As the Planet Cooks, Climate Stalls as a Political Issue
Weisman, Jonathan y Jazmine Ulloa [2022], "As the Planet Cooks, Climate Stalls as a Political Issue", The New York Times, New York, 17 de julio, https://www.nytimes.com/2022/07/17/us/politics/climate-change-manchin-bi...
Jonathan Weisman es un periodista e historiador estadounidense formado en la Northwestern University. Actualmente, trabaja como corresponsal del periódico The New York Times, donde escribe sobre temáticas del Congreso de la Unión y la política interna de Estados Unidos.
Jazmine Ulloa es una reportera estadounidense, dedicada al seguimiento de las votaciones y la política nacional de su país. Realizó sus estudios en la University of Texas. Ha trabajado para medios como The Brownsville Herald, San Antonio Express-News, The Texas Observer, Austin American-Statesman, Boston Globe Media y The New York Times.
El potencial abandono de un acuerdo climático simplificado ha provocado fuertes reclamos de activistas ambientales nacionales e incluso dentro del propio partido demócrata, (Dato crucial 1).
Este artículo señala que el “cambio climático sigue siendo un problema con poco poder político, ya sea para quienes presionan por una acción dramática o para quienes se interponen en el camino”. Esto, en comparación con problemáticas más inmediatas para las mayorías poblacionales, tales como: la pandemia por la COVID-19 (desde 2020), la crisis por la mayor inflación de la historia (durante el 2022) y la derogación federal de la despenalización del aborto (el 24 de junio de 2022) en Estados Unidos.
La catástrofe climática se considera como “un problema para mañana”, aunque múltiples eventos climáticos extremos se estén experimentando ahora mismo y en numerosas partes del territorio estadounidense, (Dato crucial 2). Por este motivo, el interés de la población que emitirá su voto no considera que la agenda climática sea una prioridad, (Dato crucial 3).
En el año 2020 ocurrieron numerosas movilizaciones sociales internacionales, formadas por diversos grupos civiles e incluso gubernamentales, (Dato crucial 4). En el caso de Estados Unidos, ciertas acciones fueron implementadas por el sector público, aunque no fueron suficientes ni duraderas, (Dato crucial 5). Por si fuera poco, los altos precios de la gasolina no han evitado el impulso de su constante y creciente producción, (Dato crucial 6).
En un contexto de votaciones intermedias y pese al desánimo de la población votante frente la acción climática, los partidos políticos no pueden permitirse pasarla completamente por alto, debido a que estarían perdiendo el voto de los y las más jóvenes, así como de los grupos liberales (Dato crucial 7).
No obstante, a causa de la falta de compromisos y acciones reales de los gobiernos, la competencia de los comités de participación ciudadana ha tomado un papel relevante en la vida pública de Estados Unidos. Destacan los casos de NextGen America (Dato crucial 8), The Sunrise Movement y Environmental Voter Project (Dato crucial 9).
De cualquier forma, al interior de los partidos se ha reconocido que “no tienen incentivo” para avanzar en la agenda climática porque “sus propios [y propias] votantes no están demandando acción”, aparte de que no se consideran capaces de hacer promesas difíciles de cumplir.
Encima de esto, aunque el negacionismo climático ya no es la postura principal en ninguno de los partidos predominantes, otro argumento desmovilizador lo ha sustituido (Dato crucial 10). La contienda entre partidos, sin embargo, continúa (Dato crucial 11).
1. El 14 de julio de 2022, el voto del senador demócrata de West Virginia, Joe Manchin III, resultó decisivo para descartar una de las más importantes propuestas de ley climática, en la historia del Congreso estadunidense.
2. En Utah, el Lago de Great Salt se seca; en Texas, el clima extremo arriesga las redes eléctricas; en Louisiana, personas refugiadas climáticas buscan vivienda en lugares más altos; en Miami, hay inundaciones de marea inundando las calles; y en el oeste de Estados Unidos, las severas sequías son acompañadas de incendios imparables.
3. En una encuesta realizada por el New York times y la Sienna College, se encontró que sólo 1% de los y las votantes consideró al cambio climático como el más importante el problema que enfrenta Estados Unidos; aún entre la población con una edad menor a 30 años, el porcentaje fue sólo 3%.
4. En el 2020, las huelgas climáticas movilizaban a millones de estudiantes de secundaria, alrededor todo el mundo. Jóvenes mujeres como Greta Thungberg, estudiante sueca, y Alexandria Ocasio-Cortez, diputada estadunidense, destacaban en los reflectores internacionales de la agenda climática; la primera al presentarse en conferencias de las Naciones Unidas y la segunda al abogar por un Green New Deal.
5. Debido a la fuerte presión social de 2020, la campaña del entonces candidato presidencial Joe Biden anunciaba un proyecto de 2 000 millones de dólares para alejar al país de los combustibles fósiles. Pero en 2022 el plan fue cancelado, pues se temía que “exacerbara la inflación” de Estados Unidos. Otra medida, tomada por Suprema Corte, fue establecer límites severos a la capacidad de la Agencia de Protección Ambiental (Environmental Protection Agency, por su nombre en inglés) para regular la emisión de dióxido de carbono de las centrales eléctricas.
6. A pesar de que se consideraba que el encarecimiento de los precios de los combustibles fósiles detonaría una rápida vuelta hacia los vehículos y las energías “verdes”, no obstante, los precios de la gasolina mayores a 5 dólares por galón invocaron una mayor producción de petróleo, tanto por parte del partido demócrata como del republicano.
7. Una de las estrategias que se plantean en el texto, es la del senador de Massachusetts, Ed Markey, uno de los patrocinadores originales del Green New Deal. Lo que le propone al presidente Joe Biden que “declarar una emergencia climática nacional […] energizará a los [y las] votantes climáticos”, aparte de que se promovería la participación de las generaciones más jóvenes en la urnas.
8. NextGen America fue fundada por el multimillonario Tom Steyer. Es un comité de acción política progresista, centrado en votantes jóvenes. La organización ha destinado 1.5 millones de dólares para promover movilizaciones estudiantiles, en 186 universidades estadunidenses. Su alcance abarca las siguientes entidades federativas: Arizona, Michigan, North Carolina, New Hampshire, Nevada, Pennsylvania, Texas y Wisconsin. En 2022, su objetivo es llegar a 9.6 millones de votos progresistas, con la esperanza de que el partido demócrata mejore.
9. El colectivo The Sunrise Movement, una organización integrada por activistas climáticos jóvenes, busca hacer presencia en estados con opiniones cambiantes como Pennsylvania y darle seguimiento a las carreras de competencia en el Congreso de la Unión de Estados Unidos. El grupo Environmental Voter Project, una entidad no partidista, busca movilizar a 8 millones de personas que ha identificado como ambientalistas y que se abstuvieron de votar en las elecciones de 2020.
10. En recientes años, miembros del Congreso han realizado excursiones de investigación a Groenlandia y Alaska, notando el derretimiento de la primera y la quema del permafrost de la segunda. Aún así, el argumento bipartidista prevaleciente es que cualquier medida climática fuertes por parte de Estados Unidos es inútil si India y China no la llevan a cabo igualmente.
11. Al mismo tiempo que el ala democrática propone exenciones fiscales para la compra de vehículos eléctricos o de energía “limpia”, el ala republicana plantea cortes de impuestos más amplios y que permitan a la gente hacer inversiones personales en la “transición” energética.
Plumer, Brad y Lisa Friedman [2022], “Democrats Got a Climate Bill. Joe Manchin Got Drilling, and More”, The New York Times, 30 de julio, https://www.nytimes.com/2022/07/30/climate/manchin-climate-deal.html
Congreso de la Unión. Gobierno de Estados Unidos [2022], Inflation Reduction Act of 2022, 07 de agosto, https://www.congress.gov/bill/117th-congress/house-bill/5376?q=%7B%22sea...
El combate a la destrucción ambiental no es un platillo que se consuma en fechas festivas. Que la grave materia no sea considerada con la debida seriedad y premura se debe a un pilar ideológico fundamental del capitalismo: enajenarnos de nuestras condiciones colectivas de existencia socioambiental, así como despolitizar la cotidianeidad histórica a la que formamos parte. La emergencia del greenwashing demuestra lo sencillo que es para el capital apropiarse de una lucha y volverla eslogan.