La nueva 'neutralidad climática' y otras trampas

Cita: 

Ribeiro, Silvia [2020], "La nueva 'neutralidad climática' y otras trampas", Desinformémonos, 23 de noviembre, https://desinformemonos.org/la-nueva-neutralidad-climatica-y-otras-trampas/

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Lunes, Noviembre 23, 2020
Tema: 
Las grandes empresas, ONG y los gobiernos han encontrado la forma de hacer crecer sus riquezas a través de falsas soluciones a la crisis climática
Idea principal: 

Silvia Ribeiro es periodista, activista uruguaya y directora para América Latina del Grupo ETC, con sede en México.


La crisis climática ha tenido importantes consecuencias en el planeta, así como también ha vulnerado a muchas personas en distintas geografías. Sin embargo, los gobiernos no han adoptado las medidas pertinentes para proteger a la población. Al contrario, las medidas de los gobiernos siguen respondiendo al interés corporativo, a los súper ricos y al sistema de producción capitalista, causantes del mayor impacto climático.

A pesar de que los efectos del cambio climático son cada vez más evidentes, las empresas transnacionales y los súper ricos no han dejado de emitir gases de efecto invernadero. Además, han encontrado un negocio rentable en las supuestas soluciones al cambio climático. Si bien es cierto que muchos mecanismos y discursos que en su momento funcionaban a los capitalistas han sido evidenciados en su falsedad, éstos no han redimido sus acciones; al contrario, han creado nuevas estrategias que les permitan seguir expandiéndose sin importar lo que ello implique.

Neto no es cero

El cambio climático se debe a los sistemas de producción y consumo capitalista que se alimentan de petróleo, gas y carbono. Las industrias energética, alimentaria y el crecimiento de las ciudades son las actividades que producen el calentamiento global. Paralelamente, la riqueza del mundo está concentrada en un sector mínimo de la población a nivel global (Ver dato crucial 1).

Según Kevin Anderson, científico del Centro Tyndall para la investigación sobre el cambio climático, “si el 10% de la población más rica del mundo tuviera un nivel de vida como un ciudadano europeo medio” las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI) disminuirían 30%, con lo cual se podría lograr una estabilización del cambio climático y se tendría mayor tiempo para tomar medidas contra los gases restantes en la atmósfera. Sin embargo, los gobiernos no han querido reconocer que es urgente atender la crisis climática y reducir las emisiones generadas por los súper ricos. Contrario a ello, se han unido a las grandes empresas para fomentar lo que llaman “neutralidad climática”: esto significa que las corporaciones no reducen sus emisiones de GEI pues en otros espacios dichas emisiones serían absorbidas, con lo cual las emisiones totales supuestamente se compensarían.

Muchas empresas que integran el Foro Económico Mundial han declaro que serán “neutrales en carbono” para 2050 como límite de tiempo. Sin embargo, esto quiere decir que sus emisiones y procesos continuarán contaminando, pero en sus producciones incluirán la geoingeniería “o lo que ahora llaman soluciones basadas en la naturaleza para supuestamente compensar el efecto”.

Los planes de la industria de gas y petróleo demuestran que la exploración y explotación de combustibles fósiles no se detendrá, sino que aumentará. Y basta con que esta industria continúe emitiendo GEI para que el "presupuesto” de carbono fijado por la ONU y se sobrepase la temperatura media global.

Además de la industria petrolera, al discurso de “neutralidad climática” se han incluido la industria de agronegocios, bancos, supermercados, compañías de aviación y empresas de tecnologías digitales (Ver dato crucial 2).

De esta manera, las grandes contaminadoras pueden respaldarse bajo el argumento de ser “climáticamente neutrales” y de incluir geoingeniería en sus procesos. En realidad, se trata de un negocio para ellas y lo que menos les preocupa es la crisis climática y los impactos que ésta tiene en las comunidades más vulnerables.

(Falsas) soluciones basadas en la naturaleza

Por otro lado, existen organizaciones sociales, científicos críticos y comunidades indígenas y campesinas que han demostrado que “la restauración de los ecosistemas junto a sistemas agroecológicos, descentralizados, diversos de producción agroalimentaria, son factores fundamentales para absorber en algunas décadas el exceso actual de GEI”.

No obstante, empresas, ONGs y gobiernos han encontrado un negocio redituable en cooptar las medidas adoptadas por las comunidades, para verse beneficiados. A estas medidas las llaman “soluciones basadas en la naturaleza” y son aquellas que “usan cualquier tipo de recursos naturales” como plantaciones de monocultivos, servicios ambientales, cercamiento de bosques y privatización de pantanos y humedales para la absorción de carbono. Estas “soluciones” emiten más GEI de lo que prometen, devastan ecosistemas e invaden y desplazan a comunidades indígenas y campesinas; a pesar de ello, están contempladas en las agendas de empresas y gobiernos.

Geoingeniería

Por su parte, los grandes del sector tecnológico proponen “soluciones climáticas tecnológicas” como la geoingeniería. Entre las técnicas más conocidas de geoingeniería están la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono y la captura directa de aire. Como es de esperarse, ambas tecnologías tienen impactos ambientales y sociales negativos.

La primera tecnología se trata de monocultivos que excluyen cualquier producción alimentaria diferente a ella, mientras que la segunda “se trata de gigantescos extractores de aire, que captan carbono y lo separan del aire con solventes químicos, pero para hacerlos funcionar se requieren grandes cantidades de energía”. En lugar de contribuir a la disminución de los GEI, ambas tecnologías los aumentarían y agudizarían la crisis climática. A pesar de estas condiciones, ya existen empresas petroleras que han invertido en ellas pues consideran que de ser aprobadas por los gobiernos “serán un gran negocio”.

El descenso del pH de los océanos no ha quedado exento de convertirse en negocio, pues un millonario anónimo de Silicon Valley ha reunido a empresarios y científicos estadounidenses para desarrollar una “solución” para modificar su química y así se pueda “disminuir su acidificación y aumentar su capacidad de absorción de carbono”. También se está impulsando el manejo de la radiación solar, “es decir formas de reflejar los rayos del sol, construyendo por ejemplo, nubes volcánicas artificiales o blanqueando las nubes con agua salada”; el mayor riesgo de estas tecnologías de gestión de la radiación solar es que alterarían los ciclos de lluvia y viento en distintas partes del planeta. A pesar de lo peligrosa que es esta propuesta, la administración de Trump financió el desarrollo de estas investigaciones y, al parecer Biden le dará continuidad al proyecto.

Defender la Madre Tierra

Los movimientos que han surgido a favor de la justicia climática saben que estas “soluciones” son un escenario ficticio, y lo único que pretenden es que agudizar las desigualdades y continuar beneficiando al sistema capitalista que se basa en el despojo de la naturaleza y de las comunidades.

Por su parte, la campaña internacional ¡No manipulen la Madre Tierra! conformada por 41 organizaciones internaciones y 150 organizaciones nacionales, ha declarado que no hay tiempo suficiente para creer en falsas soluciones. “Ya conocemos las soluciones verdaderas y seguiremos construyéndolas mientras denunciamos las continuas maniobras de los que han provocado la crisis climática”.

Datos cruciales: 

1. Según Oxfam, el 10% más rico de la población mundial es responsable de 52% de las emisiones de GEI.

2. La huella ecológica y climática de las empresas de tecnología no tiene nada de “virtual”. Al contrario, se espera que representen 20% de la demanda energética global en 2050.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El estudio de la crisis climática actual resulta interesante ya que siempre se ha culpabilizado a la población de la contaminación excesiva, de la pérdida de biodiversidad y de las alteraciones del clima y se nos ha hecho creer que a través acciones individuales, como dejar de usar popotes, sustituir las bolsas de plástico por bolsas de tela, llevar a todos lados nuestros termos para disminuir el uso de vasos desechables o ir a sembrar árboles a un bosque, tendrá un impacto relevante en el medio ambiente. Sin embargo, a quienes realmente hay que exigirles que modifiquen su modo de producción es a las grandes empresas que, como se menciona en la nota, son quienes han encontrado un negocio en la devastación del medio ambiente, para después vendernos la idea de que están llevando a cabo acciones amigables con el planeta, cuando en realidad sólo están haciendo crecer sus bolsillos.