Natural disasters. Wildfires will be more common in a warming world

Cita: 

The Economist [2020], "Natural disasters. Wildfires will be more common in a warming world", The Economist, London, 12 de septiembre, https://www.economist.com/science-and-technology/2020/09/12/wildfires-wi...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 12, 2020
Tema: 
Incendios en California. Consecuencias de la destrucción del ambiente y aumento de la temperaturas
Idea principal: 

No es novedad que California se encuentre entre las llamas; sin embargo, también es cierto que los incendios forestales están incrementando y siendo cada vez peores.

El cambio climático y el desarrollo son dos posibles causantes de dichos eventos. Por un lado, la construcción de viviendas junto a zonas boscosas, lo que expertos denominan “interfaz urbano-forestal” (WUI, por sus siglas en inglés) es una situación que ha ido en incremento en los últimos años y que se considera como un problema grave en California. Los costosos barrios residenciales cada vez más expulsan a la gente hacia terrenos más baratos, pero más cercanos a la naturaleza.

Por otro lado, los efectos del cambio climático se han hecho presentes a través de períodos de sequía más largos en California, en donde los años secos son cada vez más comunes y los húmedos más escasos.

Estamos lejos de revertir la crisis climática; por lo tanto, según Max Moritz -uno de los expertos en incendios forestales de la Universidad de California- la población tendrá que aprender a coexistir con los incendios cada vez más frecuentes. Menciona que es algo similar a lo que sucede con los terremotos, sugiriendo construir infraestructura que evada los mayores daños posibles ocasionados por las llamas, pero sin dejar de lado la gestión de los bosques.

Basándose en su experiencia, Moritz menciona que los edificios arden cuando las brasas caen sobre ellos, no cuando las llamas de un fuego cercano los alcanza. Es por ello que un diseño inteligente utilizando materiales como el hormigón, el adobe o el estuco puede ser la mejor inversión en la construcción de edificaciones.

También es importante tapar los huecos debajo de los techos pata evitar que las brasas entren por ahí, los conductos de ventilación se pueden cubrir o eliminar, incluir ventanas resistentes al calor (que disminuyen su probabilidad de ruptura) y los expertos sugieren dejar cinco pies alrededor de la base de las casas para lo que denominan “zona no combustible”.

Investigadores de la Universidad de California realizaron un informe en el que describen la planificación ideal de vecindarios enteros para resistir a incendios:

1. Construir cerca del agua, aunque los pozos no son la única defensa.
2. Los terrenos abiertos son un amortiguador útil; por ejemplo, los campos de golf.
3. Resulta mejor rodear las viviendas de espacios verdes, que llenar éstos de casas.
4. Enterrar las líneas eléctricas evita los apagones y los daños que éstas puedan sufrir o que puedan ocasionar (Ver dato crucial 8).

Quizá sería conveniente adoptar los búnkeres resistentes a alta temperaturas que Australia utiliza como último recurso para los residentes atrapados por incendios forestales.

Provocando un cambio

La adaptación será lenta mientras se crean alternativas; sin embargo, es necesario que se asuma la responsabilidad sobre las nuevas construcciones y sobre las ya existentes. Por ejemplo, tanto contratistas como propietarios de las viviendas dan por hecho que los edificios capaces de resistir al fuego tienen un costo mayor, aunque Headwaters Economics, asume que las nuevas construcciones tienen costos comparables. Sin mencionar que las construcciones resistentes a incendios cuentan con ventajas como la eficiencia energética, mientras que las edificaciones existentes necesitan de mantenimiento y reacondicionamiento, lo que implica mayores gastos. Otras desventajas son que los seguros no ofrecen muchas ventajas para quienes quieren aplicar estas medidas y que los mapas de riesgos no son claros ni funcionales.

David Shew, ex jefe del personal del Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios, afirma: “Vemos los impactos de los incendios, luego damos vuelta y reconstruimos en gran parte de la misma manera y en el mismo lugar, pero esperamos que las cosas vayan de manera diferente la próxima vez”. Añade que tras su experiencia se ha percatado de la resistencia al cambio en todos los niveles, por parte de los propietarios, la industria constructora e incluso los propios bomberos.

No todo es tan malo, también hay comunidades que están asumiendo su responsabilidad y se han apegado a los códigos de incendio, tal es el caso de Circle Oaks, pequeña comunidad de 180 casas rodeadas de robles y madrones en donde trabajan de manera conjunta y han adoptado medidas como la poda regular, el almacenamiento de agua para combatir incendios posibles, actualización de los hidrantes y evaluaciones constantes por parte de las y los residentes sobre la seguridad contra incendios.

En 2017 un incendio forestal que pudo ser el peor en la región amenazó a la comunidad de Circle Oaks; sin embargo, la comunidad estaba tan bien organizada que lograron hacer retroceder las llamas con ayuda del cuerpo de bomberos.

Datos cruciales: 

1. California ha roto récord este año con la mayor cantidad de incendios hasta ahora. Según la información que The Economist había obtenido hasta antes de su publicación, más de 7 600 incendios habían quemado 1 millón de hectáreas de tierra en lo que va del año, causando alerta ya que la temporada aún no acaba.

2. Durante la década de 2010, los incendios quemaron 6.8 millones de acres (1 acre es equivalente a 0.4 hectáreas) en promedio en comparación con los 3.3 millones de acres en la década de 1990, lo que revela que la temporada de incendios se ha triplicado considerando las cifras de 1970 y esto también se ha reflejado en los gastos que el estado ha realizado pues suman una cantidad mayor a $3.7 mil millones al año, más el costo de reconstrucción, tratamiento de víctimas y restauración, según Headwaters Economics, grupo de expertos en el tema.

3. La temporada de incendios de 2018 fue particularmente destructiva, aunque menor a la de este año. Cobró la vida de 100 personas y quemó decenas de miles de edificios.

4. En 2018 se realizó un estudio que demostró que aproximadamente un tercio de las familias estadounidenses habitaban en la “interfaz urbano-forestal”.

5. Un estudio en el que analizaban los anillos de árboles concluyó que la sequía inició en 2000 y que es la segunda peor de los últimos 1 200 años; se atribuye al cambio climático.

6. Un rastreo de 2010 documentó el incendio de un grupo de casas en Oakland Hills en 1991, en donde el principal detonante fueron los fuertes vientos que ocasionaron que las brasas aumentaran ocasionando docenas de nuevos “focos de fuego”.

7. Se estima que aproximadamente entre 60% y 90% de los edificios que se incendian se pierden a consecuencia de las brasas.

8. Pacific Gas & Electric, es una empresa de servicios públicos en California a la que incendios ocasionados por líneas eléctricas le ha costado miles de millones de asentamientos.

9. Australia, país que se encuentra en la lista de aquellos que sufren de incendios, ha probado con búnkeres que resisten llamas por más de una hora.

10. En 2002 surgió un proyecto voluntario de resistencia al fuego, llamado Firewise que casi con dos décadas posteriores a su surgimiento tiene solo 1 500 comunidades inscritas en todo el territorio estadounidense.

11. En 2001 reconocen la vulnerabilidad de Circle Oaks y a partir de entonces, la comunidad invirtió entre $50 000 y $90 000 cada año con la intención de mitigar los incendios.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La invasión y destrucción del ambiente aunado con el aumento de la temperatura causada por la actividad humana son fenómenos que cada vez son más visibles en todo el mundo; sin embargo, en algunos sitios se ha presentado con mayor frecuencia dejando consecuencias graves a su paso. Resulta urgente crear alternativas de mitigación que resulten efectivas para la población más vulnerable paralelo a una reconfiguración en los procesos de producción y consumo.