Of Spaces Old and New. Space Forces: A critical History of Life in Outer Space

Cita: 

Scharmen, Fred [2021], “7. Of Spaces Old and New”, Space Forces: A critical History of Life in Outer Space, London, Verso.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2021
Tema: 
SpaceX y Blue Origin han abierto las puertas a la nueva generación de empresas privadas que logran reducir los costos de los viajes espaciales y de la minería espacial.
Idea principal: 

Fred Scharmen se licenció en Arquitectura por la Universidad de Yale. Enseña arquitectura y diseño urbano en la Escuela de Arquitectura y Planificación de la Universidad Estatal Morgan. Su trabajo como diseñador e investigador gira en torno a cómo imaginamos nuevos espacios para mundos futuros, y a quién se invita a entrar en ellos.


De espacios viejos y nuevos

Un grupo de hombres se encuentran en un risco en la sabana al borde del Valle del Gran Rift (dato crucial 1). Estos hombres son cazadores de la tribu Hadza, la cual ha habitado la zona durante decenas de miles de años, este grupo indígena lleva un estilo de vida de caza y recolección. La foto de estos cazadores en el risco tomada en 2005 fue la imagen de apertura de la charla impartida por George Sowers en el Instituto de Estudios Espaciales en 2019. Dicho instituto forma parte de la Sociedad L5, organización fundada con el propósito de promover las ideas sobre asentamientos espaciales de Gerard O’Neill, ex vicepresidente de la United Launch Alliance (ULA, por sus siglas en inglés).

Sowers mostró la foto de los cazadores para introducir la nueva era de la vida en el espacio exterior, en el marco de una visión del mundo que liga la prosperidad humana con el acceso a recursos y energía, y así justificar la explotación de los recursos en el espacio exterior.

Durante los primeros 100 mil años, la humanidad dependió de la caza y la recolección para obtener energía, posteriormente con la Revolución Agrícola la cantidad de calorías por persona se duplicó, posteriormente, con la Revolución Industrial, el acceso a la energía se duplicó de nuevo hasta que, eventualmente comenzó a ocurrir un aumento exponencial en el potencial de acceso a la energía. En línea con el argumento de Sowers acerca de las revoluciones sucesivas, en la conferencia expresó explícitamente que “el acceso a los recursos del espacio exterior facilitará la tercera mayor revolución económica en la historia de la humanidad” (p.148).

Sowers tiene raíces en la generación del llamado Viejo Espacio (Old Space en inglés), pues formó parte de la ULA, producto de la fusión de Boeing y Lockheed Martin, las dos compañías distribuidoras de vehículos de lanzamiento orbital más grandes del mundo. Dicha fusión se debió a que no había suficientes clientes para ambas empresas debido a los altos costos, sin embargo, no contaban con que surgirían nuevas empresas como SpaceX que abrirían las puertas del espacio al disminuir drásticamente los precios (dato crucial 2). La tendencia actual es que los precios bajen y la producción de cohetes espaciales aumente, sobre todo con la entrada en órbita del cohete New Gleen de Blue Origin en esta década. En este sentido, estas dos compañías son las pioneras de una nueva generación de modelos privados de vuelos espaciales. Sin embargo, es importante resaltar que las visiones del mundo en las que se sustentan no son necesariamente nuevas.

Space Origin y Blue X

SpaceX y Blue Origin son compañías que forman parte de lo que se conoce como la generación del Nuevo Espacio (New Space en inglés), cuyos fundadores son Elon Musk y Jeff Bezos, respectivamente. Las cosas que ambas compañías tienen en común es que son empresas privadas, sus fundadores son multimillonarios y su objetivo a corto plazo es crear vehículos espaciales reutilizables y así disminuir los costos de lanzamiento. Para ambos, la meta a largo plazo implica abrir las puertas del espacio para el futuro de la humanidad. Musk y Bezos son los hombres más ricos del mundo y son rivales respecto a capacidades, clientes y objetivos.

Las similitudes antes descritas son todo lo que tienen en común ambas compañías, pues la “imaginación planetaria” y metodologías de sus fundadores difieren bastante. La visión de Bezos está basada en el paradigma de O’Neill, desde que se graduó de la preparatoria tenía el sueño de construir hoteles, parques de diversiones y colonias orbitando la Tierra, de tal forma que nuestro planeta podría convertirse en una especie de parque nacional para preservarla.

La creación de Blue Origin fue bastante discreta, gracias a la fortuna que Bezos acumuló con Amazon y la lluvia de ideas e investigación que durante años llevó a cabo su equipo, en el cual forman parte autores de ciencia ficción. Fue así que llegaron a la conclusión de que un cohete químico de múltiples etapas era la forma más simple de comenzar.

Por otro lado, Musk estaba desilusionado de la incapacidad de la NASA para seguir avanzando en los objetivos respecto a los viajes espaciales. A pesar de que Bezos compartía esta decepción, Musk la abordó de forma distinta pues, su principal meta era “Hacer a los Humanos una Especie Multiplanetaria”, título que llevó una charla que impartió en 2016 en el Congreso Internacional de Astronomía (IAC, por sus siglas en inglés). En este sentido y en concordancia con el paradigma de O’Neill, a Bezos no parece interesarle vivir en otros planetas, mientras que Musk parece preocuparse especialmente por la extinción de nuestra especie a manos de eventos catastróficos. Es así que piensa en Marte como un planeta de respaldo para la vida humana, pues considera que si pudiera comenzar un invernadero que albergara vida en dicho planeta, esto lograría más inversión en la exploración espacial.

Para materializar su visión, Musk primero intentó comprar cohetes rusos, sin embargo, al no ser posible, fundó SpaceX para crear sus propios cohetes. El enfoque de Musk se basa en generar una imagen y de ahí comenzar a trabajar para volverla realidad, asimismo, le gusta tener audiencia en el proceso, razón por la cual suele transmitir en vivo sus ensayos de lanzamientos en órbita (dato crucial 3). Caso contrario con Bezos, el cual hace sus pruebas en secreto y posteriormente lo anuncia en internet.

Pilas y Aparatos

La forma en la que Bezos trabaja se ve reflejada en la estructura de Amazon, construye o absorbe plataformas y una vez que las integra, las renta o las conserva para la propia empresa. Un ejemplo de esto son los Servicios Web de Amazon (AWS por sus siglas en inglés), la nube necesaria para satisfacer las necesidades del mercado en línea. Los usuarios de esta nube no solo son clientes, sino también terceras partes que alquilan sus servicios, tales como Netflix, la NASA o la CIA.

“Se trata de una variante del enfoque full stack de las tecnologías de la información. El desarrollo es full stack si abarca no sólo el diseño y la propiedad de las interfaces de cara al cliente, sino también el conjunto de software y servidores del back end que existen en la infraestructura, y todas las demás capas intermedias” (p. 153). Básicamente, se trata de absorber y controlar cada etapa de la cadena de suministro de un producto (dato crucial 4). En este sentido, muchas empresas pagan a Amazon una licencia para poder usar su software de ruta y otros sistemas y así poder hacer entregas a domicilio.

En este sentido, es evidente que Bezos tiende a pensar y actuar en términos de sistemas completos, mientras que Musk piensa en la tecnología en términos de artefactos concretos, es decir, se concentra en crear versiones más eficientes de cosas específicas, sin recurrir a cambios profundos en el estilo de vida o el status quo. Esto precisamente es lo que sucedió con Tesla pues solo se cambiaron los autos de gasolina por autos eléctricos.

Otro punto de discrepancia entre Bezos y Musk es la forma en la que utilizan la propiedad intelectual. Por un lado, Bezos protege sus ventajas competitivas de otros, mientras que Musk cree que sus estándares proliferarán sí están disponibles para todo aquel que quiera utilizarlos. No obstante, la visión de Musk se torna en la exclusividad al plantear la idea de túneles específicos para los usuarios de Tesla. En 2016 Musk fundó su compañía Boring con el argumento de que estaba harto del tráfico y que construiría sus propios túneles.

Este tipo de ideas evidentemente permean en su “imaginación planetaria” y la forma en la que concibe la vida en Marte. De hecho, en su charla de seguimiento en la IAC de 2017, explicó un poco esta concepción, túneles subterráneos para viajar, autos eléctricos automáticos, energía solar, domos conectados entre sí y puertos espaciales, todo encaja bastante bien con la visión de von Braun The Mars Project de 1948. El escenario planteado por Musk no da cabida a espacios comunitarios, en concordancia con el creciente individualismo.

La intención de Musk de reducir los costos de lanzamiento añadiendo más lanzamientos es un ejemplo clásico de algo que los economistas llaman "demanda inducida". Es así que las compañías de Musk se están expandiendo en el espacio, debido a la extensa capacidad que SpaceX facilita (dato crucial 5). No obstante, Musk rechaza el concepto de la demanda inducida cuando es utilizada para criticar sus ideas sobre el transporte en la Tierra. Asimismo, su visión del mundo valora la expansión por sobre todo lo demás y busca soluciones utilitaristas y técnicas.

Por otro lado, Bezos sigue fielmente los pasos de O’Neill y como él, comenzará con la Luna. En 2019 anunció un nuevo proyecto de Blue Origin en asociación con la NASA, un vehículo robótico de carga lunar llamado Blue Moon. Tanto Blue Origin como la NASA esperan investigar la posibilidad de la “utilización de recursos in-situ” (ISRU por sus siglas en inglés), es decir, hacer minería en la Luna, siendo el agua la molécula más prometedora (dato crucial 6). Utilizando energía solar, el agua puede ser dividida en hidrógeno y oxígeno y utilizarse como carburante y oxidante en una reacción de combustión controlada. En este sentido, el agua puede ser utilizada como combustible para los cohetes, meta que Bezos persigue para lograr los objetivos a largo plazo establecidos en Blue Origin. En línea con su discurso de 2019 en la IAC titulado “Yendo al Espacio para Beneficiar a la Tierra”, Bezos argumenta puntos en contra de las ideas multiplanetarias de Musk como alternativa ante algún evento catastrófico, sosteniendo que no hay mejor planeta que la Tierra. En esta misma conferencia, Bezos mostró un video donde Asimov, autor de ciencia ficción, discute con O’Neill la idea de que otros planetas, planetoides o asteroides solo se necesitan como bases proveedoras de recursos. De igual forma, mostró renders del interior del Standford tori y del cilindro de O’Neill realizados con editores de software como Adobe Photoshop.

El comportamiento y la naturaleza de las compañías de Bezos reflejan su visión del mundo y su imaginación planetaria. Asimismo, el conjunto de empresas que opera y las muchas plataformas que componen a Amazon, se pueden interpretar como experimentos o ensayos de la “construcción de mundos”. En este sentido, los Stanforf tori de Bezos y los cilindros de O’Neill están pensados como un ecosistema unificado controlado por una autoridad central en todos los niveles, desde la infraestructura hasta la supraestructura. Estos espacios tendrán todos los servicios, amenidades, productos y plataformas proporcionadas por Amazon.

Bezos tiene un letrero que dice Day 1 en todos los edificios de Amazon donde ha tenido una oficina personal haciendo referencia a que la estasis en indeseable y que debe haber un dinamismo e innovación constante para evitar el declive y la irrelevancia. Sin embargo, debemos preguntarnos cuáles son los peligros de vivir en un mundo que fue construido bajo la premisa de que cada día es el Día 1.

Minando el cielo

Las fortunas que Musk y Bezos hicieron debido al comercio electrónico han servido como la inversión privada que impulsa sus empresas de viajes espaciales, de la mano de contratos y subvenciones con la NASA. A pesar de que Blue Origin y SpaceX fueron las pioneras de la generación del New Space, su éxito impulsó el surgimiento de toda una nueva constelación de empresas dispuestas a asumir riesgos. Estas pioneras han construido infraestructuras que las nuevas empresas han utilizado para realizar actividades rentables, tal como la minería de asteroides.

La utilización de recursos in-situ ha estado presente desde los años 20s con Tsiolkovsky en su novela "Más Allá del Planeta Tierra". En este sentido, la minería de asteroides fue una fase importante en la línea de desarrollo de O’Neill y NASA Ames, asimismo, el descenso de los precios de los lanzamientos espaciales detonó el interés en la minería de asteroides. A este respecto, en 2010 dos empresas nuevas, Deep Space Industries y Planetary Resources anunciaron planes de negocios en la minería de asteroides, no obstante, a pesar de contar con el financiamiento de diversas empresas, se han enfrentado con dificultades técnicas, así como retos en la normatividad internacional.

El “Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre, incluso la Luna y otros cuerpos celestes” entró en vigor en 1967, fue firmado por 134 países y prohíbe que cualquier nación reclame de forma soberana cualquier territorio en el espacio exterior. Adicionalmente, estipula que las naciones deben tomar responsabilidad por el comportamiento de sus compañías privadas. En este sentido, la apropiación de algún asteroide resulta bastante ambigua y dificulta la venta a inversores.

En línea con lo anterior, el primer reto al que se enfrentaron las empresas fue el de buscar que se realizara una interpretación del Tratado a su favor. En 2015 tuvieron éxito cuando Obama firmó la "Ley de Fomento de la Competitividad y el Emprendimiento Aeroespacial" (SPACE por sus siglas en inglés), el cual le da el derecho al gobierno de Estados Unidos, a sus ciudadanos y compañías a "participar en la exploración y explotación comercial de los recursos espaciales” (p. 162). En este contexto, nadie puede reclamar territorio, pero pueden reclamar materiales, es decir, cualquiera con las capacidades para hacer uso de los recursos puede hacerlo.

En 2020 Trump emitió una orden ejecutiva que afirmaba la recuperación y utilización de los recursos espaciales, así como el hecho de que Estados Unidos no reconocía los recursos del espacio exterior como bienes comunes de la humanidad. Esta orden no solo desestima cualquier interpretación del Tratado, sino que también busca que otros países firmantes lo rechacen.

El rechazo de Trump al Tratado implica también el rechazo del “Acuerdo que Gobierna las Actividades de los Estados en la Luna y otros Cuerpos Celestes” emitido el 1979. Dicho Acuerdo busca que se implemente la regulación internacional del uso y explotación de los recursos extraterrestres, con lo cual es de esperarse que Estados Unidos no sea un firmante en dicho Acuerdo, de hecho, ningún país con capacidades para realizar lanzamiento espacial lo es. La mayoría de los países partes son del Sur y Este Global. Por otro lado, fue la Sociedad L5, conformada por simpatizantes de las ideas de O’Neill, la cual en 1979 ayudó a evitar la adopción del Acuerdo de la Luna.

A pesar de las medidas antes mencionadas, no han logrado del todo que las naciones puedan apropiarse de territorios fuera de la Tierra, aunado a esto, también existen limitantes técnicas en ciertas regiones del espacio exterior que dificultan aún más la cuestión. La principal complicación radica en la implementación de “zonas seguras” alrededor de las actividades mineras, ya que la excavación inevitablemente dispara polvo, arena y grava que puede dañar naves y estaciones circundantes debido a la falta de atmósfera.

En este sentido, la instauración de las zonas seguras alrededor de áreas de extracción de recursos o estaciones científicas podría conducir inevitablemente a la soberana demanda de ciertos territorios por la seguridad de otros que trabajen en la Luna.

En su presentación para el Instituto de Estudios Espaciales en 2019, Sowers habló sobre la cuestión del acceso al espacio y sus recursos en términos de revoluciones. En el ejemplo de los cazadores Hadza, ellos tienen acceso a una gran cantidad de espacio y energía (dato crucial 7), asimismo, debido a que sus actividades de caza y recolección son únicamente para autoconsumo, ayudan a regular el ecosistema y por ende están exentos de las regulaciones a la cacería y de pagar impuestos.

El argumento de las revoluciones de Sowers muestra la misma relación complicada que Musk tiene con el concepto de demanda inducida, pues entre más cohetes se lancen al espacio habrá más demanda de estos artefactos. De igual forma, tener acceso a los recursos del espacio creará una mayor necesidad de hacer minería en la Luna y los asteroides. No obstante, la métrica de Sowers no logra evidenciar la forma desigual en la que están distribuidas las calorías entre las personas, solo las cuantifica y la mera existencia de calorías no erradicará el sufrimiento humano.

Siguiendo el argumento de Sowers, Chris Lewicki, expresidente de Planetary Resources, opina que la minería en el espacio no generará cambios de fondo en las actividades y necesidades humanas, es decir, el futuro será lo mismo de siempre. En este sentido, los objetivos de la generación New Space se encuentran en la disyuntiva entre tratar de convencer a idealistas y visionarios que todo cambiará para mejor, pero también necesitan convencer a los inversores y gobernantes que todo permanecerá tal y como está. En línea con lo anterior, Ursula K. Le Guin sugiere que a menos los seres humanos amplíen su panorama de categorías (de bienes comunes o tecnología, por ejemplo) el estatus quo no cambiará.

La empresa de Lewicki, así como Deep Space Industries se quedaron sin fondos y en 2020 fueron compradas por sus activos. Lewicki comenta que las estructuras de financiamiento tradicionales no satisfacen las necesidades de investigación a largo plazo que se requieren para impulsar el capitalismo espacial, en este sentido, considera que se requieren mejoras en la ingeniería financiera.

En línea con las ideas de Le Guin, el Tratado del Espacio Exterior es una herramienta para lidiar con las dificultades y peligrosas realidades del espacio exterior. Es así como el artículo 5 de este Tratado habla sobre la necesidad de ayuda mutua ante las eventualidades que se puedan presentar en dicho ambiente mortal. Si estás en el espacio y eres consciente de algún peligro inminente, debes advertir y brindar ayuda a cualquiera que lo necesite. En este sentido, algunas personas que trabajan en ciencia espacial se refieren a este Tratado como su constitución pues es una lista de valores fundamentales. Por tales razones, la generación New Space debería adaptar sus tecnologías al trabajo existente en vez de tratar de modificar dicho documento para sus propios beneficios.

Finalmente, al continuar categorizando a la pobreza, la carencia, el hambre y el desplazamiento forzado como daños colaterales inevitables de la naturaleza humana solo causará más miseria. En este sentido, actualmente ya se cuenta con las herramientas tecnológicas, legales y políticas necesarias para construir un mundo sin estas injusticias (el patrimonio común, los derechos humanos y la seguridad mutua) solo que no se han implementado de forma adecuada.

Datos cruciales: 

1. El Gran Valle del Rift es una extensión inundada que lleva abriéndose cerca de 10 millones de años debido al movimiento de las placas tectónicas, específicamente por el distanciamiento entre la placa Somalí y la placa Africana. Es una gran fractura geológica situada en el Este de África cuya extensión total es de 4 830 kilómetros en dirección norte-sur.

2. El precio de enviar un astronauta a la órbita terrestre a través de la cápsula Dragon 2 de SpaceX, sobre su cohete Falcon 9 en 2020, es una séptima parte de lo que costaba la cápsula Apolo y el Saturno V. El precio de Dragon 2 es un tercio del transbordador espacial y poco más de la mitad del costo de un viaje en la cápsula Starliner de Boeing, miembro de ULA.

3. En 2008 SpaceX tuvo su primer lanzamiento en órbita exitoso. En 2015 Musk volvió a hacer historia al aterrizar con éxito una primera etapa de un cohete orbital en posición vertical. Asimismo, Blue Origin lanzó exitosamente un mes antes el cohete New Shepard al borde del espacio y aterrizó su primera etapa de forma vertical.

4. En 2012 Amazon compró Kiva Systems, empresa que fabricaba robots para la movilización y empacamiento de mercancía en los almacenes. Fue reemplazada por Amazon Robotics.

5. Starlink, el sistema de internet satelital que SpaceX está implementando, aumentará la conectividad y ancho de banda en la Tierra. Starlink ya tiene mil doscientos satélites en órbita y planea otros 12 mil, lo cual pone bastante nerviosos a los responsables del monitoreo de colisiones.

6. En 2008 una prueba espacial en India confirmó que existen grandes depósitos de agua congelada en la superficie de la Luna concentrada en cráteres en el polo sur.

7. Si todos los habitantes de la Tierra tuviéramos la misma disponibilidad de territorio que los cazadores Hadza, se necesitarían 136 planetas más.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La expansión de las fronteras del capital ha llegado al punto en el que se ha acuñado el concepto de "capitalismo espacial" para referirse a las oportunidades de mercado en el espacio exterior. La gran fortuna que han amasado empresarios como Musk y Bezos les brindan los recursos económicos y el poder político y social para materializar sus imaginarios sobre nuevos mundos más allá de las fronteras terrestres. Sin embargo, debemos tener claro que en el caso de su concreción, éstos no serán mundos justos pues pretenden seguir reproduciendo el mismo sistema asimétrico, explotador, individualista y voraz de forma infinita.

La Introducción de este libro está también disponible en LET:
Capabilities: An Introduction. Space Forces: A critical History of Life in Outer Space