en Shanghai.

El combate del nuevo Coronavirus en China por parte de las autoridades locales ha traído consigo una de las campañas de control social más grandes de la historia, la cual involucra a vecinos entrometidos, voluntarios uniformados y representantes del Partido Comunista. La imagen de esta campaña que tiene como objetivo mantener a cientos de millones de personas apartadas unas de otras, evoca a las cruzadas masivas del ex presidente comunista Mao Zedong.

Las medidas para contener el Coronavirus han ido desde controlar severamente el acceso a complejos habitacionales a personas ajenas a estos -incluso algunos edificios les han prohibido la entrada a sus propios inquilinos si vienen de otra ciudad-, pasando por las revisiones en las estaciones de tren para prohibir el acceso a las personas que no puedan comprobar que viven o trabajan ahí, hasta el uso de barricadas en lugares remotos.

No obstante, China posee un arsenal de herramientas de vigilancia de alta tecnología, la novedad radica en que las medidas de control mencionadas las aplican ciudadanos, quienes voluntariamente supervisan que se cumplan las estrictas normas.

El grado de rigor de la cuarentena impuesta para contener la propagación del nuevo Coronavirus varía en las principales provincias y ciudades chinas, sin embargo, en todo el país los vecindarios y las localidades han emitido sus propias reglas acerca de las entradas y salidas de los residentes. En algunos sitios las medidas son laxas, mientras que otros enfrentan una situación de parálisis casi total.

El presidente Xi Jinping ha convocado a “una guerra del pueblo” contra el virus para controlar el brote, a pesar de que las restricciones han impedido que las y los trabajadores regresen a las fábricas y empresas, lo que ha perjudicado fuertemente a la economía china. Esta declaración además, ha servido para que los funcionarios locales ejerzan una autoridad directa sobre el desplazamiento de las personas, llevando al extremo las medidas de contención. Por ejemplo, a Li Jing, una profesora de la Universidad de Zhejiang casi le prohibieron llevar a su esposo a un hospital luego de que se le atorara la comida en la garganta, debido a que en su vecindario solo se permite que una persona por familia salga de la casa cada tercer día.

Por otro lado, estos trabajos de contención están encabezados por innumerables comités vecinales, los cuales sirven de intermediarios entre residentes y autoridades locales. Están respaldados por el sistema de “gestión de redes” del gobierno, el cual divide al país en pequeñas secciones y asigna a algunas personas la vigilancia de cada sección, lo que garantiza un control estricto sobre una población extensa.

Además del uso de un cuantioso personal, las autoridades chinas utilizan tecnología móvil para rastrear a la gente que pudo estar expuesta al virus. Los proveedores de telefonía celular controlados por el Estado han facilitado una opción que muestran las provincias visitadas por sus clientes a través de un mensaje de texto. Esta herramienta ha sido ampliamente utilizada por los vigilantes, recientemente en una estación de trenes en Yiwu trabajadores con trajes de protección les exigieron a los pasajeros que desplegaran la información acerca de su ubicación a través de esta herramienta.

Por otro lado, el gobierno ha lanzado una aplicación que permite que los ciudadanos chinos ingresar su nombre y su número de identificación nacional para saber si es probable que hayan estado en contacto con algún portador del virus.

Aún es pronto para saber si las medidas aplicadas por el gobierno son suficientes para controlar el brote, sin embargo, es cierto que el gobierno tiene motivos justificados para reducir al mínimo el contacto entre personas. Las medidas extremas pueden ser contraproducentes, según algunos expertos ya que pueden provocar que las personas infectadas se oculten, dificultando su contención.

Se ha empezado a señalar el carácter punitivo de las medidas de contención. Al respecto, Alexandra L. Phelan, especialista en legislación médica internacional en la Universidad de Georgetown, apunta a que la cuarentena impuesta es “una estrategia coercitiva más que de salud pública”.

Cabe resaltar que las cuarentenas no son necesariamente opresoras, a muchas personas les ha acomodado quedarse en casa y los voluntarios de los complejos habitacionales o “trabajadores de la red” al servicio del gobierno se han comportado en la mayoría de los casos amables. No obstante su severidad en la vigilancia, sus filtros han sido burlados por personas como Huang, de 50 años, que ha utilizado un pase especial, y ha estado yendo en su auto a entregar cubrebocas a sus amigos.

Los métodos para contener el virus son diversos y varían dependiendo la provincia. En algunos lugares utilizan el dialecto local para identificar a quienes viven ahí e impedir la entrada de extraños. En ciudades como Hangzhou, la prohibición se centra en impedir la venta de analgésicos para que las personas con síntomas se atiendan en un hospital. En Yunnan, se solicita que los lugares públicos cuenten con códigos QR que la gente debe escanear con su teléfono celular cada vez que entra o sale.

En gran medida, son los gobiernos locales los que deciden las políticas a aplicar, por lo que China se ha convertido en un extenso entramado de feudos. A menudo, los funcionarios reconocen que algunas autoridades locales han ido demasiado lejos y han exhortado a relajar las medidas a pesar de una creciente preocupación de muchas personas por relajar el control del virus demasiado pronto.

Datos cruciales: 

1. Las medidas tomadas por el gobierno chino que tienen como objetivo evitar la propagación del Coronavirus, involucran al menos a 760 millones de personas, lo que equivale a más de la mitad de la población del país.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es cierto que algunas medidas tomadas por el gobierno chino para contener la propagación del nuevo Coronavirus han sido extremas, sin embargo, corresponden en gran medida a un proyecto de control social echado a andar mucho antes de iniciada la pandemia. Resulta ingenuo pensar que el brote de este virus es el único factor por el cual se han tomado medidas como la intervención telefónica de las personas para saber sus últimas ubicaciones, sino que gran parte de esto responde a la implementación de nuevas tecnologías que le permitan al gobierno de Pekín mantener a raya a la población para destacar a nivel mundial por sus indicadores macroeconómicos.
Será interesante estudiar si este control excesivo será coyuntural o vino para quedarse.