Stanley Reed es un periodista que aborda temas sobre energía, medio ambiente y Oriente medio para The New York Times.

El pasado 4 de febrero de 2021 la empresa petrolera anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell anunció a través de un comunicado que en 2019 su producción de petróleo alcanzó su nivel máximo y que ahora es probable que disminuya gradualmente. El anuncio, que se realizó en el contexto de una presentación sobre el futuro de la energía limpia, representa un punto de quiebre en la historia de una de las mayores empresas petroleras del mundo. El anuncio de Shell parece enmarcarse en la estrategia del director ejecutivo de la empresa Ben van Beurden, quien ha expresado en repetidas ocasiones que “Shell debe verse como parte de la solución, y no como la causa del cambio climático”.

En el movimiento ambientalista hay gran escepticismo en torno a los planes futuros de Shell y otras empresas petroleras, pues hasta ahora en la industria petrolera se ha mantenido un discurso de compromiso ecológico para descarbonizar la economía pero en los hechos la producción de petróleo y gas no ha disminuido.

Sin duda, la pandemia por COVID-19 afectó de manera importante a las empresas petroleras. Según el artículo, para empresas como Shell la pandemia visibilizó que el petróleo ya no es una base estable para su modelo de negocios, por lo que las empresas del sector están optando por invertir en energías renovables: fuentes eólicas, solar y de hidrógeno.

Otras petroleras europeas avanzan en la misma dirección. En 2020, British Petroleum (BP) anunció que reduciría 40% su producción de petróleo y gas para 2030; durante ese mismo año, su producción disminuyó 10% como consecuencia de que vendió varios de sus campos petroleros.

Por su parte, el pasado 4 de febrero de 2021, Shell declaró que están trabajando para lograr la meta de emisiones netas de carbono cero para 2050. Además, anunció que no sólo disminuirá sus emisiones directas, sino que los productos que vende también estarán incluidos en esta reducción (Ver dato crucial 1).

Adam Matthews, director de ética y compromiso de la Iglesia de Inglaterra reconoció los planes a futuro por Shell y destacó que la empresa ha adoptado medidas más amplias en comparación con BP y Total (empresa francesa del sector petrolero y petroquímico). Mientras que estas dos últimas empresas han priorizado la inversión en proyectos de energías renovables, Shell se ha orientado a ofrecer productos y soluciones para que sus clientes reduzcan sus emisiones. Esto se debe principalmente a que los ejecutivos de Shell no consideran que las energías renovables sean un negocio rentable.

Pese a las propuestas de invertir en energía limpia, los ejecutivos de Shell, han dicho que no consideran que “los activos renovables sean una fuente de ingresos”. Al respecto, van Beurden ha señalado que “cree que hay más valor en diseñar los productos y soluciones adecuados para los clientes que simplemente producir electricidad ecológica”. En ese sentido, Stuart Joyner, analista de la consultora Redburn dijo que a pesar del "giro verde" que están dando muchas empresas, es importante ser cautelosos con las energías renovables.

Adicionalmente, con sus inversiones Shell ha apostado a la generación de energía a partir del hidrógeno, “un combustible limpio que la empresa ha promovido durante años”. Por otro lado, Van Beurden también ha hecho pública la intención de capturar carbono, almacenarlo y posteriormente, venderlo.

A pesar de que Shell ha declarado que su producción petrolera alcanzó su punto máximo, su producción de gas natural seguirá aumentando, lo que mantendrá estable su producción total de combustibles fósiles de la empresa (Ver dato crucial 3).

Por otro lado, organizaciones ambientalistas como Greenpeace emitieron un comunicado en el que manifiestan su inconformidad: “Sin compromisos específicos sobre recortes de producción, la estrategia de Shell no podría tomarse en serio”. La organización ambientalista también calificó el plan de Shell consistente en compensar las emisiones mediante el establecimiento y protección de bosques y humedales como “delirante”.

Mientras, Matthews –de la Iglesia de Inglaterra– reconoció que el esfuerzo de las compañías petroleras por mostrar planes cada vez más detallados son avances significativos.