Businesses are finding AI hard to adopt

Cita: 

The Economist [2020], “Businesses are finding AI hard to adopt”, The Economist, London, 11 de junio, https://www.economist.com/technology-quarterly/2020/06/11/businesses-are...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Junio 11, 2020
Tema: 
La implementación de la inteligencia artificial es más difícil de lo que se pensaba.
Idea principal: 

En la actualidad, las grandes empresas de internet como Facebook o YouTube (filial de Alphabet) usan conjuntamente a moderadores humanos y algoritmos para identificar publicaciones o videos que violan legislaciones nacionales o sus políticas corporativas. Los algoritmos representan numerosas ventajas respecto de los moderadores humanos: no duermen, son más rápidos (analizan miles de mensajes por segundo), no se cansan y, además, no se les tiene que pagar.

Otras empresas de servicios de internet también usan intensamente algoritmos: Google (también filial de Alphabet) los usa para refinar los resultados de búsqueda; Amazon y Netflix, para recomendaciones de películas o series; Twitter, para sugerir cuentas a las cuales seguir. Todas estas empresas proporcionan sus servicios con muy poca intervención humana y emplean a relativamente pocas personas.

Muchas empresas de otras industrias quisieran replicar la exitosa adopción de la inteligencia artificial por parte de los gigantes de internet, pero ese objetivo ha mostrado ser escurridizo. Según una encuesta de Boston Consulting Group y el MIT realizada a 2 mil 500 directores de empresas, 70% de los proyectos de inteligencia artificial han tenido impactos muy reducidos y en 40% de los casos las “inversiones significativas” realizadas en inteligencia artificial no han representado ningún beneficio.

En consecuencia, los directores de las empresas están reduciendo su interés hacia esta tecnología. Una encuesta de la consultora PwC encontró que el número de empresas que planean implementar la inteligencia artificial se redujo de 20% en 2019 a 4% en 2020. El porcentaje de empresas que señaló que ya había implementado la inteligencia artificial en más de un área se redujo de 27% a 18% en los mismos años. Un analista de PwC consultado por el semanario británico sostuvo que los ejecutivos de las empresas están reconsiderando y abandonando la “exuberancia irracional” hacia la inteligencia artificial que dominó las salas de juntas en años recientes.

Las razones detrás de la pérdida de entusiasmo hacia la inteligencia artificial son varias. En primer lugar, la implementación de cambios es lenta y difícil en las empresas –en particular, en las grandes empresas. En segundo lugar, es probable que los directivos se hayan dejado impresionar por el éxito de la inteligencia artificial en las empresas de internet y que hayan subestimado la dificultad de la implementación en sus propias industrias.

Otro problema ha sido la dificultad de implementar la inteligencia artificial. Aunque las computadoras pueden resolver problemas lógicos y matemáticos complejos con facilidad, puede resultar muy difícil y costoso que lleven a cabo tareas sencillas. Los sistemas de inteligencia artificial funcionan bien para problemas claramente definidos y con reglas claras, pero tienen grandes dificultades con problemas amplios y menos precisos (más comunes en la vida cotidiana).

¿Qué hacer ante esta situación? Algunos programadores y empresarios sugieren comenzar con proyectos sencillos mediante los cuales se puedan obtener beneficios obvios. Por ejemplo, usar información sobre motores para saber cuándo pueden fallar permite darles mantenimiento preventivo y así, al evitar que se descompongan, generar ahorros significativos; la implementación de sistemas de este tipo es sencilla y tiene impactos claros y mensurables.

La dificultad de implementar algunas aplicaciones de la inteligencia artificial radica en que la mayoría de los problemas del mundo real no tienen reglas claramente definidas y tienen “finales abiertos”. Esto se traduce en que esos problemas no son completamente resolubles por los sistemas de inteligencia artificial y tienen que ser finamente juzgados o resueltos por humanos. Eso puede desincentivar su adopción por parte de las empresas, pues el desempeño no es eficiente y los ahorros son inferiores a los esperados.

Incluso para las empresas de internet, los límites de los sistemas de inteligencia artificial son claros. Cuando estas empresas enviaron a casa a sus moderadores humanos debido a la pandemia, algunos de sus comunicados dejaron en claro que sus sistemas de moderación de contenidos podrían tener fallas o mayores tiempos de respuesta. De esta manera, reconocieron implícitamente las ventajas de mantener a los humanos en la toma de decisiones.

The Economist concluye señalando que “la inteligencia artificial puede hacer mucho. Pero funciona mejor cuando los humanos están ahí para apoyar”.

Datos cruciales: 

Los usuarios diarios de Facebook ascienden a 1 730 millones.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Aunque la inteligencia artificial es reconocida como una tecnología de propósito general, su implementación generalizada ha sido más compleja y lenta de lo que se proyectaba hace algunos años. Aunque algunos de los obstáculos para su implementación provienen de la reticencia al cambio por parte de las grandes empresas, las dificultades más importantes son técnicas: poca disponibilidad de datos sobre temas particulares, incapacidad para aplicar el aprendizaje adquirido en áreas específicas a problemas más amplios, dificultad para lidiar con problemas que no están claramente definidos, entre otras.

Si esos problemas son resueltos, lo más probable es que sean las grandes corporaciones quienes lo logren. Una consecuencia de ello sería una concentración de capital aún mayor de la ya existente. Al ser los efectos de red una de las características más importantes de la economía digital, una mayor concentración de capital significaría una mayor concentración de datos, lo que atraerá a más usuarios e implicaría mayores ingresos. Esta dinámica se retroalimentaría.