Did this virus come from a lab? Maybe not — but it exposes the threat of a biowarfare arms race

Cita: 

Husseini, Sam [2020], "Did this virus come from a lab? Maybe not — but it exposes the threat of a biowarfare arms race", Salon, San Francisco, 24 de abril, https://www.salon.com/2020/04/24/did-this-virus-come-from-a-lab-maybe-no...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Viernes, Abril 24, 2020
Tema: 
La pandemia por Coronavirus renovó la atención a la carrera armamentística biológica mundial
Idea principal: 

Sam Husseini es un escritor, periodista y activista político jordano-palestino. Ha escrito para medios como CounterPunch, The Nation, The Washington Post, USA Today y Salon.

Si bien aún no hay evidencia de que el brote por Coronavirus haya sido producto de la bioingeniería, sus orígenes no son del todo claros. Independientemente del origen de esta pandemia existe una amplia documentación del desarrollo de una carrera armamentística biológica mundial, la cual en un futuro podría causar pandemias aún más letales.

Esta carrera armamentística se ha desarrollado en gran medida fuera del ojo público por lo que sus alcances han sido minimizados. Esta carrera biológica tiene lugar tanto en laboratorios chinos como estadounidenses y sus operaciones y posibles riesgos son igual de amenazantes.

En Estados Unidos, la dinámica actual de la carrera armamentista biológica ha sido impulsada por decisiones del gobierno que se extienden por décadas. En 2009, según un informe de Reuters, el gobierno de Barack Obama se negó a negociar el posible monitoreo de armas biológicas. Ahora, un sector importante parece no estar dispuesta a examinar el origen de la pandemia así como la guerra biológica.

Por otro lado, los gobiernos que participan en estos programas distinguen entre los términos “bioguerra” y “biodefensa”, sin embargo, para efectos prácticos estos conceptos en realidad son indistinguibles. La “biodefensa” implica una guerra biológica tácita, que genera patógenos más peligrosos con el supuesto propósito de encontrar una manera de combatirlos, cabe mencionar que dicha investigación de "defensa" es impotente en su capacidad para defendernos de esta pandemia.

En 2005, Francis Boyle, quién redactó la principal ley que regula la materia en Estados Unidos advirtió en su libro Biowarfare and Terrorism, que estaba en curso una "carrera armamentista biológica ilegal con consecuencias potencialmente catastróficas", impulsada en gran medida por el gobierno de Estados Unidos.
Durante años, muchos científicos han expresado su preocupación con respecto a las armas biológicas/el trabajo de los laboratorios de biodefensa, especialmente sobre el aumento en su financiación después de 9/11. Esto ha llevado a una proliferación de laboratorios, científicos y nuevos organismos.

Luego del brote de ébola en África en 2014, el gobierno de Estados Unidos detuvo los fondos para lo que se conoce como gain-of-function research, la cual consiste en la búsqueda de aumentar la peligrosidad y transmisibilidad de patógenos por sí mismos mortales. La pausa de dicha investigación se levantó apenas tres años después, con pausas intermitentes durante las cuales se desarrollaron trabajos en conjunto por científicos de la Universidad de Carolina del Norte, Harvard y el Instituto de Virología de Wuhan, financiados por el USAID -Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional- y EcoHealth Alliance, según un estudio publicado en 2015 por Nature Medicine.

Un importante artículo publicado el 17 de marzo de este año en Nature Medicine, ha sido ampliamente difundido por los principales medios de comunicación y algunos funcionarios del gobierno de Estados Unidos ya que refuta el origen de laboratorio del nuevo Coronavirus. "Nuestros análisis muestran claramente que el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio o un virus manipulado a propósito" reza el texto presentado. Esta es una oración sutilmente engañosa. Si bien los científicos afirman que no existe una marca de laboratorio conocida en el ARN del SARS-Cov-2, su argumento no tiene en cuenta otros métodos de laboratorio que podrían haber creado mutaciones de coronavirus sin dejar rastro.
Además de lo anterior, cabe resaltar que existe un conflicto de intereses en el artículo de Nature Medicine. Algunos de los autores de este artículo, tienen lazos preocupantes con el complejo de biodefensa, así como al gobierno de los Estados Unidos.

Hechos como “rumores”

En una conferencia con una representante del Centro de Control de Enfermedades realizada el 11 de febrero respecto a la emergencia del nuevo Coronavirus, el autor cuestionó la coincidencia del comienzo de la pandemia en Wuhan con la ubicación del único lugar en China que cuenta con un laboratorio de nivel de bioseguridad 4 (BSL4)*. Subrayó además, los accidentes en los principales laboratorios que llevan a cabo la gain-of-function research. La subdirectora principal de los CDC, Anne Schuchat, se limitó a decir que, según la información que había visto, el virus era de "origen zoonótico". Respecto al trabajo de los laboratorios, gain-of-function research, afirmó que “es importante proteger a los investigadores y sus trabajadores, así como a la comunidad que los rodea, y que usamos la ciencia en beneficio de las personas".
Sam Hussein continuó insistiendo acerca de la posibilidad de que este virus hubiese pasado por un laboratorio a pesar de su origen natural. Schuchat no respondió directamente a la pregunta.

En este sentido, el autor afirma que su planteamiento no se trata solamente de un rumor, sino que es un hecho: los laboratorios trabajan con patógenos peligrosos. Tanto Estados Unidos como China tienen programas de bioguerra / biodefensa de doble uso.

Gran parte de la discusión sobre este tema grave y mortal es que hay una negación constante de los medios de comunicación por abrirse a otras historias fuera de la narrativa oficial. ABC publicó una historia el 27 de marzo titulada “Sorry, Conspiracy Theorists. Study Concludes COVID-19 'Is Not a Laboratory Construct.” Sin embargo, esa historia no abordó la posibilidad de que el virus pudiera haberse encontrado en la naturaleza, estudiado en un laboratorio y luego lanzado.El 21 de marzo, USA Today publicó un artículo titulado “Fact Check: Did the Coronavirus Originate In a Chinese Laboratory?” y lo calificó como "FALSO".
Esa historia de USA Today se basó en una nota que publicó el Washington Post, el 17 de febrero el cual citaba comentarios públicos del profesor de Biología Química de Rutgers University, Richard Ebright, pero fuera de contexto y solo en parte. De hecho, su cita completa incluía la aclaración de que el virus podría haber "ingresado a la población humana por accidente de laboratorio".

Bioingeniería ≠ Origen de laboratorio

A pesar de que Ebright sigue sosteniendo que el nuevo Coronavirus no es producto de la bioingeniería al modificar secuencias genéticas de Coronavirus ya conocidas, y que es posible que otras formas de manipulación de laboratorio puedan haber sido responsables de la pandemia actual; el Washington Post sigue tergiversando la información, ya sea por falta de comprensión científica o debido a otros intereses.

De acuerdo con correspondencia intercambiada entre Richard Ebright y la doctora Meryl Nass, quien ha realizado un trabajo innovador sobre bioguerra, es posible afirmar que el SARS-Cov-2 no es el único virus que pudo pasar por manipulación humana. De hecho, el virólogo Ron Fouchier del Erasmus Medical Center en Rotterdam, creó un virus a partir de la influenza aviar H5N1 el cual es más agresivo y que de llegar a soltarse “podría cambiar la historia mundial” y causar millones de muertes.
En ese mismo año, 2012, un estudio similar realizado por Yoshihiro Kawaoka de la Wisconsin University se publicó en Nature.

Las investigaciones de Fouchier y Kawaoka han desencadenado un debate sobre los límites de la libertad científica que podría desencadenar cambios en la llamada investigación de doble uso: estudios que tienen un beneficio potencial para la salud pública pero que también podrían ser útil para fines nefastos como la guerra biológica o el bioterrorismo.

En 2014, Marc Lipsitch de Harvard y Alison P. Galvani de Yale escribieron sobre el trabajo de Fouchier y Kawaoka: ”los experimentos recientes que crean agentes patógenos novedosos, altamente virulentos y transmisibles contra los cuales no existe inmunidad humana no son éticos ... imponen un riesgo de liberación accidental y deliberada que, si condujera a una extensa propagación del nuevo agente, podría costar muchas vidas.”

Puede haber una idea generalizada de que existe un consenso científico de que la pandemia no salió de un laboratorio. Pero, de hecho, muchos de los científicos más expertos en el campo son notablemente silenciosos. Esto incluye a Lipsitch en Harvard, Jonathan A. King en el MIT y muchos otros.

Loco, peligroso

Francis Boyle, profesor de Derecho Internacional en Illinois University y principal redactor de la Ley Antiterrorista de Armas Biológicas de 1989 -que establece una multa a quien desarrolle, produzca, almacene, transfiera, adquiera, retenga o posea cualquier agente biológico, toxina o sistema de entrega para usar como arma- ha condenado a Fouchier, Kawaoka y otros, incluido al menos uno de los autores del reciente artículo de Nature Medicine en los términos más enérgicos, llamando a este trabajo una "empresa criminal". Boyle también advirtió que “lo que el mundo ahora presencia es una carrera armamentista de guerra biológica ofensiva entre las principales potencias militares del mundo: Estados Unidos, Rusia, Gran Bretaña, Francia, China, Israel, entre otros.”

Debido a sus declaraciones y a pesar de su experiencia, Boyle ha sido desestimado de los medios sobre este tema. Si bien Boyle es particularmente vociferante en sus condenas, no está solo. Ha habido una atención intermitente de los medios a la amenaza de guerra biológica. The Guardian publicó en 2014 el artículo "Scientists condemn 'crazy, dangerous' creation of deadly airborne flu virus, después de que Kawaoka creó un virus potencialmente mortal que "se parece mucho a la cepa española de la gripe de 1918 que mató a unos 50 millones de personas". Al respecto, Lord May, expresidente de la Royal Society y ex asesor científico del gobierno del Reino Unido declaró que “El trabajo que están haciendo es absolutamente loco. Todo el asunto es extremadamente peligroso".

Respecto a la pandemia causada por el nuevo Coronavirus, la discusión sobre sus orígenes se ha centrado casi exclusivamente en "mercados húmedos" o animales "exóticos" como la causa probable.

Al menos un funcionario del gobierno chino ha respondido a la acusación de que los laboratorios en Wuhan podrían ser la fuente de la pandemia alegando que quizás Estados Unidos sea el responsable. En los principales medios de comunicación estadounidenses, eso se ha tratado reflexivamente como incluso más ridículo que la alegación original de que el virus podría provenir de un laboratorio. Obviamente, las acusaciones del gobierno chino no deben tomarse al pie de la letra, pero tampoco las reclamaciones del gobierno de Estados Unidos.

Independientemente de la causa de la pandemia actual, estos laboratorios de bioguerra / biodefensa necesitan mucho más escrutinio. La llamada a que Boyle y otros los cierren debe ser escuchada claramente, y se debe iluminar con precisión qué investigación se está llevando a cabo. El secreto de estos laboratorios puede evitar que sepamos con certeza los orígenes de la pandemia actual. Lo que sí sabemos es que este tipo de trabajo de laboratorio conlleva peligros reales.

*Los laboratorios BSL4 tienen los mecanismos de seguridad más estrictos, pero manejan los patógenos más mortales.

Datos cruciales: 

1. Un estudio de 2013 encontró que la financiación de biodefensa por parte del gobierno estadounidense había totalizado al menos 78 mil millones de dólares desde 2001.

Trabajo de Fuentes: 

Andersen, K.G., Rambaut, A., Lipkin, W.I. et al. [2020], “The proximal origin of SARS-CoV-2.” Nat Med , Londres, 26: 450-452.

Boyle, Francis [2005], Biowarfare and Terrorism, Clarity Press, 139 pp.

Herfst, S., Schrauwen, E. J., Linster, M., Chutinimitkul, S., de Wit, E., Munster, V. J., ... & Rimmelzwaan, G. F. [2012], “Airborne transmission of influenza A/H5N1 virus between ferrets.” Science, Washington, 336(6088): 1534-1541.

Imai, M., Watanabe, T., Hatta, M. et al. [2012], “Experimental adaptation of an influenza H5 HA confers respiratory droplet transmission to a reassortant H5 HA/H1N1 virus in ferrets.” Nature, Londres, 486: 420-428.

Klotz, Lynn, [2019], Human error in high-biocontainment labs: a likely pandemic threat, Bulletin of the Atomic Scientists, https://thebulletin.org/2019/02/human-error-in-high-biocontainment-labs-..., 25 de febrero de 2019.

Lipstich, M, Galvani, A, [2014], The case against 'gain-of-function' experiments: A reply to Fouchier & Kawaoka, Center for Infectious Disease Research and Policy, https://www.cidrap.umn.edu/news-perspective/2014/06/commentary-case-agai..., 19 de junio de 2014.

Wright, Susan [1990], Preventing a Biological Arms Race, Massachusetts, The MIT Press, 464 pp.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La pandemia por el nuevo Coronavirus ha causado gran controversia por tratarse de un hecho sin precedentes con consecuencias aún no esclarecidas en su totalidad, sin embargo, se han hecho notorias las denuncias acerca del origen humano del virus las cuales a pesar de no contar con la relevancia debida cuestionan las narrativas oficiales.
A pesar de que estos cuestionamientos no son infundados, entre la comunidad científica hay reticencia por aceptarlas lo cual no es novedad ya que gran parte de ella se encuentra financiada por los principales actores geopolíticos que innovan nuevas formas de llevar a cabo la guerra.