Mike Isaac es reportero para The New York Times enfocado en tecnología, siguiendo a empresas como Facebook, Uber y Twitter.
Sheera Frenkel ha cubierto para The New York Times como corresponsal en Medio Oriente por 10 años, enfocándose ahora en temas de ciberseguridad.
Cecilia Kang trabajó para The Washington Post en temas de tecnología por 10 años, y desde 2015 funge en The New York Times cubriendo la política tecnología y de regulación en Washington.

El texto señala que a partir del lunes 27 de enero de 2020 Facebook cambió su agenda en torno al coronavirus, debido a que Mark Zuckerberg expuso a altos ejecutivos de la compañía haber escuchado por semanas a especialistas sobre la pandemia que se aproximaba. Por ello señaló la importancia de utilizar herramientas para combatir la desinformación y las teorías conspirativas, además pidió a los encargados departamentales opciones ante el confinamiento para aquél fin de semana, para ponerlo en práctica durante los comicios presidenciales en Estados Unidos.

A palabras de dos asistentes a tal reunión, ayudó a estar por encima de empresas y gobiernos al prepararse ante la pandemia, siendo un cambio importante en cómo Zuckerberg lidera la compañía; anteriormente, había tenido una faceta de involucrarse mucho en ciertos aspectos de la empresa pero sin hacerlo en otros de menos interés para él. No obstante, el fin de esto llegó el 8 de noviembre de 2016 con la victoria electoral de Trump, y el escándalo de Cambridge Analitica, que mostró el uso que se había hecho de la plataforma para realizar espionaje.

Los autores señalan que los cambios en Facebook fueron evidentes: reemplazar a los fundadores de Whatsapp e Instagram con gente de su confianza y remodelar la mesa ejecutiva de Facebook, al mantener sólo a 4 de los 9 miembros. De esta forma la lógica de suma cero corporativa, ha desembocado en beneficiar a la directora de operaciones de la empresa, Sheryl Sandberg. Con influencia en un cuarto de la población mundial, los autores expresan que la empresa tiene la capacidad de crear nuevos personajes en el ámbito político: como el republicano Joel Kaplan en Washington y el ex viceprimer ministro de Gran Bretaña, Sir Nicholas Clegg, en la eurozona.

Sin embargo, la pandemia actual le da la oportunidad a Zuckerberg de crecer como líder, además de probar su tesis que la compañía puede ser una fuerza para el bien más allá de su capacidad de destrucción. Dave Arnold, vocero de la compañía expresó en una declaración por Internet que tanto Mark y Sheryl, como el resto del equipo ejecutivo, han hecho de Facebook una mejor compañía. Sin embargo, en mayo de 2020 tuvieron que lidiar con un video conspiracional llamado Plandemic, por lo que reporteros del diario Detroit Metro Times mostraron que la compañía es ciega ante la actividad de páginas con más de 400 mil miembros. Aunque para fortuna del jefe de la red social, el 2020 va tener el telón de fondo de la pandemia en lugar de estar dominado por las elecciones presidenciales y sus discursos políticos.

La pandemia ha jugado a favor de la filantropía de Zuckerberg, ya que la Chan Zuckerberg initiative ha estado interesada en curar y prevenir la enfermedad. Los autores añaden que así como la red social, la pandemia no tiene fronteras, por tanto el combate requiere una respuesta supranacional con la que pocas organizaciones pueden lidiar, mientras que debe sustentarse en la ciencia y no en política o emociones. No obstante, la pandemia puede amplificar el peligro que genera la red social al tratarse de la salud mundial, ya que el rol de la compañía con la información tóxica abre paso a que antiguos errores parezcan triviales. Por ello, los autores señalan que sea lo que suceda va recaer totalmente en Zuckerberg.

Hasta ahora he sido un líder en tiempos de paz

En este apartado el texto menciona el rol del Chief Executive Officer (CEO, por sus siglas en inglés) de Facebook en Silicon Valley, quién se muestra como un Product guy preocupado por desarrollar lo que se va vender más que administrar la compañía. Y se agregan los ejemplos de Steve jobs con el Iphone en Apple y Jeff Bezos con los clientes minoristas en Amazon. En el caso de Zuckerberg, al centrarse en distintos productos y legar la responsabilidad a gerentes, sobre todo de las partes que menos le interesan como la publicidad,—misma que genera 70 mil millones al año—, así como la política de los discursos que están y no permitidos, algo que ya es muy importante para ser ignorado.

La supervisión, explican los autores, queda a cargo del M-Team o Mark Team, formado por miembros que si bien no están por encima de Mark, tienen autonomía para manejar sus departamentos. Como Sheryl Sandberg, segunda al mando y quién se encarga entre otras cosas de la publicidad, marketing, regulación y comunicaciones.

Las elecciones de 2016 le dejaron en claro tanto a Mark como a Sheryl, al ser ridiculizados por su negligencia, que no podían mantener esa postura. A raíz de eso, el líder de la red social decidió tomar las riendas en la superpotencia global, realizando los siguientes actos: primero, dio una conferencia en 2018 en la cual reflejó los errores de la compañía, y aceptó que no se hizo lo suficiente ya que no tomaron en cuenta el abuso que puede hacerse de ciertas herramientas, pero que había sido su error; segundo, en julio de 2018, le expresó a sus ejecutivos que su atención estaba en reinventarse a sí mismo para los tiempos de guerra y añadió que hasta ese momento había sido un líder en tiempos de paz, y desde entonces tomaría más decisiones para la compañía basadas en sus instintos y visión, ya que los líderes en tiempos de guerra deben tomar decisiones rápidas, precisas y que no se paralizan por el miedo de hacer enojar a los demás.

Incluso, Zuckerberg optó por hacer que las empresas filiales de Facebook trabajaran de manera más estrecha, Instagram, tuvo que mandar de regreso su tráfico de información, mientras Whatsapp tuvo que integrarse con los servicios de la matriz. Lo que provocó la salida de los fundadores en lugar de seguir la visión: primero, los líderes de Whatsapp que terminaron desilusionados; después, siguió la salida en septiembre de 2018 de Kevin Systrom y Mike Krieger, líderes de Instagram. Quienes en conjunto terminaron por recibir más de mil millones de dólares en compensación.

Incluso Mark comenzó asistir a reuniones desde Nitty-gritty sobre tirar campañas de desinformación, anterior dominio de Sandberg, a las discusiones filosóficas sobre cómo se debería llevar los anuncios políticos. Ante esto los autores dicen que los empleados han notado el cambio del balanza de poder. Las especialidades de Sandberg, dar discursos políticos y hablar con los políticos, fueron algo que Mark comenzó hacer, empezó con un discurso público en la Universidad de Georgetown y continuó con discursos y compromisos de regulación en Utah, Bélgica y Alemania. Mientras dejó a Thiel Clegg para jugar el rol de diplomático en Europa, en donde la compañía tiene relaciones más limitadas con las agencias gubernamentales.

Por otro lado las perspectivas de Sheryl Sandberg muestran una dualidad: en publico, señala que su rol es más amplio que antes, al dirigir un programa con 100 millones de dólares para apoyar compañías afectadas por la pandemia y administrar las nuevas contrataciones. Sandberg expresó en una entrevista en NBC en febrero, que siempre quiso que Mark fuera más visible, pero mencionó que el problema no es lo que piensen de ellos, sino, lo que la compañía está haciendo; no obstante, de manera privada, está preocupada de que su rol se vuelva menos importante. Mientras la compañía niega que la relación haya cambiado, David Fischer, director de ingresos de la compañía dice que así como Mark maneja el producto, Sheryl maneja el lado comercial.

Un hábil intérprete

El texto menciona que 2019 fue un año en que Facebook realizó un cabildeo en Washington, con una cantidad de 16 millones 700 mil dólares, y sólo dos compañías aportaron una suma mayor. Pero los autores expresan que la mayor arma de la compañía es el acceso de su CEO, quién con ayuda de Joel Kaplan, veterano de la administración Bush, asistió como invitado a cenas con conservadores importantes como Lindsay Graham y Tucker Carlson, además, Kaplan alimentó la relación entre Zuckerberg y Jared Kushner.

En septiembre de 2019 el fiscal general de Nueva York, anunció una investigación de distintos estados en la que la red social había infligido leyes antitrust. Lo que provocó que su líder se diera cuenta de la atención que requiere el gobierno, por lo que se presentó con los servidores de ambos partidos en Washington.

En el encuentro con senadores demócratas, asistieron Mark Warner de Virginia y Richard Blumenthal de Connecticut, quienes han criticado las políticas de privacidad y seguridad de la compañía. También, asistieron funcionarios nuevos en la política tecnológica como Jeanne Shaheen de New Hampshire, Catherine Cortez Masto de Nevada y Angus King de Maine. Los autores señalan que Zuckerberg utilizó el típico toma y da que le había pedido a Sandberg utilizar, escuchó atentamente mientras acepto garantías sobre los problemas de la compañía, desde interferencia en elecciones extranjeras hasta criptomonedas. El senador Blumenthal señaló en un entrevista que Zuckerberg es un hábil intérprete, mientras el senador Warner, añadió que Zuckerberg se ha dado cuenta que comprometerse directamente es para su beneficio.

El texto señala que esta reunión sería un calentamiento para un evento más importante el día siguiente: la reunión con Donald Trump. No se habían conocido hasta el momento, y Zuckerberg mostró estadísticas sobre la presencia del presidente en la red social, notando el compromiso que no tiene ningún otro líder mundial en las redes sociales. Mientras Trump, quién antes había atacado a la compañía cambió de perspectiva al describir la charla como agradable en redes sociales. Un mes después, el presidente invitaría a la mesa ejecutiva de Facebook a un cena en la Casa Blanca, la cual permaneció sin divulgarse por semanas, pero parece que las adulaciones funcionaron debido a que desde entonces la compañía no ha sido castigada, y en lugar de eso, Trump continúa diciendo que es el número uno en la red social más grande del mundo.

El compromiso de Zuckerberg lo llevó a molestar a sus empleados, pero el descontento eferveció cuando en octubre de 2019, al anunciar la forma en cómo se iba lidiar con el discurso político, ya que la compañía en nombre de la libertad, no intervendría en lo que los políticos compartieran en sus anuncios incluso si estos no eran verídicos. Zuckerberg añadió a esto que la red social no estaba en el negocio de ser un árbitro de la verdad, ni quería serlo. Esto resultó en una oposición interna, mediante un memorándum escrito por 250 empleados, se argumentó que la desinformación es perjudicial para todos, ya que la libertad de expresión y los discursos pagados eran cosas diferentes, además que era perjudicial para la red social.

Unos días después, en Halloween de 2019, Mark organizó una sesión de preguntas y respuestas con sus empleados, pero según 3 asistentes al evento, cerca del final una persona vestida de Pikachu presionó al líder sobre la decisión anterior. El texto menciona que Mark ahora está menos preocupado por que queden contentos, y al repetirse los cuestionamientos sobre el tema, se mantuvo firme al decir que esto no era una democracia.

La prueba del detergente

El texto señala que la mesa directiva de Facebook formado por 9 directivos, no es un control para el poder de Zuckerberg, haciendo alusión a la idea de que no es una democracia. Ejemplo de ello es lo que ocurrió con la sugerencia de Kenneth Chenault, ex directivo de American Express, sobre un comité independiente para analizar los desafíos de la compañía, algo que sería negado por Zuckerberg y otros directivos. También, el punto de vista del líder prevaleció en otros desacuerdos de la mesa en torno a la publicidad política y la difusión de información errónea, por eso, en marzo de 2020 Chenault y Jeffrey Zients decidieron no postularse más para el cargo.

Para ocupar su lugar Mark decidió colocar a personas más cercanas: Drew Houston, jefe ejecutivo de Dropbox, quién es amigo de Zuckerberg y compañero de ping-pong; y Peggy Alford, ex directora financiera de Chan Zuckerberg Initiative. Los autores señalan que otros tres puestos están por agregarse, contemplando ejecutivos de compañías como McKinsey y Estée Lauder, mientras los 3 restantes son amigos del líder: Thiel, Andreesen y Sandberg.

Por ello, Zuckerberg pudo dedicar más atención a la pandemia y desde temprano mostró informes como el del ex director del Centro para el control de enfermedades, Tom frieden. Además, fue aconsejado de no seguir los informes preliminares en China o de las garantías de Trump. En lugar de eso, a presionado a sus empleados para desarrollar productos que las personas puedan utilizar para comunicarse, el texto menciona que el más reciente es un rival de Zoom. Debido a que desde que empezó la pandemia ha aumentado las llamadas de audio y video en sus plataformas, como en Italia que aumentaron 1000 por ciento.

Finalmente, el texto muestra las palabras de Zuckerberg durante una llamada en abril de 2020, al expresar que siempre ha creído que en tiempos de recesión, es necesario seguir invirtiendo en el futuro. Los autores añaden que habrá que ver lo que el líder está dispuesto hacer cuando sea desafiado por los poderosos. Por otro lado, en una entrevista en marzo e 2020 para The New York Times dijo que no toleraría información que ocasionara un riesgo inminente, como el ingerir detergente como una cura. Mientras Trump preguntó abiertamente en una conferencia de noticias en la Casa Blanca, sobre las inyecciones de detergente, a pesar de que compañías como Clorox y Lysol declararon no ingerir sus productos, el video se volvió rápidamente viral en la red social y el Centro de Control de Envenenamientos se inundó con cuestionamientos al respecto.