Louisa Wright es reportera y editora de temas de ciencia y salud en Deutsche Welle

Según la revista británica Nature, científicos de Estados Unidos y Australia han recreado el primer embrión humano en una placa de Petri. Según este informe, las células madre embrionarias humanas o reprogramadas a partir de tejidos adultos, pueden autoorganizarse en una placa de Petri, para formar estructuras similares a las de los embriones humanos. Los científicos han llamado blastoide a este experimento, haciendo referencia al blastocito, el nombre que recibe el embrión humano en las primeras etapas de su desarrollo. Este es el primer modelo integrado de embrión humano que contiene todos los linajes celulares del feto y sus tejidos de apoyo. Se considera que el descubrimiento podría ayudar en labores como la prevención de la pérdida de embarazo y de malformaciones congénitas.

El consenso internacional para la investigación con embriones humanos permite cultivar los embriones obtenidos por fertilización in vitro un máximo de 14 días después de la fecundación. Puesto que la legislación no es clara sobre cómo proceder con embriones que no son resultado de la fertilización in vitro sino de células madre –como el que se refiere en la nota–, los investigadores optaron por cultivar los blastoides un máximo de cinco días.

El nuevo procedimiento facilitará la investigación sobre las primeras etapas del desarrollo embrionario, pues aumentará la disponibilidad de embriones para los investigadores y podría hacer prescindibles a los embriones humanos reales, resultantes de la fertilización in vitro. Además, a diferencia de los modelos anteriores en que se utilizaban células madres humanas, los blastoides tienen todos los linajes asociados a las estructuras celulares esenciales para el desarrollo de un bebé.

Sin embargo, el desarrollo de los blastoides es ineficiente y varía en función de las líneas celulares producidas a partir de diferentes donantes. Además, estos modelos contienen poblaciones celulares no identificadas, que no se encuentran en los blastocitos humanos naturales. Finalmente, sus fases posteriores no han sido aún lo suficientemente estudiadas.