El diario “The Economist” hace un recuento del manejo de Donald Trump de las agencias de inteligencia estadounidenses durante su administración. Esto con el fin de dar luz a los retos con los que se enfrentará Joe Biden en el próximo periodo presidencial en cuanto a la dirección de dichas agencias, así como las amenazas potenciales externas.

En ese sentido, Angus King, senador de Maine, puntualiza que el trabajo de inteligencia busca difundir información transparente. Sin embargo, Trump no ha respetado este punto. De hecho, Doug Wise, exdirector de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA, por sus siglas en inglés) considera que las acciones de dicho mandatario han dañado la moral de las agencias y han aumentado el poder de los enemigos del país estadounidense, dejándolo en desventaja a nivel mundial.

Es por eso que la administración Joe Biden tendrá la obligación de cambiar esta perspectiva para recuperar la reputación de las agencias estadounidenses. Ésta deberá responder a las “amenazas emergentes” de dicho sistema de inteligencia y actualizar las instituciones a este respecto. Sobre esta línea, el ex vicepresidente demócrata planea que “los funcionarios de seguridad nacional le den información que necesite saber, no la que quiera saber”, contrario al punto de vista de Trump, (Dato crucial 1).

El 24 de noviembre de 2020 Biden decidió elegir a Avril Haines (abogada que sirvió al sistema nacional de seguridad de la Casa Blanca durante la administración Obama), como directora de inteligencia nacional estadounidense. Según Mark Warner, líder demócrata del senado, con la incorporación de Haines al gabinete, es posible una reparación de los daños morales que dejó Trump y una noción transparente de verdad.

Por otro lado, el Trump igualmente causó daños a la relación estadounidense con otras agencias de inteligencia (los cuales serán difícil de reparar para la nueva administración). El artículo apunta que las agencias extranjeras de inteligencia de Australia, Canadá, Gran Bretaña y Nueva Zelanda eran cuidadosas al compartir información a la Casa Blanca por miedo a la reacción de Trump.

Fondos fiduciarios

Asimismo, Trump denigraba a sus espías nacionales y era poco cuidadoso con la información clasificada que llegaba a la Casa Blanca. Como resultado de esto, se obstaculizaba la obtención de información de diversas fuentes.

En cuanto a la orientación de las agencias de inteligencia estadounidenses, cabe destacar que ésta ha dado un giro distinto, puesto que el foco principal ya no está en el tema del "terrorismo", sino en las acciones de los adversarios de Estados Unidos, principalmente las de China. “La guerra actual se trata sobre el control de la la red de quinta generación (5G), la regulación de su ética y sus criterios legales en torno a la “inteligencia artificial” (IA).

Igualmente, el sistema de inteligencia se está enfrentando a una evolución cibernética. Pues, hoy en día, la información confidencial anteriormente encontrada únicamente en las agencias de inteligencia, ya se puede buscar en cualquier sitio. “La inteligencia de fuentes abiertas” (datos recogidos de fuentes disponibles de forma pública para utilizarse en un contexto de inteligencia) ofrece conocimiento sin ningún tipo de restricción.

En conclusión, la nueva generación de funcionarios y legisladores se ha criado en un contexto de respuestas inmediatas. Las agencias de inteligencia deben saber que "estas generaciones no van a usar un circuito integrado donde se tiene que bajar 4 pisos para ir al sótano para acceder a una computadora que necesita 4 contraseñas distintas para poder buscar información", mientras que ésta se pueda encontrar en Google de una forma más rápida y eficaz.