Pat Gelsinger, es el nuevo director ejecutivo de Intel desde el 15 de febrero de 2021. La empresa parece debilitada en ciertos aspectos. A pesar de que en 2020 Intel fue el fabricante de chips número uno en cuanto a ventas, el precio de sus acciones ha tenido un rendimiento inferior al de sus competidores. Esto, de acuerdo con The Economist se debe a que la tecnología en la que se basó en un principio el éxito de Intel ha quedado rezagada; a que la empresa no incursionó exitosamente en sectores como la producción de chips para los teléfonos inteligentes; y a que algunas empresas como Apple y Amazon, las cuales se encontraban entre su grandes clientes, hoy en día se están volviendo sus competidores.

En primer lugar, Intel se han quedado rezagada en la innovación de la producción. La fabricación de chips esta encaminada hacia la miniaturización, situación que mejora el rendimiento de los componentes, así como del microchip en su conjunto. Aunque Intel lideró en la miniaturización de los chips durante décadas, actualmente ha quedado rezagada en la fabricación de chips cada vez más pequeños, como los de siete nanómetros. Esto ha ocasionado que Intel produzca con tecnología atrasada y pierda negocios a lo largo de los años. Respecto a esto, la cuota de mercado de AMD, su principal competidor, se ha duplicado desde 2019.

En segundo lugar, la reciente y creciente especialización de la industria ha sido un problema para Intel. El fuerte de esta empresa ha sido la fabricación de chips de uso general, como los de las computadoras de escritorio. Actualmente, una de las principales tendencias en la industria es la fabricación de chips especializados. En este tema las gigantes tecnológicas como Amazon, Apple y Microsoft han anunciado que trabajan en la creación y diseño de sus propios chips y han utilizado como fabricantes a otras empresas como TSMC. Además, los intentos de Intel por producir chips para teléfonos inteligentes o chips gráficos usados para la inteligencia artificial (IA) también han fracasado.

Aunado a esto, y a decir de The Economist, el señor Gelsinger no es precisamente un “revolucionario” y aún no ha mencionado cual es su plan para enfrentar los desafíos. Lo primero que tendrá que hacer es revertir la situación declinante de la división de fabricación de chips. Algunos inversionistas incluso han pedido a la empresa abandonar las fábricas y han instado a que se limiten diseñar chips que otras empresas –como TSMC– fabricarían. La razón de esta solicitud por parte de los inversionistas es que sus principales competidores como AMD y Nvidia han prosperado concentrándose en el diseño de chips y sucontratando la fabricación.

Gelsinger ha ignorado estas propuestas, pues tiene la intención de “continuar con la ardua tarea de restaurar a Intel a su posición habitual en la vanguardia de la fabricación de chips”. Asimismo, Gelsinger planea dar continuidad al intento de diversificar sus productos como los chips gráficos para IA. Finalmente el artículo concluye que debido a que la dirección de la empresa mantendrá el mismo rumbo, lo mínimo que esperarán los accionistas es que el nuevo director ejecutivo acelere el ritmo.