The Doctor From Nazi Germany and the Search for Life on Mars

Cita: 

Scoles, Sarah [2020], "The Doctor From Nazi Germany and the Search for Life on Mars", The New York Times, New York, 24 de julio, https://www.nytimes.com/2020/07/24/science/mars-jars-strughold.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Viernes, Julio 24, 2020
Tema: 
La investigación sobre la vida en Marte tiene como predecesor a un científico que trabajó en la Alemania Nazi.
Idea principal: 

La nota narra que cuando era estudiante en la Universidad de Colorado en la década de 1980, Penélope Boston quería crear un Marte en miniatura y ver cómo le iba a algunos seres vivos. Sin fondos, acumuló partes de los laboratorios e hizo una versión básica de lo que los científicos llaman un Mars Jar: un contenedor sellado cuyo interior se asemeja al planeta rojo utilizado para probar la supervivencia de los seres biológicos. Boston había leído que Carl Sagan había usado los Mars Jars y asumió que él los inventó.

Las misiones robóticas a Marte investigan la composición del suelo, perforan rocas y estudian la atmósfera, pero la cuestión biológica más profunda es responder a la pregunta: ¿era o es habitable el planeta? Las tres misiones lanzadas en 2020 -Perseverance de la NASA, Hope de los Emiratos Árabes Unidos y Tianwen-1 de China- tienen como objetivo responder a esa pregunta.

Boston fue directora del Instituto de Astrobiología de la NASA. En 2018, Jordan Bimm, un joven estudiante, visitó su oficina para mostrarle una película de 1958 relacionada con su investigación sobre la historia de los Mars Jars. En la película se veía a un científico de la Fuerza Aérea. Un hombre llamado Hubertus Strughold, profesor en la Escuela de Medicina de Aviación de la Fuerza Aérea, supervisó los experimentos de la película. La doctora Boston se dio cuenta de que esta técnica de astrobiología no comenzó con científicos académicos: comenzó con aviadores.

Según la nota, ese origen militar todavía afecta la investigación de Marte: así como la energía nuclear ha tenido que tener en cuenta sus orígenes en el armamento, o la medicina ha tenido que enfrentar el hecho de que se ha beneficiado de los heridos de guerra, algunos estudiosos dicen que recordar la mentalidad militar en los primeros años de investigación de la astrobiología podría ayudar a informar y alterar su futuro.

El pasado olvidado de la astrobiología

Bimm, un investigador postdoctoral de la Universidad de Princeton, estudia los Guerreros Fríos, que investigaron la supervivencia en el entorno del espacio. Eso lo llevó a los Mars Jars. Se estaba sumergiendo en el trabajo de Strughold sobre fisiología de los astronautas y medicina de la aviación en Estados Unidos, trabajo que había comenzado en la fuerza aérea de Alemania nazi.

Bimm se topó con un oscuro informe de la década de 1950 que mencionaba los Mars Jars. Desde entonces, ha estado haciendo una crónica de la investigación sobre Marte guiada por Strughold, un pasado que la astrobiología ha olvidado en gran medida.

El doctor Strughold no hizo estos experimentos por sí mismo, y no era miembro del partido nazi, sin embargo, bajo su vigilancia los investigadores encerraron a prisioneros del campo de concentración de Dachau en cámaras de baja presión, para observar lo que podría suceder a los aviadores a gran altitud, también los vistieron con uniformes de piloto de combate sólo para sumergirlos en agua helada.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Strughold llegó a Estados Unidos como parte de la Operación Secreta Paperclip, que atrajo científicos alemanes a Estados Unidos. Wernher von Braun, que había supervisado el cohete Nazi V-2 se convirtió en el arquitecto del cohete Saturno V de la NASA.

Unos años después de que Strughold trabajara para la Fuerza Aérea publicó "La vida en Marte a la vista de los principios fisiológicos". Dos años después, en 1953, escribió "El planeta verde y rojo", acuñando científicamente el término "astrobiología", donde se preguntaba si una cámara de baja presión, podría imitar a Marte.

Strughold comenzó una versión simple del experimento en casa: compró frascos y un termómetro, reunió lava y liquen. Puso el material y las plantas dentro de ellos y los dejó colgar en su cocina durante el día; por la noche, los ponía en la nevera. Dos semanas después, los líquenes vivían. Strughold compartió los resultados en la oficina.

Para 1956, versiones más sofisticadas de Mars Jar se habían convertido en parte de la agenda de investigación de la Fuerza Aérea. Al imaginar una base militar en Marte, los científicos querían ver si los hipotéticos microbios marcianos podrían ayudarlos a crear un ecosistema autosustentable.

Incluso, ciertos microorganismos se reproducían. El trabajo de Strughold proporcionó la visión de un Marte microbiano que persiste hoy y que no era realmente popular antes de los frascos. A pesar de estas primicias, Strughold no forma parte de los recuerdos de la mayoría de los científicos sobre la astrobiología. El recuento típico involucra a científicos civiles, que elaboraron una historia de origen que se salta las escenas militares.

En esa historia, la astrobiología comienza en 1957, cuando el premio Nobel Joshua Lederberg cena con otro biólogo durante un eclipse lunar y discute cómo las armas y la carrera espacial de la Guerra Fría podrían confundir para siempre la búsqueda de vida extraterrestre. Luego, Lederberg habló sobre el tema con los funcionarios de la Academia Nacional de Ciencias y la NASA, y lo calificó no de astrobiología sino de exobiología. Muy pronto, se convirtió en un campo de estudio oficial dentro de la NASA, y Carl Sagan lo abordó.

Cuando Sagan puso los Mars Jar en la televisión y en otros medios convencionales, la historia se manufacturó: la exobiología comenzó con el Lederberg y la NASA, y muchos parecían creer que los Mars Jar surgieron de la mente de Sagan. Bimm no cree que sea un accidente. Él cree que los científicos intentaron borrar, o al menos eludir, el trabajo de Strughold.

Audra Wolfe, una historiadora independiente, ha detallado cómo Lederberg y sus contemporáneos intentaron alejar sus esfuerzos astrobiológicos de las ambiciones espaciales militares, posicionándolos como ciencia pura. Estos científicos no querían asociarse con autorizaciones de seguridad, cuyo secreto era antitético a la naturaleza abierta de la ciencia. Ellos preferían la apariencia de neutralidad. No obstante, Lederberg tenía una relación con Fort Detrick, donde el gobierno investigaba las armas biológicas. Wolfe señala que incluso la neutralidad es, por supuesto, un objetivo político. Y ninguna ciencia, ni siquiera la más pura, existe en el vacío.

Casas de muñecas de la ciencia

Andrew Schuerger, un astrobiólogo de la Universidad de Florida, se dirigió a la astrobiología después de que los científicos anunciaron en 1996 que un meteorito marciano podría contener fósiles microscópicos de vida extraterrestre. En 2004, construyó su propio Mars Jar mucho más sofisticado, que ahora suele llamarse una Cámara de Simulación de Marte.

Así, Schuerger ha identificado unas 30 bacterias que pueden crecer en un estado similar al de Marte. Pero las condiciones que él y otros simulan, aunque no sean agradables, no son las más duras que Marte tiene para ofrecer, o al menos no todas las más duras.

Los Mars Jars de Strughold le enseñaron a ver el planeta rojo de cierta manera, y pueden proporcionar a los investigadores de hoy una visión similar. De pie sobre una cámara de simulación, jugando con la configuración, observando cómo pequeños seres crecen o mueren, el científico es el dios.

Bimm mencionó que cuando se tiene un Mars Jar, cada lugar parece un planeta que puedes explorar y colonizar, y cada microbio parece algo que se puede estudiar, capturar y quizás usar. Desde el punto de vista de Boston, son más como "casas de muñecas de la ciencia", donde se puede probar diferentes realidades en los pequeños microorganismos que se estudian.

Allá afuera y aquí adentro

Entender la mentalidad colonialista pasada y presente, junto con otras facetas psicosociales de la exploración espacial, ha sido importante para Linda Billings, investigadora de comunicaciones y asesora del programa de astrobiología de la NASA. Eso es parte de por qué Billings trabaja con la Nueva Sociedad de Asuntos Sociales y Conceptuales en Astrobiología: para que los expertos sociales discutan sobre cómo reaccionará la humanidad si los científicos realmente encuentran evidencia de vida extraterrestre -en Marte o en otro lugar.

Billings menciona que la investigación indica que el descubrimiento de vida microbiana extraterrestre hará que la comunidad científica se ponga nerviosa pero no la población mundial: los científicos pueden verlo como información que destruye la Tierra, pero puede que no afecte la vida cotidiana de la mayoría de las personas.

Sin embargo, concluye el artículo, no existe tal desarticulación: cada exploración del exterior conlleva los problemas, las ventajas y el pasado de la sociedad que la lanza.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Es muy interesante el origen histórico de los Mars Jars. El artículo pone de relieve la importancia de la historicidad y la reflexividad del desarrollo de las investigaciones científicas. También ilustra la aparente neutralidad/objetividad de la ciencia, tema que ha sido estudiado por la epistemología feminista de Sandra Harding: la ciencia es un producto cultural y no está inmune de las influencias sociales, políticas o económicas ni de las instituciones que la generan y la financian. Finalmente, esta nota es un ejemplo de cómo la carrera espacial y las investigaciones sobre la colonización de Marte son espacios donde se pretende valorizar el capital.