Todd Miller es un escritor e investigador estadounidense. Su campo de trabajo se centra en temas fronterizos y de migración. Reside en Tucson, Arizona, no obstante realiza estancias de investigación prolongadas en Oaxaca, México. Es colaborador en publicaciones como The New York Times, TomDispatch, The Nation, San Francisco Chronicle, entre otras.

William Dodds, un vendedor de la compañía Strong Wacht analizó la situación del cuidado fronterizo a través de un juego de fútbol americano, por lo que dentro de esta lógica, la “frontera internacional funcionaría como la línea de golpeo”, mientras el balón es la cámara de rastreo denominada Freedom On the Move, “una cámara colocada en un mástil retráctil en la caja de un camión y maniobrada por un control de Xbox”, operado como un “apoyador itinerante”.

De este modo, para William Dodds, el control fronterizo podría ser visto como un “juego en donde se gana o se pierde”, ya que se puede detener el control de inmigrantes o no detectarlos y dejarlos pasar a la otra línea. Como menciona el autor, hace algunos años el uso de esta tecnología para el control de fronteras podría haber parecido algo descabellado, no obstante, con el paso de los años el uso de nuevas tecnologías y la militarización de la frontera se ha vuelto cada vez más cotidiano.

De esta forma, las políticas de control fronterizo de Estados Unidos se han convertido en “un mundo loco en el que miles de millones de dólares están en juego y nada es más importante que crear, probar e incluso alardear de las armas costosas, tecnologías sofisticadas así como la implementación de cárceles destinadas a albergar a los detenidos por la patrulla fronteriza estadounidense.

Dentro de la política, el presupuesto destinado al control fronterizo cada vez aumenta más, cuestión que beneficia a las compañías proveedoras de estos servicios, mismas que influyen en el establecimiento de las políticas y otorgan fuertes contribuciones a las campañas de diversos miembros del gobierno estadounidense.

Por su parte, el empleo de estas nuevas tecnologías representa un riesgo para los migrantes, ejemplo de ello es Adira, una joven de 21 años originaria de Oaxaca, México, misma que fue atrapada por las patrullas fronterizas casi al final de su viaje. La estrategia de Adira para evitar la militarización de la frontera fue cruzar el desierto de Arizona paulatinamente, no obstante, poco tiempo después se quedaron sin agua y comida, mientras el miedo a la tecnología de detección los hizo caminar por una ruta más peligrosa, ya que los altos grupos de agentes y métodos de vigilancia han ocasionado que estos grupos no tengan fácil acceso a áreas urbanas empujándolos cada vez más al centro del desierto, cuestión con la que ponen su vida en mayor riesgo.

Del mismo modo, a partir de 1994 muchos de los flujos migratorios se intensificaron, como consecuencia de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mismo que privilegio a grandes corporaciones, sin embargo, dejó desprotegidos a pequeñas empresas y agricultores.

El uso de nuevas tecnologías en la frontera ha ocasionado que los grupos migrantes se dispersen en el desierto con la finalidad de no ser arrestados, hecho que pone su vida en un riesgo mayor. Cotidianamente se hace uso de un helicóptero que vuela demasiado bajo, cuestión que genera temor en los migrantes, generando que éstos corran por el desierto, asimismo hay grupos de persecución a pie.

La organización No More Deaths ha catalogado estas tácticas como “métodos de aprehensión mortal”, ya que dispersar a los migrantes y huir de las patrullas fronterizas provoca que estos entren en estados de agotamiento y deshidratación, que en la huida tengan algún accidente mortal o que salgan de su ruta planeada por miedo a ser detenidos y se pierdan en el desierto.

Las cifras de muerte en la frontera son un indicio de los daños de las tácticas estadounidenses para controlar el flujo de personas, ya que “desde principios de la década de 1990 se han encontrado más de 7000 cadáveres”, no obstante, no todas las muertes se registran por lo que la cifra podría ser mucho mayor.

De esta manera, William Dodds entendía desde el primer momento las altas probabilidades de que su producto fuera exitoso, ya que el mercado para el cuidado de la frontera ha estado en un auge impresionante desde hace años, debido a que la patrulla fronteriza implementa drones, remolques camuflajeados en el desierto, rifles, cascos con artilugios de vigilancia, productos que también son expuestos en la Border Security Expo, sitio en donde el ejército estadounidense adquiere muchos de los productos implementados en la frontera.

El uso de estas tecnologías visibiliza el uso que Donald Trump le ha dado al muro y al control fronterizo dentro de su campaña, no obstante, sus intenciones no son nuevas y de hecho son poco innovadoras en comparación con la tecnología y estrategias ya implementadas en su frontera.

Cabe recalcar que las corporaciones encargadas de la producción de servicios o instrumentos para la frontera están viviendo un periodo de auge sin precedentes, en donde los contratos son cada vez más lucrativos y numerosos, dinero que también ha sido destinado a las campañas electorales de grandes políticos, por lo que el vínculo entre corporaciones y Estado está más fuerte que nunca.

Lo anterior visibiliza el poder que estas corporaciones están adquiriendo, siendo capaces de influir en las políticas estadounidenses, dejando de lado la opinión pública y centrándose únicamente en los intereses de estas grandes empresas y los políticos de dicho país.