El texto comienza por señalar el cambio que se ha dado en Microsoft con el anuncio de la liberación de la información que la empresa ha recabado del mundo, después de que a principios del siglo la compañía tenía una postura totalmente contraria. Así el 21 de abril de 2020, la compañía se unió a un movimiento para liberar la información, con el plan de liberar 20 grupos de datos para 2022 entre los que se incluye la información del Covid-19. También Mark Zuckerberg, el dueño de Facebook, señaló el 20 abril de 2020 en una publicación del Washington Post que a diferencia de otras pandemias ahora se cuenta con el superpoder de juntar y compartir información para el bien. Mientras que a pesar de las estrictas reglas de privacidad de la Unión Europea, algunos eurocratas discuten que el compartir información podía acelerar la lucha contra la pandemia.

The Economist menciona que la cuestión de compartir la información precede a la pandemia, y pone como ejemplo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ODCE), organismo que reconoce que de ser así los países tendrían un aumento de entre 1 a 2.5 por ciento de su Producto Interno Bruto al pensarse en oportunidades para las Startups entre otras. También, economistas piensan que esta liberación sería buena, debido a que la información puede ser utilizada y reutilizada sin que esta se agote, como con los algoritmos de inteligencia artificial. Incluso, gobiernos desde las ciudades de Berlín a San Francisco han reconocido el potencial y cuentan con iniciativas de este tipo.

No obstante, como menciona Stefaan Verhulst, quién dirige el Laboratorio de Gobernanza de la Universidad de Nueva York, las compañías han sido cautelosas al temer perder propiedad intelectual, la privacidad de usuarios y por obstáculos técnicos. Además, se menciona que fuera de las imágenes JPG, la información recaba por el software de Facebook puede ser insignificante para Microsoft, por lo que las iniciativas de compañías como el banco BBVA o la farmacéutica GlaxoSmithKline tienen un alcance limitado. Pero la campaña de Microsoft es la que ha ido más lejos, al promover compartir la información de manera no comercial en conjunto con un software, licencias y reglas marco para que las compañías intercambien datos y compartan el acceso sin perder el control.

The Economist menciona que el acontecimiento de Microsoft sería a los datos, lo que en la década de los noventa hizo IBM mediante Linux con el software de fuente abierta. Brad Smith, presidente de Microsoft, señaló que menos de 100 compañías controlan la mitad de los datos generados en línea, por lo que con ello se contrarrestaría la concentración el poder político y económico. Además, añade que esto no será sencillo, al ser los datos más complejos que los códigos y no contar con un vocabulario en común ya que los encargados de manejar los datos provienen de distintas industrias. Sin embargo, las razones de Microsoft así como las de IBM en su momento van más allá de fines altruistas, y no pretenden darle un uso como Alphabet o Facebook para publicidad, sino para vender servicios y software que ayuden a procesar información digital, por lo que entre más información se comparta será mejor para la compañía.

Finalmente, The Economist añade la existencia de una problemática mayor, debido a que aunque se eliminen las barreras legales y técnicas, las compañías ricas en datos no estarán de acuerdo en perder su negocio. Y no obstante las declaraciones de Zuckerberger, Facebook no parece que seguirá el mismo camino que Microsoft.