The Rise and Fall of America's Environmentalist Underground

Cita: 

Wolfe, Matthew [2022], "The Rise and Fall of America's Environmentalist Underground", The New York Times, New York, 29 de mayo, https://www.nytimes.com/2022/05/26/magazine/earth-liberation-front-josep...

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Jueves, Mayo 26, 2022
Tema: 
Historia del grupo Earth Liberation Front
Idea principal: 

Matthew Wolfe es periodista y candidato a doctor en sociología por la Universidad de Nueva York, su principal línea de investigación es la desaparición de personas.


En 2022 un miembro del Frente por la liberación de la Tierra (Earth Liberation Front-ELF), que por años había logrado evadir a las autoridades estadounidenses, se declaró culpable de incendio premeditado.

En 2018 el ingeniero civil estadounidense, de origen sirio, Joseph Mahmoud Dibee, quien venía de Ecuador y se dirigía a Rusia, fue arrestado y secuestrado por autoridades cubanas en el aeropuerto internacional José Martí en La Habana.

Dibee asegura que en los tres días posteriores a su secuestro fue encarcelado en un cuarto oscuro y torturado sin explicaciones ni posibilidades de comunicarse con su familia. En el cuarto día Dibee de su arresto, fue trasladado a otra parte de las instalaciones y lo recibió alguien que se identificó como oficial del servicio de inteligencia estatal de Cuba. El oficial quería que Dibee hablara de los incendios.

El 9 de agosto de 2018 las autoridades cubanas entregaron a Dibee a agentes de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI, por su sigla en inglés). Dibee llevaba más de una década siendo buscado por las autoridades estadounidenses pues en 2006 fue acusado de participar en los incendios provocados por ELF.

En los últimos años de la década de 1990 el ELF se hizo famoso por los incendios que provocó en contra de lugares simbólicos de la destrucción medioambiental (aserraderos, un concesionario de todoterrenos y una estación de esquí). Los incendios no sólo provocaron que la policía los buscara, también situó al grupo en el margen del activismo ambiental pues las principales organizaciones ecológicas condenaron su actuar.

Después de ser entregado a las autoridades estadounidenses, Dibee fue trasladado a Portland Oregón, donde fue procesado por su rol en los incendios del ELF. Y, en abril del 2022 Dibee se declaró culpable de participar en los hechos.

La declaración de Dibee se da en el contexto de creciente radicalización del activismo ecológico en Estados Unidos. Por décadas la mayor parte del movimiento ambiental en Estados Unidos se caracterizó por usar los mecanismos legales de protesta. Hacia el final de la década de 2010 las prácticas de diversas organizaciones, como Sierra Club, empezaron a decantarse por la acción directa fuera de los márgenes de la legalidad, como el sabotaje directo de la infraestructura de la economía de los combustibles fósiles.

Personajes como el académico Andreas Malm sostienen que, ante la extrema situación de la acumulación, que arroja en periodos muy breves miles de millones de toneladas de CO2 a la atmosfera, es necesario dejar de lado el pacifismo y experimentar nuevas estrategias. Malm llama a la destrucción de las máquinas que inyectan carbono en la atmosfera.

En el verano de 2022 Dibee será sentenciado por la jueza Ann Aiken, la recomendación de la fiscalía es una sentencia de más de siete años y una remuneración económica aún indeterminada. La historia del ELF que la fiscalía narró por primera vez, la de un pequeño grupo de ambientalistas radicales que atrajeron la atención y represión del gobierno federal, actualmente puede ser entendida desde un punto de vista distinto debido a que el cambio climático ya está haciendo estragos en la vida de las personas que viven en Estados Unidos.

La historia del arresto de Dibee y del ELF, se remonta a inicios de los años noventa del siglo XX. En esa época, el adolescente Kevin Tubbs tuvo sus primeros acercamientos con los movimientos en defensa de los animales. Tubbs se fue involucrando más con el movimiento ambiental y animalista, e incluso se volvió editor de la revista ambiental Earth First!, con sede en Eugene, Oregon. El grupo que dirigía la revista a la que se integraba Dibee simpatizaba con el ecologismo radical. La propia ciudad de Eugene, a mediados de la década de 1990, era centro y semillero del activismo ambientalista radical. En Eugene, Tubbs conoció a Jacob Ferguson. Ferguson, junto a su novia embarazada, recién se instalaban en Eugene cuando conocieron a Tubbs.

En 1991 un incendio arrasó con 9 mil acres del Bosque Nacional de Willamette, cerca de Eugene. Aunque en Estados Unidos la mayoría de los bosques vírgenes están protegidos de la tala, hay un vacío legal que posibilita la venta de secciones quemadas. En el momento los activistas lograron, mediante una orden judicial, detener la venta del área quemada. Pero en 2005 el presidente Bill Clinton firmó un decreto que eliminó la protección de cientos de bosques, el Willmatte entre ellos.

El decreto de Clinton provocó que docenas de activistas, como Tubbs y Ferguson, se trasladaran al bosque Willmatte. Los activistas montaron un campamento en la cuenca de Warner Creek donde impidieron que los madereros se acercaran a los árboles. El campamento permaneció por casi un año, hasta que Clinton emitió nuevas restricciones sobre la tala de árboles con las que el Willmate quedó protegido.

Un mes después de que terminara el campamento de Warner Creek, la revista Earth First! recibió y publicó el mensaje del grupo ELF. El mensaje era una presentación e invitación. La presentación de ELF como grupo clandestino, sin liderazgos y dedicado al vandalismo en nombre del medio ambiente. La invitación era a tomar las armas para realizar ecosabotaje y que quienes están destruyendo el planeta abandonen sus nocivas prácticas medioambientales.

En octubre de 1996 una célula del ELF, formada por Tubbs, Ferguson y Josephine Overaker, provocó el incendio de la estación de guardabosques de Oarkridge. Este incendio provocó rupturas entre la comunidad ambientalista de Eugene. Algunas personas consideraban que el incendio eliminaba las simpatías generadas por la victoria en Warner Creek. Incluso la organización de activismo ecológico Sierra Club ofreció recompensa por información que llevara a la captura de quienes provocaron el incendio.

Varios de los miembros del ELF, como Tubbs y Ferguson, participaron en la resistencia de Warner Creek. El incendio se volvió la principal acción del ELF. Por ejemplo, el 21 de julio de 1997 el ELF incendió la planta de procesamiento de caballos Clavel West, que cada semana mataba hasta 500 caballos para enviar la carne a Europa.

Después del incendio de la planta procesadora de caballos, en la ciudad de Portland, el panadero vegano Craig Rosebraugh recibió una carta del ELF. En esa carta el ELF declaraba ser responsable del incendio de la planta de Clavel West. Rosebraugh envió la carta a los medios y por años recibió mensajes del ELF, convirtiéndose en el portavoz de esta organización.

En los comunicados del ELF se hablaba de futuros apocalípticos provocados por el colapso ecológico, al tiempo que llamaban a medidas urgentes, como la destrucción de la propiedad. Grupos del ELF se extendieron por diversos lugares de Estados Unidos, aunque el grupo fundador de Eugene fue el más prolífico.

El ELF no usaba tecnología de punta, pero tenían ingeniosas estrategias de seguridad. El intercambio de mensajes codificados mediante la carpeta de borradores en correos electrónicos; el lenguaje codificado, como llamar barbacoa a los incendios que planeaban; el uso de alias; e incluso la mínima socialización entre miembros (muchos nunca se conocieron), fueron algunas de las estrategias que les permitieron a los miembros del ELF escapar de la policía por años.

En 1998, el ELF llevó a cabo un incendio contra su objetivo más grande. Un centro vacacional en las montañas de Vail, Colorado, planeaba talar más de 800 acres de bosque para construir nuevos caminos y pistas de esquí. Aunque varias organizaciones ambientalistas, como el Sierra Club, intentaron frenar el proyecto por vías legales, sus esfuerzos no prosperaron.

Chelsea Geralch y William Rodgers, miembros del ELF, diseñaron un plan para acabar con el proyecto. El 18 de octubre de 1998, Rodgers prendió fuego a las construcciones y teleféricos para esquí del centro vacacional. En total, se incendiaron ocho construcciones.

El detective Greg Harvey, de la unidad de investigaciones especiales (SIU por su sigla en inglés), de la policía de Eugene (Dato Crucial 1) empezó a investigar quienes podrían ser las personas que formaban parte del ELF. En el momento en que los incendios provocados llegaron a Oregón, la SIU conformó un grupo de trabajo en el que colaboraban media docena de agencias policiales como el FBI.

El detective Harvey y sus compañeros de trabajo, crearon una red de informantes entre los ecologistas radicales; asistieron disfrazados a reuniones de estudiantes y punks; revisaron revistas anarquistas. Se creó un mapa de la comunidad activista de Eugene, pero ni con la intervención telefónica a activistas lograron establecer quienes eran los miembros del ELF.

John Ferrerira, detective del FBI, se fijó como principal sospechosa a Josephine Overaker. Las sospechas aumentaron contra Overaker después de que fue arrestada por robar esponjas, pues este material era usado en varios de los incendios del ELF. Sin embargo, la evidencia no era suficiente para relacionar a Overaker con el ELF.

Mientras las investigaciones para identificar a los miembros del ELF se desarrollaban, la organización enfrentaba sus propias dificultades. William Rodgers, un miembro influyente del ELF, empezó a reclutar miembros y la célula en Eugene creció. Pero, al expandirse se realizaron incendios contra objetivos, como una pequeña maderera familiar, que provocaron rupturas al interior del grupo.

Los desencuentros al interior del ELF subrayaron su aislamiento respecto al resto del movimiento ecológico en Estados Unidos. Incluso organizaciones grandes como Greenpeace ofrecieron recompensas económicas por información que llevara a la captura de los eco-saboteadores.

En 2003 la investigación contra el ELF estaba completamente estancada. Pero el fiscal federal, asignado al escuadrón de terrorismo doméstico del departamento de justicia, Kirk Endgall decidió adoptar una nueva estrategia. Endgall decidió focalizar los esfuerzos en resolver un caso particular, el incendio de la agencia de autos Romania Chevrloet que el ELF realizó en 2001 como apoyo a Jeff Luers y Craig Marshall quienes en el 2000 fueron arrestados por incendiar algunas camionetas de esa agencia.

Por medio año las investigaciones se centraron en revisar de nuevo el caso de la agencia, intentado captar algo que hubieran pasado por alto. La nueva estrategia dio frutos, pues encontraron que después del incendio de Romania un activista conocido como Sparrow preguntó en la estación de policía de Eugene por el reporte del incendio y por un camión robado. El reporte del camión robado contenía información clave, pues una mujer declaró que su vecino Jacob Ferguson había robado el camión.

Como Ferguson había salido con Josephine Overaker, identificada por el agente Ferreira como principal sospechosa, de inmediato se convirtió en el principal objetivo y la investigación se centró en vincularlo al incendio de Romania.

Fergurson empezó a ser seguido casi todo el día por el agente Harvey. En el interrogatorio que Ferreira y Engdall le hicieron a Ferguson, éste fue amenazado con ser separado de su hijo y recibir una condena larga por engañar a la policía al negar conocer a Oversaker. En 2004 Ferguson llegó a un acuerdo de cooperación con la policía a cambio de poco o ningún tiempo en la cárcel.

Después de que Ferguson empezó a colaborar con la policía, el FBI designó la investigación del ELF como un caso importante, la clasificó como Operation Backfire y le destinó más dinero y recursos. El FBI convenció a Ferguson de usar un micrófono transmisor y lo llevaron por diversas partes del país donde se reunía con sus compañeros del ELF. Entre diciembre de 2005 y enero del 2006 se arrestaron a diversos integrantes del ELF.

Mientras tanto, en 2006 la cámara baja del congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley que para los activistas medioambientales significaba la posibilidad de una condena de más de veinte años en la cárcel. También en 2007, treinta legislaturas estatales aprobaron estatutos en contra del ecoterrorismo.

En 2007, durante su juicio, Tubbs se disculpó por su papel en los incendios, reconoció que sus acciones habían sido erróneas y que su estrategia no había sido políticamente efectiva. Pero señaló que el ELF nació de la desesperación ante la catástrofe ecológica, y que él sólo intentaba hacer su parte para despertar la conciencia sobre este problema.

Operation Blackfire no sólo logró el arresto y condena de diversos miembros del ELF, sino que también causó profundas rupturas en la comunidad ambientalista de Eugene y desintegró lentamente el movimiento ecológico radical de la ciudad.

En 2005, durante los arrestos, Dibee fue citado para presentarse ante el jurado, pero él se negó y huyo a su natal Siria. Por más de una década Dibee logró eludir a las autoridades estadounidenses, que lo clasificaron como uno de los terroristas nacionales más buscados. Después de huir de Estados Unidos Dibee continuó su lucha ecológica participando en proyectos de energía renovable, hasta que fue arrestado por las autoridades cubanas.

En 2021, Dibee fue puesto en arresto domiciliario. En el verano de 2020, mientras Dibee estaba encarcelado, los incendios forestales consumieron 3 mil millas cuadradas de Oregon y Washington. El fuego arrasó con miles de casas, además de una gasolinera, un rancho ganadero y un aserradero, lugares que en su tiempo fueron objetivos del ELF. Paradojas de la destrucción del ambiente.

Datos cruciales: 

1.- LA SIU, creada en 1970 para perseguir grupos radicales, a partir de la década de 1990 centró sus investigaciones contra ecologistas radicales.

2.- Después del ataque a las Torres gemelas el 11 de septiembre de 2001, la lucha contra el terrorismo se volvió la principal misión del FBI. Al mismo tiempo, el ecoterrorismo se volvió una preocupación central.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La historia del ELF presenta un caso de organización que, desde el norte global, buscó hacer frente a la destrucción ecológica del capitalismo. Sus prácticas dan cuenta de interesantes estrategias que les ayudaron a eludir el control policial por años, además presentan una opción política que ha sido marginal entre el movimiento ecologista de Estados Unidos. Al mismo tiempo, habla del compromiso de las agencias policiales estadounidenses para con las empresas que se veían afectadas por las acciones del ELF. Los incendios del ELF no provocaron la muerte de nadie, y aún así se les identificó como uno de los principales grupos terroristas al interior de Estados Unidos.

El artículo da cuenta de cómo se han acercado las posiciones de los ambientalistas con las de los grupos considerados eco-terroristas, al tiempo que los mega-incendios causan destrucciones mucho mayores que cualquiera de las acciones de los ambientalistas radicales.