Why Bombs Made in America Have Been Killing Civilians in Yemen

Cita: 

LaForgia, Michael y Walt Bogdanich [2020], "Why Bombs Made in America Have Been Killing Civilians in Yemen", The New York Times, New York, 16 de mayo, https://www.nytimes.com/2020/05/16/us/arms-deals-raytheon-yemen.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Sábado, Mayo 16, 2020
Tema: 
Bombas producidas en Estados Unidos matan civiles en la guerra de Yemen
Idea principal: 

Michael LaForgia es un periodista de investigación que trabajó anteriormente para The Tampa Bay Times y The Palm Beach Post. Mientras estuvo en Florida, ganó dos veces el Premio Pulitzer por reportajes locales.

Walt Bogdanich se unió al NYT en enero de 2001 como editor de investigación. Desde 2003, ha trabajado como reportero de investigación. Ha ganado tres premios Pulitzer.


La nota señala que las armas suministradas por compañías estadounidenses permitieron a Arabia Saudita bombardear a civiles en Yemen creando una crisis humanitaria en ese país, a pesar de que en junio de 2017, un influyente senador republicano decidió cortar el suministro de ventas de armas a Arabia Saudita, reteniendo la aprobación de nuevas ventas.

Sin embargo, el asesor comercial de Donald Trump, Peter Navarro, revirtió la propuesta del Senado. Navarro, escribió un memorando (llamado "Acuerdo de venta de armas de Trump en Medio Oriente en peligro extremo, pérdida de empleos inminente"), después de hablar con los fabricante de armas estadounidenses y éste fue enviado a Jared Kushner y otros altos funcionarios de la Casa Blanca pidiendo una intervención. De esta manera, los sauditas volvieron a comprar armas estadounidenses.

La nota señala que este es un cambio en la política exterior de Estados Unidos ya que anteriormente las ventas de armas al exterior se ofrecían y retenían principalmente para lograr objetivos diplomáticos. Sin embargo, en la administración Trump las persigue principalmente por las ganancias que generan y los empleos que crean, con poca consideración de su uso.

Navarro es un economista de California conocido por sus polémicas contra China, es también un enlace entre la Oficina Oval y las empresas de defensa. Y ha logrado que en la actual administración, el Departamento de estado promueva las licencias para los tratados de armas de manera más agresiva.

La reiterada venta de armas a Arabia Saudita ha contribuido a prolongar la guerra de Yemen en la que más de 100 000 personas han muerto. Yemen es la nación más pobre del mundo árabe, y este conflicto desestabiliza aún más una región ya volátil.

Por su parte, los fabricantes de armas estadounidenses que venden a los sauditas responden sólo ante los accionistas y debido a que las ventas de armas a países extranjeros deben ser aprobadas por el Departamento de estado, las compañías se escudan mencionando que no hacen política, sólo la siguen.

Raytheon Company, un importante proveedor de armas para los sauditas, hizo todo lo posible para influir en los funcionarios estadounidenses, incluso después de que miembros del Congreso intentaron suspender las ventas a Arabia Saudita por razones humanitarias. Cuando la guerra de Yemen comenzó en 2015 y la administración de Obama tomó una decisión apresurada de respaldar a los sauditas, Raytheon reservó más de 3 mil millones de dólares en nuevas ventas de bombas, según un análisis de los registros disponibles del gobierno de Estados Unidos.

Raytheon aprovechó las lagunas federales al enviar a ex funcionarios del Departamento de estado, que no estaban obligados a registrarse como cabilderos, para presionar a sus ex colegas para que aprobaran las ventas de armas. De esta manera, Mark Esper, jefe del lobby de esta empresa, se convirtió en secretario del ejército y luego secretario de defensa bajo el mandato de Trump.

De igual manera, Raytheon se puso en comunicación con Navarro, quien intervino con los funcionarios de la Casa Blanca en nombre de la empresa y presionó con éxito al Departamento de estado para procesar los negocios polémicos. Raytheon también solicitó la ayuda de David J. Urban, un cabildero cuyos estrechos vínculos con Esper y Mike Pompeo se remontan a la década de los años 80, cuando los tres estaban en West Point.

La nota menciona que congresistas republicanos y demócratas han condenado la continua venta de armas en la guerra de Yemen, expresando preocupaciones tanto humanitarias como de seguridad: algunas de las armas han terminado en manos de grupos islámicos militantes en el país.

Sin embargo, la administración Trump ha defendido la venta de armas a Arabia Saudita como vital para el crecimiento del empleo y la economía estadounidense; ya que empresas como Boeing, Lockheed y Raytheon pueden generar empleos (ver Dato crucial 1).

Conseguir el oído del presidente

Una de las promesas de campaña de Trump fue resucitar la industria manufacturera estadounidense, sin embargo, según la nota, sus asesores se dieron cuenta de que no había muchas formas en que el poder ejecutivo, por sí solo, pudiera influenciar la producción y el comercio.

Por lo que Navarro, tuvo la idea de invocar la seguridad nacional como narrativa para promover la industria de la defensa y así imponer aranceles, crear empleos en la fabricación, así como reducir el déficit comercial. En diciembre de 2016, el presidente electo nombró a Navarro jefe del recién creado Consejo nacional de comercio y Trump le dio la responsabilidad de incrementar la producción en el sector defensa estadounidense mediante el aumento de las ventas de armas al exterior.

Las firmas de defensa se presentaron como la única industria de alta tecnología que no había perdido terreno frente a China. De esta manera, Navarro fungió como defensor de esta industria que mantiene su influencia en Kushner y Trump. Así es como Navarro pudo aumentar las ventas de armas a Arabia Saudita y otros países, a veces repitiendo los puntos de conversación utilizados por Raytheon y otros productores de armas.

Un cambio inesperado de 5 mil millones de dólares

Raytheon era la tercera empresa de defensa más grande de Estados Unidos, impulsada por las ventas de su sistema más conocido, el misil Patriot; sin embargo, esta empresa había sido golpeada por la disminución de las ganancias y los recorte presupuestarios federales.

Por esta razón enfocó sus ventas al exterior y obtuvo sus ingresos de las ventas a gobiernos extranjeros. Los lazos que tiene con Arabia Saudita se remontan a los años de la década de los 60, cuando la compañía se convirtió en una de las primeras firmas de defensa estadounidenses en construir una base permanente en ese país.

Desde que comenzó la guerra de Yemen, Raytheon ha reservado de más de 5 mil millones de dólares en ventas para Arabia Saudita, según los registros de Estados Unidos. Algunos de los tratos, para artículos defensivos, pasaron por el proceso de aprobación del gobierno, pero las ventas de armas ofensivas, incluidas más de 120 000 bombas de precisión estaban usando en Yemen, enfrentaron grandes obstáculos. Esos acuerdos tienen un valor de más de 3 mil millones de dólares.

Las bombas de Raytheon vendidas a Arabia Saudita mataron civiles: el 8 de octubre de 2016 los aviones de la coalición saudí atacaron repetidamente una sala funeraria en la capital yemení, donde unos 1 500 hombres, mujeres y niños se habían reunido para llorar al padre de un funcionario del gobierno. Ahí, 140 personas murieron y otras 500 resultaron heridas en el bombardeo.

En diciembre de 2016, la administración Obama detuvo la entrega de piezas de bombas que habían sido vendidas pero aún no enviadas, una decisión que enfureció a los sauditas y a Raytheon. La empresa tendría que esperar hasta que Obama dejara el cargo, y luego tratar de forjar vínculos con la administración Trump lo más rápido posible.

Felicidades Raytheon

En agosto de 2017 la administración Trump estaba en medio de una crisis: los líderes empresariales estaban abandonando al presidente por sus comentarios sobre la violencia racial en Charlottesville, Virginia, cuando necesitaba apoyo para lanzar una nueva ofensiva contra China.

Así, los ejecutivos de Raytheon trataron de acercarse a la administración haciendo arreglos para reunirse con Trump en varias ocasiones, incluso durante el viaje del presidente a Arabia Saudita en mayo. Poco después del viaje, la administración de Trump agilizó la entrega de piezas de bombas a los sauditas que Obama había retrasado.

De la misma manera, Navarro ayudó a Raytheon revirtiendo la decisión del senador Bob Corker, republicano de Tennessee y presidente del Comité de relaciones exteriores del Senado, de bloquear las ventas de armas de Raytheon y otras compañías a las naciones del Golfo Pérsico por un asunto no relacionado con la guerra en Yemen.

La compañía ya tenía un contrato de casi 2 mil millones de dólares para vender a los sauditas y emiratíes más bombas; pero a diferencia del acuerdo que Obama había suspendido, estos acuerdos exponían a Raytheon a penosas sanciones si la empresa no cumplía.

Para romper el estancamiento, Navarro envió el memorando en enero de 2018 a los principales funcionarios de la Casa Blanca y los destinatarios incluyeron a Kushner, quien, al igual que Trump, mantuvo una estrecha relación con el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, y habría sido sensible a las quejas sauditas sobre los acuerdos de armas estancadas.

La tercera intervención falla

Semanas después de que Navarro ayudó a poner fin al control de Corker, otro senador bloqueó los acuerdos de Raytheon. El senador Robert Menéndez, demócrata de Nueva Jersey, hizo el tercer intento de detener las armas que alimentan la guerra de Yemen.

Para entonces la lucha había entrado en su tercer año. El número de muertos se elevó a más de 50 000, incluidos 9 000 civiles, lo que generó preocupación entre Menéndez y otros legisladores de que los sauditas no estaban haciendo lo suficiente para evitar matar a los no combatientes. Ejecutivos de Raytheon visitaron a Menéndez en el Capitolio en mayo de 2018.

El senador, quien como miembro de alto rango del Comité de relaciones exteriores tenía autoridad para bloquear las ventas, no se mostró convencido. Además mencionó que no tenía un problema ideológico ya que había apoyado otras ventas de armas; el problema era que la empresa estaba vendiendo armas a un país que las estaba utilizando en la violación de las normas internacionales.

Al mismo tiempo, la oficina de la compañía en Washington desplegó a ex funcionarios del Departamento de estado para presionar a sus ex colegas en la administración. Entre ellos estaba Tom Kelly, el antiguo embajador estadounidense en Djibouti. Es una estrategia común entre los contratistas de defensa, que habitualmente recurren a ex funcionarios del gobierno por su experiencia y sus profundas conexiones.

Así, Navarro había logrado supervisar la reescritura de la política convencional de transferencia de armas del gobierno para facilitar que compañías como Raytheon obtengan la aprobación del gobierno. En las nuevas reglas, la "seguridad económica" se enumeró como un principio rector, por lo que pidieron al Departamento de estado que ampliara su apoyo a las firmas de defensa estadounidenses en el extranjero y minimizara las regulaciones que retrasaron el proceso de transferencia.

Luego, Navarro comenzó a celebrar reuniones quincenales de progreso sobre acuerdos pendientes, incluidos los de Raytheon, con funcionarios del Consejo de seguridad nacional y el Departamento de estado.

En el otoño de 2018, la CIA implicó al Príncipe Mohammed en el asesinato del periodista Khashoggi. Pero la presión de Navarro y de los funcionarios de la industria sobre el Departamento de estado siguieron aumentando hasta 2019, cuando Pompeo decidió que era hora de dar luz verde a las ventas de armas.

Pompeo se reunió con otros altos funcionarios de la administración y discutió la declaración de una emergencia para liberar las armas. De esa manera, decidieron acelerar las ventas citando la necesidad de contrarrestar a Irán, que estaba apoyando a los rebeldes hutíes de Yemen.

En mayo de 2019, Pompeo entregó al Congreso una declaración de emergencia diseñada para liberar más de 20 acuerdos estancados, incluidas las ventas de bombas de Raytheon. Las ventas de armas volvieron a fluir y el número de muertos civiles en Yemen había superado 12 000.

Una trampa ‘Like Flypaper’

Finalmente, el artículo señala que en marzo de 2015, los sauditas querían saber si Estados Unidos apoyaría su inminente invasión de Yemen para reprimir a los rebeldes alineados con Irán que habían derrocado al gobierno aliado de Arabia Saudita en Yemen.

Los asesores estadounidenses recomendaron un plan de alto riesgo para Arabia Saudita y Obama estuvo de acuerdo con él. Según la nota, el ex presidente no pretendía involucrar a su país en otra guerra, por lo que ofreció principalmente apoyo defensivo sin definir en términos claros lo que eso significaba exactamente.

Gracias a eso, la industria de las armas estadounidense aprovecharía la ambigüedad de vender a los sauditas armas ofensivas y defensivas. De esta manera, mientras el embajador saudita en Washington informaba a los medios, los aviones sauditas ya estaban sobre Yemen. En su primer bombardeo, los sauditas golpearon un área residencial y mataron a 14 niños.

A medida que aumentaba la evidencia en los meses siguientes de que aumentaban las bajas civiles, Obama decidió no frenar agresivamente a los sauditas. Consecuentemente, 30 ex altos funcionarios de Obama firmaron una declaración pública de arrepentimiento en noviembre de 2018 por lo que resultó ser un “cheque en blanco de apoyo” para el ejército saudí.

Como resultado, se publicó un informe de International Crisis Group, una organización sin fines de lucro dedicada a la resolución de conflictos. Ahí, se señalaba que las ventas de armas estadounidenses actuaron "como un cebo para atrapar a Estados Unidos en Yemen".

Datos cruciales: 

1. Los registros muestran que las ventas militares estadounidenses al exterior aumentaron drásticamente después de que Trump se convirtió en presidente: promediaron alrededor de 51 mil millones de dólares al año durante los primeros tres años de Trump, en comparación con 36 mil millones de dólares al año durante el mandato final de Obama.

Los grupos de apoyo de la industria armamentista dicen que los trabajos de defensa aumentaron más de 3.5%, a aproximadamente 880 000 durante los primeros dos años de la administración Trump, aunque según la nota, los datos más recientes disponibles, no especifican cuántos fueron en la producción.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Esta nota pone de relieve detalles sobre Raytheon y sus ventas de armas al reino de Arabia Saudita, de las cuales, bombas fabricadas por esta compañía, fueron utilizadas en la guerra de Yemen. La nota es útil ya que señala la acción social de determinados individuos dentro de la burocracia estadounidense, así como altos ejecutivos de empresas como la mencionada anteriormente que tienen objetivos específicos: maximizar ganancias en el sector de la industria armamentística, a pesar de que eso contribuye a acrecentar los conflictos militares como el de Yemen.