All Hell Breaking Loose. The Pentagon Perspective on Climate Change

Cita: 

Klare, Michael [2019], All Hell Breaking Loose. The Pentagon Perspective on Climate Change, New York, Metropolitan Books, 293 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2019
Tema: 
Efectos del cambio climático en las bases militares dentro de Estados Unidos.
Idea principal: 

Michael Klare es profesor de estudios de paz y seguridad mundiales en Hampshire College, también es corresponsal de defensa en The Nation y autor de Resource Wars y Blood and Oil: The Dangers and Consequences of America's Growing Petroleum Dependency, entre otros libros.


Introducción

Michael Klare hace referencia a un par de órdenes ejecutivas de dos ex presidentes de Estados Unidos. Por un lado, menciona que poco después de asumir la presidencia en 2017 Donald Trump derogó la orden ejecutiva 13653, titulada "Preparar a Estados Unidos para los impactos del cambio climático", firmada por el presidente Barack Obama a finales de 2013.

La orden ejecutiva de Obama instruía a todas las agencias federales a identificar los posibles impactos del calentamiento global en sus operaciones futuras para prepararse y tomar las medidas que se consideren necesarias para crear una resiliencia respecto al cambio climático. No obstante, Trump afirmó que la competitividad económica, la explotación desenfrenada de las reservas de petróleo, así como de carbón y gas natural, eran más importantes que atender el cambio climático. Debido al ex presidente Trump, las agencias dejaron atrás sus esfuerzos para prepararse ante el cambio climático, entre estas, el Departamento de defensa (DoD).

Klare narra los cambios en las iniciativas para atender al cambio climático en el sector de defensa. Con la administración Obama, el DoD había tomado medidas significativas para mitigar sus contribuciones al calentamiento global: se instalaron paneles solares en instalaciones militares y se adquirieron vehículos eléctricos para su flota de transporte. En 2016, el Pentágono pidió a los servicios militares que evaluaran “los efectos del cambio climático en la misión del DoD”. Sin embargo, estos esfuerzos se suspendieron con el decreto de Trump de 2017.

Klare afirma que, a pesar de la orden ejecutiva de Trump, la discusión acerca del cambio climático se continuó realizando en el Pentágono: varios oficiales militares estadounidenses están conscientes de que muchos aliados de Estados Unidos están experimentando las consecuencias del calentamiento del planeta, lo cual exacerba las divisiones internas y provoca conflictos violentos. Asimismo, el aparato militar de otros países ha ayudado a las autoridades estatales y locales a hacer frente a las secuelas de huracanes que han durado meses.

Klare señala que la discusión del cambio climático genera polarización política dentro de Estados Unidos. Aunque el ejército y el sector gubernamental de defensa se han mantenido al margen de la discusión, Klare observa que altos funcionarios militares estadounidenses, sí identifican al calentamiento global como una amenaza significativa para la seguridad nacional estadounidense.

Peligro institucional

Aunque los efectos del cambio climático son una amenaza para la seguridad estadounidense, el autor matiza esta afirmación mencionando que eso “no significa que el calentamiento se haya elevado necesariamente por encima de otras amenazas percibidas”. El DoD apunta a China y Rusia como las amenazas más urgentes de Estados Unidos.

Entonces, el alto mando militar estadounidense piensa en el cambio climático como una amenaza secundaria con la capacidad de agravar los conflictos mundiales, provocar inestabilidad regional, poner en peligro a la población estadounidense y deteriorar la respuesta militar del país.

Klare afirma que para tener una apreciación más clara de la perspectiva de los militares sobre la amenaza del cambio climático se necesita comprender que su mentalidad está caracterizada por tener un deber último: pelear y ganar la guerra y, si tal conflicto no existe, la principal responsabilidad del ejército es garantizar que las fuerzas estadounidenses posean la capacidad de ganar esas guerras. Aunque el debate esté polarizado, gracias a Trump y su séquito de republicanos negacionistas, los militares son personas prácticas que administran el riesgo cuidadosamente.

Klare señala que, durante los últimos años del mandato de Trump, se dio un “choque directo entre la doctrina actual de la Casa Blanca sobre el cambio climático y la determinación del Pentágono de superar las amenazas relacionadas con el clima a la preparación militar”. Lo anterior se puede ilustrar con los esfuerzos del DoD para evaluar el peligro que representa el cambio climático para sus instalaciones nacionales ya que en 2015, el Congreso de Estados Unidos ordenó al DoD hacer una evaluación a gran escala de las amenazas a todas las bases militares estadounidenses.

Así, en enero de 2018 se publicó un informe llamado "Riesgo relacionado con el clima para la infraestructura del Departamento de defensa: encuesta de evaluación de vulnerabilidad inicial". Ahí, se observó que más de la mitad de las miles de bases e instalaciones consultadas estuvieron expuestas al menos a un impacto climático con efectos múltiples (ver Dato crucial 1).

Los hallazgos del informe del DoD atrajeron una considerable atención mediática por la magnitud de los peligros revelados y por la aparente disposición del DoD de emitir un informe contrario a las opiniones de la administración Trump sobre el calentamiento global. No obstante, los funcionarios del Pentágono publicaron el informe después de que la Casa Blanca les hiciera borrar numerosas referencias al cambio climático y el derretimiento de la capa de hielo del Ártico dentro del texto. De manera contraproducente, la censura del informe sólo atrajo más atención pública.

En 2018, el huracán Michael arrasó Florida e infligió daños catastróficos en la base de la Fuerza aérea Tyndall, así se estableció el vínculo entre el cambio climático y la vulnerabilidad de las bases estadounidenses. En la base militar Tyndall, se encontraban alrededor de 3 600 efectivos de la Fuerza aérea y una gran parte de los sofisticados aviones de combate F-22 Raptor (cada uno con un costo de 339 millones de dólares).

El asunto de la vulnerabilidad de las bases militares en Estados Unidos no desapareció. De hecho, el Congreso requirió que el DoD produjera otra evaluación del problema en 2019. La nueva versión reveló una profunda ansiedad sobre la seguridad de las instalaciones militares clave del país. Por ejemplo, con respecto al riesgo para las bases costeras, el nuevo informe advirtió que los cambios en el nivel del mar agravan los impactos de la marejada ciclónica y, eventualmente, podría resultar en una inundación permanente del lugar. Asimismo, las sequías, los incendios forestales y la desertificación también se identificaron como una amenaza significativa para las instalaciones críticas.

Una voz única y esencial

El autor menciona que a pesar de los intentos de la administración Trump por eliminar todas las consideraciones sobre el cambio climático del gobierno federal estadounidense, el alto mando militar sí está preocupado por los impactos del calentamiento global. Según el informe de 2018: la inmovilización de las bases estadounidenses por efectos climáticos severos es considerado un "impacto inaceptable".

De esta manera, los servicios militares están perseverando en muchas de las iniciativas emprendidas en años anteriores para preparar mejor sus fuerzas e instalaciones. Estos esfuerzos pueden considerarse como respuestas al "clima extremo", un eufemismo, pero no se oculta el hecho de que están destinados a protegerse contra los estragos del cambio climático, según Klare.

Klare encuentra alarmante que el informe del DoD demuestra inequívocamente que los altos funcionarios militares están de acuerdo en que el cambio climático está en marcha y está teniendo impactos significativos. Los elemento que el informe del Pentágono resalta son sus efecto nocivos sobre las poblaciones vulnerables, los estados e instituciones frágiles de diferentes parte del mundo.

Lo anterior significa que los funcionarios de defensa estadounidenses observan en los efectos del cambio climático un posible aumento del “caos global”, lo que significa una mayor intervención de Estados Unidos y más guerras extranjeras. Los conflictos armados también podrían generar crisis migratorias incontrolables, espacios sin gobernanza o un mayor número de estados fallidos.

Klare le propone al sector civil reflexionar sobre los efectos del cambio climático. Si los militares piensan en las amenazas relacionadas con el clima para las instalaciones militares (la infraestructura material de bases, puertos, radares, plantas de energía, torres de comunicaciones, etc.), los ciudadanos también deberían de preguntarse cómo estas afectarán a la infraestructura civil. De ahí que Klare observe que si las fuerzas armadas están preocupadas por la seguridad y la supervivencia de sus sistemas vitales, el sector civil debería estar igualmente preocupado por los peligros para su supervivencia.

El informe del DoD adjunta varios mapas de Estados Unidos que identifican las bases que han informado problemas de fuertes inundaciones, temperaturas extremas, sequías prolongadas y otros impactos climáticos. Estos mapas están cubiertos con cientos de puntos, cada uno de los cuales representa una base afectada con grandes concentraciones a lo largo de las costas del océano Atlántico, el Pacífico y el Golfo (ver Dato crucial 2).

Las preocupaciones civiles estadounidenses se centran en los severos efectos del cambio climático local e internacionalmente: en medida que aumentan las temperaturas globales, es probable que las naciones se vean sometidas a una presión cada vez mayor, y que las más débiles sean víctimas de los disturbios civiles, las luchas étnicas y el colapso estatal.

La consecuencia más inmediata de tales fallas será, según el autor, un mayor llamado a las fuerzas armadas estadounidenses para que brinden "ayuda humanitaria" en operaciones de estabilidad. Pero otras repercusiones podrían incluir un caos generalizado: migraciones masivas y "una mayor actividad terrorista", todo lo cual inevitablemente afectaría a Estados Unidos.

Klare especula que en el peor de los casos, las principales potencias pelearán por el agua y otros recursos vitales, produciendo nuevas divisiones globales y eso involucraría a Estados Unidos en guerras a gran escala donde el uso de armas nucleares es una opción.

El pronóstico de los funcionarios del DoD es sombrío: a menos que se actúe para detener el calentamiento planetario y fortalecer la sociedad estadounidense contra esos efectos climáticos, el ejército estadounidense perderá su capacidad para defender al país de múltiples peligros externos, al tiempo que éste será devastado por tormentas, inundaciones, sequías, incendios y epidemias.

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Finalmente, Klare observa que las comunidades de inteligencia y militares "tienen algo único y valioso que contribuir a la conversación nacional sobre el cambio climático". Y según el autor, el punto de vista de las comunidades militares y de inteligencia no tiene la intención de ser un refuerzo de una u otra de las posiciones partidistas polarizadas que se encuentran en el debate. Sino que sus preocupaciones se refieren a la capacidad misma de los militares para defender a Estados Unidos de cualquier amenaza.

Datos cruciales: 

1. Según el informe "Riesgo relacionado con el clima para la infraestructura del Departamento de defensa: encuesta de evaluación de vulnerabilidad inicial", publicado en 2018 por el Departamento de defensa estadounidense (DoD), el mayor impacto climático que podría afectar sus instalaciones es la sequía, ya que impactaría 782 instalaciones (22% de todas las bases militares de Estados Unidos). Además, 763 bases informaron impactos de fuertes vientos, 706 de inundaciones severas y 210 de incendios forestales.

2. Aunque la distribución de las instalaciones militares en peligro no coincide exactamente con las concentraciones más grandes de la población civil de Estados Unidos, ésta es lo suficientemente cercana como para afectar a un gran porcentaje de estadounidenses, incluidos los residentes de Los Ángeles, San Francisco, San Diego,Nueva York, Boston, Filadelfia, Miami y Washington.

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Trabajo de Fuentes: 

Montserrat, Sánchez [2019], "Michael T. Klare, All Hell Breaking Loose. La perspectiva del Pentágono sobre el cambio climático", Estudios Latinoamericanos, México, Revistas UNAM, 44: 195-199, julio-diciembre, http://revistas.unam.mx/index.php/rel/article/download/77207/68241

Nexo con el tema que estudiamos: 

Aunque Klare tiene una visión de los efectos del cambio climático centrada en Estados Unidos, su observación sobre cómo la esfera militar y de defensa actuarán ante este desafío, es interesante. Por lo regular, el imaginario colectivo o la atención mediática del cambio climático se presenta como un asunto del ámbito civil y casi nunca está presente cómo los aparatos militares responderían a éste. No es menor darle seguimiento a la respuesta de uno de los ejércitos más potentes, grandes y poderosos del mundo: Klare señala que la intervención militar estadounidense en mundo colapsado por el cambio climático sería inminente. Así, mantener la estabilidad en un mundo donde suceden guerras por recursos, crisis migratorias, amenazas del uso de armas nucleares y afectaciones a la infraestructura civil y militar, se volverá el objetivo principal del Pentágono y del ejército estadounidense.