Geopolitics and energy. Why energy insecurity is here to stay

Cita: 

The Economist [2022], "Geopolitics and energy. Why energy insecurity is here to stay", The Economist, London, 26 de marzo, https://www.economist.com/leaders/2022/03/26/why-energy-insecurity-is-he...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Marzo 26, 2022
Tema: 
La necesidad de acelerar la transición energética a partir del conflicto ucraniano
Idea principal: 

Como resultado de la invasión rusa a Ucrania, la obtención de energía proveniente de combustibles fósiles se encuentra en riesgo. Esto, como resultado de que entre 10 a 25% de las exportaciones totales de petróleo, gas y carbón a nivel mundial provienen de Rusia, hecho que ha provocado que diversos países, principalmente europeos, se encuentren vulnerables ante el gigante euroasiático.

Es a raíz de dicha vulnerabilidad, que ha acrecentado la urgencia por la creación de sistemas de energía renovables que dependan del sol, el viento y de reactores nucleares; recursos que permitirán establecer una independencia de las exportaciones rusas y por ende, dejar de lado el control que Moscú puede ejercer sobre las naciones que requieren de los combustibles rusos.

Lo anterior, ha intensificado la búsqueda de recursos y la inversión en la construcción de plantas de energía renovable. No obstante, a pesar de la necesidad de buscar otras fuentes de energía, los gobiernos alrededor del mundo han optado por buscar combustibles fósiles fuera de Rusia, lo que además de aumentar las inversiones en compañías petroleras, tendrá un gran impacto en la polución de las ciudades. Esta cuestión ha suscitado una pregunta: ¿Qué tan rápido se puede abandonar el uso de combustibles fósiles?

Como respuesta al cuestionamiento, en marzo de 2022 la Unión Europea (UE) anunció una nueva estrategia energética que busca la independencia de los combustibles rusos para 2030. Dicha estrategia, tiene como objetivo encontrar nuevas fuentes de gas al mismo tiempo que promete una inversión en sistemas renovables, principalmente de origen nuclear, vaticinando así, una aceleración en la transición por energías que sean más amigables con el medio ambiente.

A pesar de los efectos positivos de la transición, esta no será positiva para todas las economías. Tras realizar una simulación, The Economist llegó a la conclusión de que la descarbonización del mundo, generará dos problemas.

En primer lugar, se encuentra el hecho de que a medida que las empresas occidentales comiencen a dejar de lado el mercado de los combustibles fósiles y opten por materiales verdes, esto elevará los costos del petróleo y otras sustancias. Como resultado, Rusia y miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que continuarán extrayendo el crudo, aumentarán su presencia en este mercado generando cierta concentración. Lo último, tendrá impacto sobre otros países productores, los cuales por falta de inversión, tecnología e infraestructura, no podrán seguir el ritmo de los grandes exportadores de petróleo y se convertirán en ex-petroestados, cómo será el caso de Angola y Azerbaiyán.

En el segundo punto, se encuentra el hecho de que los futuros electro-estados comenzarán una contienda en la búsqueda de recursos para la generación de nuevas energías. Al respecto, no solo se estima que la construcción de la infraestructura necesaria para las nuevas formas de energía tomará al menos dos décadas; sino que, algunos países se verán mucho más beneficiados que otros, ya que cuentan con el dinero, el equipo y la tecnología para lograr su cometido. Además, el proceso implicará un aumento en la inversión en la minería para la obtención de metales verdes, como el litio y el cobre, lo que implicará riesgos medioambientales, políticos y sociales en los países de los que se dará la extracción.

Otro problema que se encuentra, es que al igual que con todos los bienes, los precios de los recursos necesarios para estas nuevas formas de energía, llevarán a una respuesta del mercado. En esta, se presentarán periodos de escasez en donde los precios de los recursos serán altos, fenómenos que han sido combatidos en el pasado por diversas compañías, como Tesla y Barrick, mediante el reciclaje y la innovación.

Finalmente, para que la transición energética sea posible, además de las empresas, también se requiere de los gobiernos. En este caso, los gobiernos deberán realizar acciones que faciliten nuevas relaciones económicas a nivel internacional, mismas que permitirán la diversificación de los mercados y la vigorización de la industria nuclear al mismo tiempo que se establecen reglas para salvaguardar a los trabajadores y para evitar que se generen daños irreparables al medio ambiente. Lo que se busca, es una transición energética que reconozca los riesgos y establezca medidas compensatorias que ayuden a crear un sistema de energía más seguro y limpio.

Datos cruciales: 

1. A lo largo de dos décadas, Rusia ha recibido alrededor de 4 billones de dólares por exportaciones de gas y petróleo. Dichas ganancias, fueron invertidas en el armamento militar que está siendo utilizado por el ejército ruso en Ucrania.

2. Desde el inicio de la guerra en Ucrania, el barril de petróleo ha alcanzado precios de hasta 122 dólares, especialmente en la semana del 26 de marzo de 2022 cuando tuberías que transportan el crudo fueron dañadas en Asia Central a razón de un tormenta y, tras el ataque a instalaciones de energía en Arabia Saudita por parte de rebeldes iraníes.

3. En 2022 se registró que a consecuencia del estímulo occidental, Saudi Aramco, la compañía petrolera más grande del mundo, incrementó sus inversiones anuales a un aproximado de 50 mil millones de dólares.

4. Como parte de la nueva estrategia energética de la UE, Francia anunció que planea construir 6 nuevas plantas nucleares para buscar la independencia energética. Por su parte, Reino Unido informó el inicio de la construcción de una nueva generación de reactores nucleares.

5. Tras su simulación, The Economist encontró que la transición a las energías renovables, implicará un descenso en el PIB de las economías que dependen de combustibles fósiles de 5.8% a 3.4% para 2040. Sin embargo, 50% del PIB resultante, pertenecerá a las autocracias.

6. Se calcula que de llevarse a cabo la transición a energías renovables, esta implicará la concentración del mercado de metales verdes, en el cual solo 10 países obtendrán 75% de las ganancias totales de la exportación de metales como litio y cobre.

7. Se estima que con la descarbonización, Rusia y miembros de la OPEP aumentarán su presencia en el mercado de combustibles fósiles de 45% a 57% para 2040.

8. Se prevé que para 2040, la construcción de infraestructura para la generación de energías renovables cueste alrededor de 1 billón de dólares.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La premisa de la transición energética que expone The Economist conlleva un problema: el hecho de que dicha transición se verá acompañada de una nueva competencia a nivel mundial por los recursos verdes. Se trata de una competencia que no solo pone los intereses geopolíticos y económicos de las grandes potencias como principal estímulo; sino que, podría vaticinar una mayor destrucción medioambiental de los países ricos en recursos. Esto plantea ciertos pros y contras del proceso, ya que de llevarse a cabo de forma que, tanto empresas como gobiernos trabajen conjuntamente y establezcan los lineamientos necesarios para realizar extracciones e innovación científica de forma considerada y velando por las personas y los recursos que serían parte del proceso, se podría generar una transición energética que realmente lleve a la descarbonización y que cumpla su cometido para con el medio ambiente. No obstante, de llevarse a cabo la transición de forma apresurada, velando por los intereses de unos cuantos y llevando a cabo una extracción desmedida que únicamente contemple las ganancias, la búsqueda de nuevas energías no solo provocará más estragos a nivel medioambiental y social; sino que, hará más fuertes a las autocracias que desde un principio se planeaba combatir.