Geopolitics. The new world disorder

Cita: 

The Economist [2020], "Geopolitics. The new world disorder", The Economist, London, 18 de junio, https://www.economist.com/leaders/2020/06/18/the-new-world-disorder

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Jueves, Junio 18, 2020
Tema: 
Cambios en el orden mundial y potencias emergentes que lo amenazan.
Idea principal: 

El artículo hace referencia a la Convención de San Francisco de 1945, en la que 50 países firmaron la carta que creó la Unión de Naciones Unidas. Se apunta que, a diferencia de la extinta Liga de las Naciones creada después de la Primera guerra mundial, la ONU ha sobrevivido. Después del proceso de descolonización y los movimientos de liberación nacionales, nuevos países se unieron, actualmente son 193 miembros.

La nota señala que la ONU y otras organizaciones internacionales como la Organización Mundial del Comercio (OMT) o el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), siguen trabajando para mantener el orden mundial establecido después de la Segunda guerra mundial. Este orden internacional está amenazado por problemas como el surgimiento de China como potencia y la negligencia del país que lo creó y financió: Estados Unidos.

Este cambio en el orden global es interpretado por el artículo como una amenaza que afectaría a Estados Unidos, a las potencias medianas como Japón y Alemania y las emergentes como India e Indonesia.

El artículo señala que la ONU puede ser burocrática e irreformable, pero vale la pena que permanezca como organización internacional ya que contribuye a mantener el orden global y “salvar a la humanidad del infierno” (ver Dato crucial 1).

De esta manera, la ONU es vista como una institución que, si bien no garantiza la paz, contribuye a que la guerra sea menos probable. A este respecto, se cita el ejemplo del altercado entre China e India sobre la disputa fronteriza recientemente ocurrida. Asimismo, sin un organismo multilateral, se cree probable que conflictos como el de Siria se profundicen. Del mismo modo, la pandemia presenta nuevos retos: el virus no solo requiere soluciones globales, como tratamientos y vacunas, sino que también agrava la inseguridad local (como con el cambio climático y el crimen organizado).

Por ello, la nota señala al antagonismo entre Estados Unidos y China como una amenaza al orden global que podría crear un estancamiento en los organismos mundiales, exacerbado por acuerdos financieros y de seguridad en competencia.

Otra amenaza es que Estados Unidos puede continuar su retirada de las instituciones multilaterales (ver Dato crucial 2), especialmente si Donald Trump se comporta tan mal en un segundo mandato (como el libro de John Bolton, su ex asesor de seguridad nacional, dice que lo hizo en el primer mandato).

Según la nota, el mundo aún no ha llegado al punto de no retorno: aunque las potencias medianas han dependido de Estados Unidos para el mantenimiento del sistema, actualmente, necesitan asumir el trabajo ellos mismos. Por ejemplo, Francia y Alemania han creado una alianza para el multilateralismo, una iniciativa abierta a otros países (ver Dato crucial 3).

La nota también considera que el orden global debería mantenerse, incluso sin Estados Unidos: después de que Trump se alejó del Acuerdo Transpacífico los otros miembros continuaron por su cuenta. Así, por medio de la OMC, los países están formando acuerdos comerciales regionales y bilaterales, como uno entre Japón y la Unión Europea y otro entre 28 países en África.

Asimismo, el artículo recomienda que el orden mundial debe cuidarse de China ya que sus contribuciones a la ONU ahora representan 12% del presupuesto de ésta, en comparación con 1% en 2000. Además, sus diplomáticos encabezan cuatro de las 15 agencias especializadas de la ONU, y los estadounidenses sólo una. Si otros países no actúan, el sistema reflejará las opiniones de China sobre la soberanía nacional y la resistencia a la intervención, incluso frente a graves violaciones de los derechos humanos.

Finalmente el artículo termina apuntando que, aunque Estados Unidos llegue a tener otro presidente con ideas pro orden global, el momento del unipolarismo que surgió después de la Guerra Fría y la caída de la URSS está lejos de volver a suceder, por lo que Estados Unidos no volverá a dirigir el mundo unilateralmente.

Datos cruciales: 

1. Las fuerzas de paz de la Organización de Naciones Unidas protegen a 125 millones de personas con un presupuesto un poco más grande que el del Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York.

2. Donald Trump ha socavado la Organización Mundial de la Salud y la OMC, y en junio de 2020 dijo que retiraría un tercio de las tropas estadounidenses estacionadas en Alemania, debilitando a la OTAN y limitando el alcance de Estados Unidos para proyectar el poder de Europa en África.

3. La nota menciona otro tipo de ejemplos en los que países se han organizado sin la batuta de Estados Unidos para tomar cartas en los asuntos geopolíticos: después del ataque con armas químicas contra Sergei Skripal, un ex espía ruso que vive en Gran Bretaña, los países occidentales generaron sanciones contra Rusia. Por otra parte, El Quad es una coalición emergente entre India, Australia, Japón y Estados Unidos, alarmada por la expansión de China, incluso en el Mar del Sur de China.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La nota señala la preocupación que The Economist tiene respecto a los cambios en el “orden mundial”: la desconfianza en el multilateralismo, el proteccionismo, la reticente participación de Estados Unidos en organizaciones internacionales, etc. Su sesgo ideológico no le permite observar que estos cambios en la sociedad internacional son resultado de las contradicciones del capitalismo y el proceso de globalización.

Al parecer, lo único sensato que se menciona es que, hay desafíos y problemas en el mundo (como el cambio climático, pandemias, crimen organizado, etc.) que tienen que ser enfrentados y encarados internacionalmente. Por lo tanto, es necesario hacer un balance sobre la institucionalización de las organizaciones internacionales y su vigencia (éstas fueron creadas en la postguerra, después de 1945), es decir, ¿Aún se puede contar con ellas? ¿Se debería de comenzar a pensar en una organización internacional alternativa con una visión anticapitalista, o que mínimo, sea organizada por una izquierda articulada?