By Air and Sea, Mercenaries Landed in Libya. Then the Plan Went South

Cita: 

Walsh, Declan [2020], "By Air and Sea, Mercenaries Landed in Libya. Then the Plan Went South", The New York Times, New York, 25 de mayo, https://www.nytimes.com/2020/05/25/world/middleeast/libya-mercenaries-ar...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Mayo 25, 2020
Tema: 
Miembros de corporaciones militares privadas participan en el conflicto de Libia.
Idea principal: 

Declan Walsh es el jefe de la oficina de The New York Times en El Cairo, cubriendo Egipto y Oriente Medio. Anteriormente trabajó en The Guardian.


El artículo indica cómo los mercenarios penetran sigilosamente en países inmersos en conflictos armados. Por ejemplo, se documentó el caso de mercenarios provenientes de Sudáfrica, Gran Bretaña, Australia, Estados Unidos y Jordania que en el verano de 2019 atravesaron el Mediterráneo desde Malta hasta el puerto de Benghazi. Utilizando documentos falsificados, trasladaron seis helicópteros desde Botswana. Su supuesta misión era proteger instalaciones de petróleo y gas. No obstante, los investigadores de la ONU determinaron que su objetivo real era luchar junto al comandante libio Khalifa Hifter en un asalto a Trípoli, misión por la cual se les pagaría 80 millones de dólares.

Sin embargo, el artículo continúa detallando, estalló una disputa entre Hifter y los mercenarios sobre la calidad de las aeronaves: en Benghazi, el comandante libio se enfureció porque los mercenarios habían traído aviones viejos, en lugar de unos más poderosos.

La fallida misión ilustra cómo una guerra impulsada por poderosos países como Emiratos Árabes Unidos, Turquía, Rusia y Egipto, ha creado un campo de juego lucrativo para contrabandistas, traficantes de armas, mercenarios y otros especuladores que ignoran el embargo internacional de armas.

Este escenario es resultado de dos factores: la riqueza petrolera de Libia y unos descuidados estándares de combate. De hecho, la presencia de rusos, sirios, sudaneses, chadianos y ahora mercenarios occidentales atraídos por la lucha, el conflicto parece ser una guerra entre mercenarios.

Armas extranjeras, dinero y combatientes

Libia ha estado sumida en el caos desde el derrocamiento de Muammar Gadafi en 2011. El frágil gobierno respaldado por las Naciones Unidas fue rápidamente cuestionado por Hifter, quien ha encontrado desde 2014 el respaldo de varias fuerzas extranjeras. Por ejemplo, en 2019 el Grupo Wagner (un grupo de mercenarios respaldado por el Kremlin) reforzó la ofensiva de Hifter sobre Trípoli. Además, Reuters señaló que recientemente un gran contingente de combatientes rusos fueron trasladados a una fortaleza de Hifter, después de haber sido mermados en combate.

Según un informe confidencial presentado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en febrero de 2020, la misión fallida del verano de 2019 fue organizada y financiada por una red de compañías secretas de Emiratos Árabes Unidos. Las firmas están controladas por Christiaan Durrant, un empresario australiano y ex piloto de combate muy cercano a Erik Prince, el mercenario más famoso de Estados Unidos.

Erik Prince, cuyos estrechos vínculos con la administración Trump lo han mantenido bajo el escrutinio del Congreso estadounidense en los últimos años, ha proporcionado fuerzas de milicia privadas al príncipe heredero Mohammed bin Zayed, gobernante de facto de los Emiratos Árabes Unidos y el principal patrocinador extranjero de la guerra de Hifter en Libia.

Los investigadores de Naciones Unidas están examinando si Prince desempeñó algún papel en la fallida operación mercenaria, algo que el empresario negó rotundamente.

Cualquier cosa, en cualquier momento y en cualquier lugar

La nota detalla que el equipo de 20 mercenarios desplegado en Benghazi en junio de 2019 fue dirigido por Steve Lodge, un ex oficial de la Fuerza Aérea de Sudáfrica que también sirvió en el ejército británico y trabajó como contratista militar privado en Nigeria. Los otros combatientes también eran ex militares: 11 sudafricanos, cinco británicos, dos australianos y un piloto estadounidense. Su misión era evitar que los envíos de armas suministradas por Turquía llegaran al gobierno en Trípoli.

Los investigadores de Naciones Unidas señalaron que el plan consistía en un ataque marítimo, usando lanchas rápidas, para atacar helicópteros que abordaran y buscaran barcos mercantes. Se cree que esta fuerza marítima era parte de una operación más grande que también involucraba comandos que vigilarían y destruirían objetivos enemigos.

También se compraron seis helicópteros en Sudáfrica y se transportaron al aeropuerto internacional de Gaborone, Botswana. Aunque clandestina, la operación dejó un largo rastro de evidencia, comenzando con fotografías publicadas en línea por The Botswana Gazette de tres helicópteros Super Puma, atados a camiones, conducidos por una carretera.

Los helicópteros fueron cargados en aviones de carga, uno de los cuales era propiedad de SkyAviaTrans, aerolínea señalada en un informe de Naciones Unidas de 2019 por transportar artículos militares a Libia. Otra compañía que formó parte de la operación, Lancaster 6, es parte de una red de empresas con nombres similares en Malta, Emiratos Arabes Unidos y las Islas Vírgenes Británicas. Opus Capital Asset, otra de las empresas propiedad de Durrant, está dirigida por Amanda Kate Perry, una prominente empresaria británica en Dubai que promueve a mujeres emprendedoras y fue aclamada por una revista local, Emirates Woman, como una de sus "visionarias" de 2019.

El plan golpea un obstáculo

El episodio de la operación fallida terminó cuando los mercenarios decidieron retirarse después de haber discutido con Hifter por el avión, pero al salir de Benghazi uno de sus barcos tuvo problemas y tuvo que ser abandonado: los 20 hombres se subieron en un solo bote y continuaron hacia Malta. Semanas después, la Guardia costera de Libia encontró el bote abandonado y aparecieron fotografías en los medios de comunicación locales.

Durrant se presenta como empresario y trabajador humanitario en sus redes sociales, sin embargo, buena parte de su carrera reciente se ha relacionado con Prince, quien ha organizado empresas militares en Somalia, Malí, Sudán del Sur y Afganistán.

En 2017, Durrant estuvo vinculado a la propuesta de Prince para combatir a los talibanes en Afganistán con una fuerza aérea privada. También se señala que en julio de 2019, cuando la operación de mercenarios en Libia estaba en marcha, Opus Capital pagó al menos 60 000 dólares a los cabilderos federales en Washington para presentar a la Casa Blanca lo que llamó "problemas geopolíticos en África".

Broma de un embargo

Cualquiera que viole el embargo internacional de armas a Libia enfrenta una posible prohibición de viajar y un congelamiento de activos, pero sólo dos ciudadanos no libios, ambos contrabandistas de personas eritreas, han sido sancionados. Incluso altos funcionarios de Naciones Unidas llaman al embargo una broma.

Las potencias militares globales no se ponen de acuerdo sobre quién debería ser sancionado porque están abiertamente en desacuerdo con Libia o tienen políticas contradictorias como Estados Unidos. Este país apoya oficialmente al gobierno en Trípoli, pero Trump expresó su apoyo a Hifter.

La nota señala que la investigación sobre la operación mercenaria continúa y podría haber suficiente evidencia contra algunas personas para justificar sanciones. Pero hasta ahora la única acción legal ha venido de Malta, donde la policía acusó al traficante de armas y a cuatro de sus empleados por violar las sanciones de la Unión Europea y suministrar a los mercenarios lanchas rápidas.

El traficante de armas acusado, James Fenech, también tiene vínculos comerciales con Prince: en 2018 lanzaron Blackwater Ammunition, que vende municiones para rifles de asalto, cuchillos y relojes bajo la marca Blackwater.

Datos cruciales: 
Nexo con el tema que estudiamos: 

Esta nota es muy útil porque revela detalles sobre la participación de miembros de Corporaciones Militares Privadas en la guerra en Libia. Así, con este tipo de notas se puede avanzar en las investigaciones en curso al respecto de este tema.