13 Bankers

Cita: 

Johnson, Simon y Kwak, James [2010], 13 Bankers : The Wall Street takeover and the next financial meltdown, New York, Pantheon Books, 304 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2010
Tema: 
La influencia política y económica de los bancos más grandes de Estados Unidos
Idea principal: 

En marzo de 2009 los trece banqueros de las instituciones financieras más grandes del país, se reunieron en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama. Una vez terminada la reunión, en rueda de prensa, la mayoría declaró “estamos todos juntos en esto”. Era claro que los trece necesitaban al gobierno, pues únicamente la intervención masiva de este podía salvarlos de la bancarrota o de ser adquiridos (p. 4).

Pero, ¿por qué el gobierno necesitaba de estos bancos? Cualquier economía moderna necesita de un sistema financiero, pero la administración de Obama decidió que necesitaba este sistema en particular, el cual estaba dominado por estos trece banqueros, que habían jugado un papel central al causar la crisis financiera y la recesión al utilizar sus enormes hojas de balance para colocar apuestas en mercados financieros recién creados. A pesar de ello, el gobierno creía que el crecimiento del país dependía de estos bancos (p. 4).

Realmente Obama intentaba tomar ventaja de la crisis por la que atravesaba Wall Street para ganar ciertas concesiones de los banqueros. Pero pronto se volvió claro que había fallado en su intento. En cuanto las megabancos reportaron ganancias que jamás se había alcanzado con anterioridad, la industria utilizó todo lo que tenía a su disposición para luchar en contra de las moderadas reformas que la administración estaba proponiendo (p. 5).

¿Cómo es que, estando cerca del colapso del sistema financiero y de su desesperado rescate, el gobierno falló en tener una ventaja real sobre los bancos más grandes? (p. 5).

En marzo de 2009 los bancos de Wall Street eran más que un grupo de interés. Durante los últimos treinta años se habían convertido en una de las industrias más ricas en la historia económica de Estados Unidos, y además unas de las fuerzas políticas más poderosas en Washington. La ideología de Wall Street se convirtió en la posición con más consenso en Washington (p. 5).

La influencia política de Wall Street ayudó a crear el entorno laissez-faire, en el cual los bancos se volvieron más grandes y riesgosos. Pero la influencia política también permitió que cuando el gobierno rescató al sistema financiero lo hiciera en términos que le fueran favorables a los bancos. Entonces, el “estamos todos juntos en esto” realmente significó que los bancos más grandes estaban enlazados al corazón del sistema político, y el gobierno había decidido que necesitaba a los bancos al menos tanto como los bancos necesitaban al gobierno (p. 6).

Los bancos de Wall Street son la nueva oligarquía estadounidense. Las ganancias fuera de control y las bonificaciones en el sector financiero fueron transmutadas en poder político, a través, por ejemplo, de las contribuciones para campañas electorales. Pero esas ganancias y esas contribuciones también reforzaron la credibilidad y la influencia de Wall Street (p. 6).

Ya anteriormente la industria de derivados había luchado ante la amenaza de una regulación. En 1994, grandes pérdidas en el intercambio de derivados condujo a numerosas demandas y a una investigación por parte del congreso. Gracias a las demandas se descubrió que los vendedores de derivados estaban mintiendo a sus clientes. Ante una potencial amenaza de una legislación por parte del congreso, la industria, junto con su grupo de presión (lobbying group), luchó en contra de esta, apoyados además por sus amigos dentro del gobierno. La amenaza de regulación fue evitada, y la industria regresó a inventar derivados incluso más complejos para mantener sus márgenes de ganancia (p. 8).

Para 1998 cuando se comenzó a cuestionar las finanzas modernas y la regulación financiera, los ejecutivos de Wall Street ya tenían mucha simpatía dentro del gobierno e importantes responsables políticos (policymakers) estaban inclinados a seguir sus consejos. Las finanzas ya se habían vuelto complejas, y de las cuales solo los banqueros de Wall Street y los académicos comprendían. En ese entonces la mayoría de la élite de Washington ya pensaba que lo que era bueno para Wall Street era bueno para Estados Unidos (p. 9-10).

La falla de regular, no solo los derivados, sino también muchas innovaciones financieras, hizo posible una larga década de frenesí financiero que terminó creando la peor crisis financiera y la más profunda recesión desde la Segunda Guerra Mundial (p. 10).

Los derivados Over the counter (OTC) (1) crecieron por encima de los $20 billones de dólares para 2008; Los contratos de permuta de cobertura por incumplimiento crediticio (Credit default swaps, CDS) (2) crecieron por arriba de $3 billones de dólares, contribuyendo a inflar la burbuja hipotecaria; cuando la burbuja estalló, el colapso en el valor de las garantías basadas en el mercado de la vivienda, desencadenó la crisis financiera. La economía estadounidense se contrajo 4 por ciento, las instituciones financieras tuvieron pérdidas arriba de un billón de dólares, y el gobierno de Estados Unidos y otros gobiernos rescataron sus sectores bancarios con paquetes de rescates con valor de cientos de miles o billones de dólares (p. 10).

Las decisiones de rescatar el sector bancario también tuvieron implicaciones significativas para la sociedad estadounidense y la economía global. No sólo decidieron rescatar el sistema financiero, sino que además lo hicieron extendiéndoles un cheque en blanco a los bancos más grandes y poderosos en su momento de más necesidad. El gobierno decidió no imponer condiciones que permitieran reformar la industria. Decidió mantenerse con los bancos que tenía (p. 11).

Cuando llegó la crisis de 2008, tanto la administración de George Bush y de Obama estaban ampliamente manejadas por personas que venían de Wall Street o que habían construido políticas a favor de estos. No había un intento serio de romper los grandes bancos o de reformar la regulación financiera. La reforma fue puesta sobre la mesa cuando los bancos más poderosos ya se habían hecho más grandes, volvieron a ser rentables y recuperaron su influencia política (p. 11).

Puede que la reforma tenga algunas mejoras –como una mejor protección a los consumidores contra las prácticas abusivas de las instituciones financieras–, pero el núcleo del problema –que son “demasiado grandes para quebrar” y suficientemente poderosos para inclinar el panorama político a su favor– se mantendrá en tanto que Wall Street regrese al negocio tal y como antes (p. 12).

Los bancos más grandes fueron los que más ganaron con la crisis financiera. JPMorgan Chase, Bank of America, y Wells Fargo compraron a sus rivales para hacerse incluso más grandes. Los bancos más grandes aumentaron sus acciones de mercado en todo, desde la emisión de tarjetas de crédito hasta la emisión de acciones de nuevas compañías (p. 12).

Si las condiciones básicas del sistema financiero que crearon la crisis financiera y la recesión global siguen siendo las mismas, el resultado será el mismo, incluso si los detalles difieren. Las condiciones traerán otra crisis, donde los efectos podrían ser peores debido a que el sistema bancario está más concentrado que antes y que además tiene una sólida garantía gubernamental (p. 13).

La alternativa es reformar el sistema financiero, hacer regulaciones bancarias, tales como las de los años treinta, que protejan el bienestar del sistema financiero por los siguientes cincuenta años. Un pilar central de esta reforma debe ser romper los megabancos que dominan el sistema financiero (p. 13).

Capítulos

1. Thomas Jefferson and the financial aristocracy

2. Other people’s oligarchs

3. Wall Street rising: 1980-

4. “Greed is God”: the takeover

5. The best deal ever

6. Too big to fail

7. The american oligarchy: six Banks

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(1) Contratos en los cuales dos partes apuestan en el movimiento de los precios de los activos, tales como divisas, acciones o bonos (Johnson, Simon y James Kwak [2010], 13 Bankers : The Wall Street takeover and the next financial meltdown, New York, Pantheon Books, p. 10).

La característica de estos mercados es que la negociación se lleva a cabo directamente entre dos partes, sin que entre en juego ningún organismo regulador o de control del mercado (http://www.rankia.mx/blog/contratos-por-diferencias/2159257-nueva-regula...).

"The phrase 'over-the-counter' can be used to refer to stocks that trade via a dealer network as opposed to on a centralized exchange. It also refers to debt securities and other financial instruments such as derivatives, which are traded through a dealer network" (http://www.investopedia.com/terms/o/otc.asp#ixzz3ol3ULfZj)

(2) Swap: "The exchange of one security for another to change the maturity (bonds), quality of issues (stocks or bonds), or because investment objectives have changed" (http://www.investopedia.com/terms/s/swap.asp)

"A credit default swap is a particular type of swap designed to transfer the credit exposure of fixed income products between two or more parties. In a credit default swap, the buyer of the swap makes payments to the swap’s seller up until the maturity date of a contract. In return, the seller agrees that, in the event that the debt issuer defaults or experiences another credit event, the seller will pay the buyer the security’s premium as well all interest payments that would have been paid between that time and the security’s maturity date" (http://www.investopedia.com/terms/c/creditdefaultswap.asp)

Datos cruciales: 

A marzo de 2009, la bolsa de valores estadounidense cayó 40% en siete meses, mientras que su economía perdió 4.1 millones de empleos. La producción mundial total se contraía por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial (p. 3).

En 2009 las acciones de Citigroup se negociaban por debajo de $3 dólares por acción, cerca del 95% debajo de su punto más alto; y las acciones de Bank of America habían perdido 85% de su valor (p. 3).

En 1983, Citibank tenía $14 mil millones de dólares en activos, es decir 3.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos. En 2007, nueve instituciones financieras eran en relación de la economía estadounidense más grande que lo que fue Citibank en 1983. En 2009 los activos de Bank of America eran 16.4 por ciento del PIB, seguido por JPMorgan Chase con 14.7 por ciento y Citigroup con 12.9 por ciento (p. 12).

Cápitulos relevantes para el proyecto: 

7. The american oligarchy: six Banks

Trabajo de Fuentes: 

Current Employment Statistics http://blogs.abcnews.com/thenote/2009/04/obama-to-banker.html. Datos sobre la pérdida de empleos.

Banco de Pagos Internacionales, Semiannual OTC derivates Statistics. Datos sobre los derivados OTC

Tett, Gillian[2009], Fool’s gold: How the bold dream of a small tribe at J.P.Morgan was corrupted by Wall Street greed and unleashed a catastrophe, New York, Free Press

Nexo con el tema que estudiamos: 

La centralidad de los actores financieros, tanto en la crisis como en la acumulación de capital, hacen indispensable su estudio. En este caso, es preciso subrayar el ascenso de los grandes bancos estadounidenses y su creciente concentración, incluso a través del proceso de crisis. Este estudio permite mostrar la función "saneadora" de la crisis. El fortalecimiento de los bancos en los años posteriores a la crisis, debe ser contrastado con los análisis de su debilidad, señalados en The Economist: la falta de soluciones de fondo y la continuidad de la especulación financiera sin límites, tendrían a varios de estos bancos al borde de nuevos quiebres de grandes proporciones, en especial a Citigroup.