Tiempos de colapso. Los pueblos en movimiento

Cita: 

Zibechi, Raúl [2020], Tiempos de colapso. Los pueblos en movimiento, Ediciones desde Abajo, Bogotá, 146 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2020
Tema: 
Análisis y recopilación de textos sobre las acciones de los pueblos en movimiento de América Latina, en medio de la pandemia del virus COVID- 19, frente a la agudización de las acciones represivas del sistema hegemónico capitalista.
Idea principal: 

Sobre el autor

Raúl Zibechi, nacido en Montevideo, Uruguay, en 1952; es un escritor y activista inclinado al trabajo con movimientos sociales en Latinoamérica, principalmente con dedicación en la comprensión y defensa de sus procesos organizativos. Ganó el Premio José Martí de Periodismo por sus análisis del movimiento social argentino; y ha publicado en diversos periódicos y revistas de izquierda.


INTRODUCCIÓN

El libro consiste en una recopilación de ensayos de lo que las y los autores han observado entre febrero y mayo del año 2020, de acuerdo con el aislamiento impuesto por las élites, en medio de la situación pandémica por el virus COVID-19. Es menester mencionar que dichos textos, son a partir de un diálogo con los sujetos colectivos y movimientos sociales de distintas partes de la mayoría de los países latinoamericanos.

Como panorama general, desde el dominio hegemónico, se han gestado confrontaciones entre las potencias China y Estados Unidos, que inevitablemente han generado fisuras. Esto a su vez, representa la oportunidad de la acción colectiva. En el caso de China, se ha exacerbado el control estatal sobre la población, debido a una coalición del Estado y el Partido Comunista.

Lo anterior permite el acceso del Estado a la información obtenida por medio de dispositivos tecnológicos de uso común en sus pobladores. El aumento del control estatal, a su vez provoca la organización de la gente y la búsqueda de nuevas formas de resistencia. Frente a la incapacidad del Estado por lograr el consenso de la gente para garantizar el orden, éste se ve orillado a buscar apoyo con las fuerzas militares con el fin de imponer orden en el espacio público.

Por su parte, los movimientos sociales persisten en resistencia mediante manifestaciones, marchas y concentraciones. La manifestación ha servido como acción colectiva desde una perspectiva político-cultural. Mientras que para las comunidades indígenas, negras y populares también es una herramienta de protesta, no es la única forma ni la principal. Pero en el caso de los pueblos originarios y negros, la manifestación casi no es utilizada y cuando se usa, su fin está relacionado con la defensa o afirmación del territorio, a la exigencia de su reconocimiento como pueblos y su derecho de auto-gobierno.

La tercera cuestión es la espectacularización de la manifestación y el papel que juegan los medios de telecomunicación (particularmente la televisión) en relación con la opinión pública. Puesto que, al cubrir las manifestaciones, las imágenes son mostradas fuera de contexto con el fin de despolitizar a la acción colectiva. No obstante, algunos movimientos han tomado al espectáculo como herramienta a su favor, como vía para mostrar los hechos desde la verdad de los sujetos colectivos.

En el actual contexto de aislamiento impuesto, las formas de accionar por parte de las organizaciones populares han cambiado:

1.- Un viaje hacia adentro.
De manera colectiva se ha gestado un control y cierre de fronteras con el fin de fortalecer las relaciones de cuidado y reproducción de la vida, para contrarrestar el individualismo capitalista y sus prácticas violentas entorno al contexto de la guerra.

2.- La profundización y/o la búsqueda de la autonomía alimentaria.
Propuestas de colectivizar el espacio público y romper con la lógica capitalista que busca el aislamiento de cada familia desde una perspectiva individual. Asimismo, se han llevado a cabo bloqueos en el acceso hacia los pueblos indígenas y campesinos para evitar contagios de COVID-19 y preservar la salud de sus pobladores.

3.- Los vínculos entre los abajo rural-urbanos como apertura a la autonomía.
Reconocer la necesidad de establecer vínculos entre los sectores populares de las periferias y los trabajadores organizados para así lograr la subsistencia de las y los oprimidos por el sistema.

4.- Potenciar el mundo de los valores de uso.
Impulsar prácticas no capitalistas con base en la distribución de valores de uso, sin permitir su conversión a valores de cambio.

El objetivo del libro, más allá de analizar los nuevos modos de dominación capitalista, busca destacar a los sujetos colectivos capaces de aprovechar las fisuras del sistema para hacer frente a su colapso, como esperanza de la gran posibilidad de un cambio junto con un constante aprendizaje de las formas de accionar.

CAPÍTULO 22: LOS LÍMITES DE LA MILITARIZACIÓN

Durante la pandemia y la imposición del confinamiento, en distintos países del mundo se registraron movilizaciones (las más grandes sucedieron en Haití, Chile y Grecia) que actuaron haciendo caso omiso a las medidas de control tanto policiales como militares.

En Haití, la oposición desde el Sector Democrático Popular convocó un ciclo de protestas con el fin de exigir la renuncia del presidente Jovenel Moïse, debido a la desaprobación de la corrupción de su gobierno y su gestión durante la pandemia. Esto incluso provocó enfrentamientos entre la policía y el ejército.

En Santiago, Chile, debido a que el gobierno no cumplió su responsabilidad de distribuir los alimentos; se llevaron a cabo movilizaciones desde la comuna El Bosque hasta todo el sector sur de Santiago. Las y los pobladores, principalmente jóvenes, bloquearon el paso a militares y policías, por medio de barricadas para proteger a su comunidad.

En el caso de Grecia, los jóvenes comenzaron a hacer reuniones en las plazas de los barrios, sin embargo, la policía actuó de manera represiva. Esto ocasionó una movilización con mucha más gente en la calle, lo cual también orilló al gobierno a permitir la reapertura de bares y cafés en una fecha antes de lo ya considerado.

Los casos anteriores ponen de relieve la importancia del hecho de que la lucha en las calles es una forma mas de resistencia a la militarización. Existen muchas otras formas de menor visibilidad, todas con un carácter comunitario. En el caso de los pueblos en movimiento, las manifestaciones son poco utilizadas como acción colectiva, y cuando se realizan, su fin no es la demanda de derechos al Estado, sino el reconocimiento de sus comunidades, la defensa de sus territorios y el respeto de sus autogobiernos.

La represión y el control estatal, por medio de la militarización, pueden ser debilitados con mayor impacto desde el accionar de los pueblos en movimiento. Es por esto que la acción colectiva es la clave para la defensa de la vida.

Datos cruciales: 

Introducción:
1. La manifestación es un hecho político nacido en el siglo XIX.

2. Con las movilizaciones de Chile en la pandemia, se llevaron a cabo 200 asambleas territoriales.

3. Cherán es una ciudad autogobernada de 20 mil habitantes en Michoacán, México.

4. De acuerdo con el Centro Educativo y Cultural cama de Nubes, en Ciudad de México, están registrados 380 espacios político-culturales y educativos comunitarios y autogestivos.

5. En los primeros 48 días de cuarentena, Grecia presentó 1 300 casos activos y 165 defunciones.

6. La comuna La Legua (en Santiago, Chile) fue uno de los barrios históricos en la resistencia al régimen de Pinochet.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Conforme se han exacerbado las formas de control estatal en medio de la pandemia, han surgido de manera urgente y necesaria diversas resistencias de las comunidades oprimidas de todo el mundo. Sujetos colectivos como los pueblos originarios han sido sumamente invisibilizados; no obstante, ellas y ellos también han intensificado su accionar con el fin de luchar en contra de las prácticas violentas del sistema capitalista (materializadas en decisiones impulsadas desde el Estado y apoyadas por intereses de las empresas transnacionales). De igual forma, la organización colectiva ha servido para la gestación de propuestas estratégicas no capitalistas, que protejan a la sociedad y al medio ambiente, y a su vez, ayuden a una construcción colectiva de las comunidades.