The new energy order. Is it the end of the oil age?

Cita: 

The Economist [2020], "The new energy order. Is it the end of the oil age?", The Economist, London, 19 de septiembre, https://www.economist.com/leaders/2020/09/17/is-it-the-end-of-the-oil-age

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 19, 2020
Tema: 
La transición energética del siglo XXI
Idea principal: 

No hay duda de que el petróleo se ha colocado como un elemento esencial del siglo XX: determina los medios de transporte, las guerras, la economía y la geopolítica; sin embargo, la extraordinaria situación por la pandemia de coronavirus está acelerando un nuevo orden mundial que quizá deje fuera a los hidrocarburos. A principios de 2020, cuando la emergencia sanitaria mundial se agudizó, la demanda de petróleo se redujo en más de una quinta parte y los precios colapsaron, dejando a las empresas y estados dependientes del petróleo en una situación incierta.

La creciente preocupación por el cambio climático ha contribuido a que la energía limpia esté ganando lugar. Tan solo en lo que va de 2020, el público, el gobierno y los inversores se han percatado que el mercado energético está cambiando, ejemplo de ello es el aumento de las acciones de energía limpia en 45%. Con tasas de interés cercanas a cero, los políticos están respaldando “planes de infraestructura verde (véase dato crucial 1).”

El sistema energético del siglo XXI, promete ser mejor que la era del petróleo: mejor para la salud humana, más estable políticamente y menos volátil económicamente. Hoy en día, los combustibles fósiles son la principal fuente del 85% de la energía, por lo que se espera que la transición sea lenta con consecuencias inciertas, tanto en el plano político como en el económico.

Aún así, se espera que con este nuevo sistema energético, la electricidad renovable como la energía solar y eólica aumente del 5% del suministro actual al 25% en 2035 y casi el 50% para 2050. Por otra parte, aunque el uso de petróleo y carbón disminuya, el gas natural seguirá siendo central en la economía internacional. Más importante aún, la descarbonización de la energía evitará el caos del cambio climático desenfrenado, incluidas las devastadoras sequías, hambrunas, inundaciones y desplazamientos masivos. Esto, en el plano geopolítico deberá asegurar estabilidad. El sistema del siglo XXI también debería ser menos volátil económicamente.

Las amenazas a esta transición energética son dos: la primera de ellas es que China se convierta en un “electroestado”, es decir, que su capacidad de producir componentes electrónicos sea insuperable. La segunda amenaza radica en que los estados petroleros más grandes no soltarán su negocio tan fácilmente, incluso pelearán para seguir en la participación en el mercado mundial.

El ajuste por el cual se ha optado es el de hacer una transición lenta, sin embargo, ésta no sería suficiente para accionar efectivamente contra el cambio climático, acentuando la agitación política, económica y ambiental. Si el cambio hacia la energía renovable libre de combustibles fósiles se acelera, como debiese, provocará aún más turbulencias geopolíticas. “El paso a un nuevo orden energético es vital, pero será desordenado”, concluye The Economist.

Datos cruciales: 

1. En Estados Unidos, el candidato demócrata a la presidencia, Joe Biden, quiere gastar 2 mil millones de dólares en descarbonizar la economía de Estados Unidos. La Unión Europea ha destinado 30% de su plan de recuperación de la Covid-19 a medidas climáticas (cerca de 880 millones de dólares).

2. La energía representa dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero; la contaminación de la quema de combustibles fósiles mata a más de 4 millones de personas al año, principalmente en las megaciudades del mundo emergente.

Nexo con el tema que estudiamos: 

En esta nota, el semanario inglés expone la fragilidad en la que ahora se encuentra la industria de hidrocarburos, a la par de que proyecta los posibles escenarios de un cambio de panorama energético que sin duda es urgente. Es un texto bastante útil para visualizar los múltiples cambios que traerá la transición energética en el plano político, económico y medioambiental. Es ahora cuando se torna muy presente la crisis civilizatoria y la competencia mundial entre los actores que logren adaptarse a esta nueva situación.