A greener horizon. China aims to cut its net carbon-dioxide emissions to zero by 2060

Cita: 

The Economist [2020], "A greener horizon. China aims to cut its net carbon-dioxide emissions to zero by 2060", The Economist, London, 26 de septiembre, https://www.economist.com/china/2020/09/24/china-aims-to-cut-its-net-car...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Septiembre 26, 2020
Tema: 
La reducción de las emisiones de carbono en China para las siguientes décadas
Idea principal: 

El artículo narra los sucesos acontecidos el 22 de septiembre de 2020, en donde el presidente de China Xi Jinping afirmó en un video grabado a la Asamblea General de la ONU, que China trataría de reducir “sus emisiones de carbono para 2030 y con ello se esforzaría para lograr la neutralidad de carbono para 2060”. Las intenciones emanadas por China para las siguientes décadas se dan cuando el cambio climático y la situación medioambiental actual requieren de un equilibrio entre emisiones de carbono y reducción de carbono, (a través de diversas acciones como aumentar los niveles de reforestación a nivel mundial).

Las afirmaciones del gobierno chino ante la Asamblea General de la ONU responden a cuestiones generadas con el Acuerdo de París de 2015, en donde los países signatarios deben presentar estrategias para reducir sus emisiones de carbono. No obstante, el golpe de la pandemia ha generado un atraso en los compromisos de los países, por lo que “el 2 de noviembre Patricia Espinoza, directora de cambio climático en la ONU, dijo que esperaría que 80 países cumplieran con el acuerdo”.

De acuerdo con el autor, las declaraciones de China sobre el manejo de sus emisiones de carbono resultaron sorpresivas, debido a que se esperaba que las hiciera después de las elecciones estadounidenses, cuando el gobierno de dicho país mostraría la política medioambiental que piensa seguir por los próximos 4 años. No obstante, China recibió grandes críticas en 2020 por ser el epicentro de la pandemia y la gestión que tuvo de la misma, por lo que haber expresado sus planes para los próximos años en materia ambiental pudo haberse dado como un medio para mejorar su posición dentro del contexto internacional actual.

Los niveles de producción de China son una de las causas de las grandes emisiones de efecto invernadero que este país expide, por lo que “algunos científicos creen que sus emisiones de combustibles fósiles son la mayor fuente de carbono producido por el hombre y pueden haber alcanzado su punto máximo”.

Del mismo modo, se preve que las intenciones expuestas por China de disminuir sus emisiones de carbono son poco realistas tomando en cuenta los niveles que este país expide anualmente. Por su parte, Xi Jinping habló, a través de un video cumbre con los líderes de la Unión Europea, sobre los esfuerzos que hará China por alcanzar una neutralidad de carbono en años venideros, no obstante, el mandatario no habló de una fecha específica para alcanzar dichos objetivos.

Del mismo modo, Xi Jinping fue claro en especificar que las intenciones de China solo se centraban en la reducción de sus emisiones de carbono, más no de otros gases de efecto invernadero que también son fuertes contribuyentes en el deterioro del medio ambiente y aumento del calentamiento global, todo ello a pesar de las altas emisiones de gases de efecto invernadero producidos por este país asiático.

Las acciones en conjunto de todos los países son fundamentales para generar cambios verdaderos en la lucha para detener el calentamiento global y el deterioro de la capa de ozono. De acuerdo con el Climate Action Tracker, “si todos los gobiernos cumplieran sus promesas realizadas a través del Acuerdo de París, el planeta se calentaría en promedio 2.7° centigrados para 2100, en comparación con las temperaturas preindustriales, cuestión que aún se encuentra bastante lejana a los objetivos de París que pretenden que estas temperaturas se reduzcan a 1.5° y 2° centígrados”.

El Acuerdo de París busca combatir arduamente el cambio climático, no obstante, la mayoría de los países involucrados en el mismo no sostienen un compromiso real por generar acciones que impacten significativamente a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Por su parte las elecciones presidenciales estadounidenses, así como la victoria de Joe Biden “significaría que los tres principales emisores del mundo, China, Estados Unidos y la Unión Europea, que representan alrededor del 45% de las emisiones globales, tendrían plazos similares para lograr objetivos netos cero, lo que pondría el límite de calentamiento, acordado en París, al alcance”.

Asimismo, las acciones de China para reducir sus emisiones no están claras: no especifica las acciones que este país implementará para lograr dichas reducciones y tampoco es claro respecto a “si su nuevo objetivo cubrirá solo las emisiones nacionales o si incluirá las emisiones causadas por las acciones de China fuera de sus fronteras, incluso a través de la iniciativa Belt and Road, un esquema global de construcción de infraestructura”.

Por su parte, China planea implementar una recuperación económica que puede poner en riesgo el alcance de sus objetivos, ya que “lograr el objetivo de 2060 requerirá una descarbonización completa del suministro de electricidad de China, la cual aún es obtenida a través de la quema de carbón, situación que continua en aumento ya que en los primeros seis meses del 2020 este país asiático construyó más del 60% de las nuevas instalaciones del mundo, mismas que aún utilizan carbón para su funcionamiento”.

Los efectos de las acciones de China ya muestran sus consecuencias a través de sequías e inundaciones, no obstante, los cambios hechos por China pueden enfocarse en el aumento de la producción de energía nuclear. Sin embargo, aún con este tipo de cambios es improbable que “China pueda alcanzar su objetivo sin encontrar formas de capturar el CO2, ya sea antes de que sea emitido por las centrales eléctricas o directamente en el aire y almacenarlo bajo tierra”.

El enfoque que tomará China para reducir sus emisiones aún es incierto, ya que requiere de un fuerte cambio en los procesos industriales y en la manera en la que se capturan los desechos de los mismos. Además, en la actualidad aún no existe la tecnología necesaria para capturar todos estos desechos y los métodos existentes requerirían de grandes esfuerzos por parte de China, incluido un cambio de enfoque económico.

Datos cruciales: 

1.-El centro Brookings-Tsinghua de Políticas Públicas así como un grupo de expertos en Beijing, estimaron que las emisiones de efecto invernadero de China podrían comenzar a declinar en 2025.

2.- China es la fuente de 27% de las emisiones globales de CO2. Si se comprometiera formalmente con la meta de 2060, sería necesario revisar los pronósticos anteriores de las tendencias del calentamiento global para 2100.

3.-Las emisiones de CO2 estadounidenses alcanzaron su punto máximo en algún momento entre 2005 y 2007, luego cayeron alrededor del 14% en la década siguiente.

4.-Las emisiones totales de la UE alcanzaron su punto máximo en 1990 y desde entonces han caído un 21%. El objetivo es reducirlas en un 45% para 2030. Eso equivaldría a reducir casi a la mitad las emisiones en cuatro décadas.

Gráfica 1. La gráfica muestra los aumentos de emisiones de CO2 emitidas por China y Estados Unidos desde el año de 1980 hasta 2017, mismas que sólo han ido en aumento a lo largo de ese periodo de tiempo. De igual forma se puede observar que a partir del año 2000, aproximadamente, las emisiones de China aumentaron considerablemente respecto a las de Estados Unidos. La unidad de medida utilizada para medir estas emisiones es el gigaton.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las declaraciones de China respecto a la reducción de sus emisiones de carbono representan una dinámica interestatal, al estar a la espera de la política que Estados Unidos seguirá en materia ambiental en su próximo gobierno, y la necesidad de reposicionarse en el contexto internacionales, principalmente después de haber sido criticada su gestión de la pandemia.
La reducción de las emisiones de carbono resulta fundamental para mejorar la situación ambiental internacional actual, en donde la mayoría de los países han desarrollado por años una producción desmedida y explotación voraz de los recursos naturales, producto directo del capitalismo.