An uncertain future. For Western democracies, the price of avoiding a clash with China is rising

Cita: 

The Economist [2022], "An uncertain future. For Western democracies, the price of avoiding a clash with China is rising", The Economist, London, 15 de octubre, https://www.economist.com/special-report/2022/10/10/for-western-democrac...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Octubre 15, 2022
Tema: 
Las visiones que Occidente comparte acerca de China y las reacciones que éstas ocasionan dentro del gigante asiático
Idea principal: 

Para la población china y sus gobernantes, su país nunca ha estado en mejores condiciones: se han reducido los índices de pobreza extrema, su sistema de trenes es sumamente eficaz, se salvaron millones de vidas durante la pandemia de COVID-19 y su sistema de seguridad, con un creciente arsenal nuclear y el aumento de su número de portaaviones, se encuentra fuertemente preparado. Por el contrario, para Estados Unidos y sus aliados, China nunca había sido tan peligrosa.

A pesar de la aprobación que existe dentro de sus fronteras, a nivel internacional China es foco de constantes críticas por parte de las democracias liberales. Dichas críticas, se fundamentan en el hecho de que el sistema político que predomina en el gigante asiático no ha presentado cambios desde el siglo XX; como consecuencia, China es liderada por un Partido Comunista que define los intereses y objetivos colectivos de la nación, así como sus propios métodos para alcanzar el orden, la seguridad nacional y el desarrollo económico, entre otros.

Lo previo presenta un gran problema para Occidente, ya que significa que China, al ser gobernada por un partido que se contrapone a las creencias occidentales, hará uso de métodos que violan los valores del orden mundial actual, que son de gran importancia para lograr sus objetivos: desde la violación de derechos humanos, hasta el ignorar a las minorías étnicas.

Al respecto, las élites chinas indican que Occidente ha puesto en marcha un complot para abatir el poder chino. El complot mencionado, se fundamenta en el miedo que estas potencias tienen a China debido a la gran diferencia cultural que existe entre el gigante asiático y otras potencias, así como a su rápido crecimiento que la ha convertido en una potencia mundial; razones que de acuerdo con Zhou Bo, coronel del Centro para Seguridad Internacional y Estrategia de la Universidad Tsinghua, han desatado un pánico y reacciones exageradas en contra de su nación.

El miedo y pánico que Occidente tiene a China ha provocado frustración en los líderes y analistas chinos. Lo previo, se debe a que dentro de China se considera que el miedo ha desembocado en la estigmatización y en la minimización de los avances chinos, de su gobiernos y de sus intenciones e intereses en el ámbito mundial. Como resultado de las concepciones negativas que existen acerca del gigante asiático, dentro de este ha comenzado a surgir un rechazo por la hegemonía occidental, incluso por parte de analistas y escolares que apoyaron y admiraron a Occidente durante años.

Es así, que una combinación de la estigmatización junto con una serie de comentarios despectivos por parte de diplomáticos occidentales, ha llevado a que diversos funcionarios chinos clamen que el orden mundial actual es intolerable e injusto ya que fue configurado a partir de los designios de unos cuantos, principalmente Estados Unidos. Estas respuestas por parte de los funcionarios chinos se dividen en dos escuelas: una confrontacional y una constructiva.

La escuela de la confrontación, se fundamenta en la creencia de que los ganadores hacen las reglas. Es a partir de lo anterior, que los funcionarios que siguen esta escuela afirman que Occidente ha sido el hegemón durante demasiado tiempo, lo que lo ha convertido en un poder hipócrita e interesado; a raíz de ello, consideran que es necesario que China tome la batuta del orden mundial, la cual ayudará a la implantación de un orden mundial “justo y correcto”.

El orden mundial que esta escuela plantea, para muchos escolares y analistas, se trata de una visión perturbadora. Esto se debe a que consideran que China obligará a los países, principalmente a sus vecinos asiáticos, a poner los intereses chinos sobre todas las cosas, ya que de lo contrario, significaría perder los beneficios que cualquier alianza con el gigante asiático les brindaría, principalmente en el ámbito económico.

Para las democracias liberales, la idea de un orden mundial chino es sumamente problemática y preocupante, ya que el dominio de China sobre la geopolítica mundial podría llevar a descartar los valores universales que se implementaron después de la Segunda Guerra Mundial. Asimismo, para los aliados de Estados Unidos, el creciente poder chino ha comenzado a crear distancia en sus relaciones con el gigante estadounidense, puesto que estos aliados tradicionales, como lo es Francia, se ven en el dilema de elegir entre las dos potencias.

Por su parte, la escuela constructiva se basa en buscar una forma de negociar con Occidente. Respecto a lo previo, los seguidores de esta escuela consideran que China y el mundo democrático deben centrarse en los intereses comunes y deben evitar las disputas por los valores universales.

Jia Qingguo de la Universidad de Pekín y seguidor de la escuela constructiva, expresa que los gobiernos extranjeros tienen derecho a opinar sobre Xinjiang y reconoce que para acabar con la violencia terrorista su país ha implementado políticas severas. De acuerdo con Jia, el problema de la opinión occidental reside en que Occidente no ha tomado una posición equilibrada respecto al problema, ya que Estados Unidos y otros países occidentales buscaron castigar a China por Xinjiang, pero omiten que Estados Unidos ejerció una gran violencia armada en Afganistán durante 20 años de ocupación. A pesar de lo anterior, Jia considera que si China alcanza un poder de superpotencia, esta podrá coincidir con Occidente para la resolución de diversos problemas a nivel internacional.

Siguiendo a la escuela constructiva, Jia afirma que es muy difícil que China se enfrente a Occidente en una nueva Guerra Fría, puesto que el gigante asiático se encuentra plenamente integrado en la economía mundial. No obstante, a pesar de los caminos diplomáticos y de cooperación, existen grupos de funcionarios chinos que consideran que frente a un mundo que los ve como una amenaza constante, China debería tomar el camino de la autosuficiencia. Este último, es un grupo que cada vez tiene más partidarios.

Aludiendo a lo anterior, Da Wei, director del Centro de Seguridad y Estrategia Internacional de la Universidad Tsinghua, menciona que la disputa entre China y Estados Unidos no se trata de una contienda por dos polos opuestos. A sus ojos, el enfado por parte de los oficiales y la población china, es consecuencia de una serie de descontentos e insatisfacción de las interacciones que el gigante asiático ha tenido con sus vecinos y con Estados Unidos; sin embargo, menciona que si Occidente continúa con sus opiniones hostiles, eso podría llevar a una espiral de confrontación.

Una confrontación entre los proyectos estadounidense y chino, significa que se enfrentan: una visión del mundo que, desde 1945, clama por la magnanimidad, el idealismo, la apertura y el interés propio; y, una visión que es demasiado chauvinista para resultar atractiva a toda la comunidad internacional. Esta última, como parte de un proyecto etnonacionalista y cada vez más orientado al interior, en donde su líder múltiples veces ha expresado que China no cederá ante los vecinos y enemigos que buscan aprovecharse de ella.

Se avecina un dilema a nivel internacional, el cual nace del hecho de que incluso las opiniones más mesuradas provenientes de China hablan de un orden mundial que cambiará las normas que conocemos por unas reglas disruptivas. Frente a un escenario así, la coexistencia con China implicará que los gobiernos deberán preocuparse por sus intereses nacionales y al mismo tiempo, deberán luchar por conservar los derechos individuales de sus habitantes. No obstante, si las democracias liberales de más peso optan por resistirse a la negociación y defienden encarecidamente sus valores y derechos, eso significa que el mundo se dividirá entre los que quieren proteger el sistema actual y los que buscan seguir las ambiciones de China.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Lo expuesto por The Economist, es un ejemplo de la forma en que cada país reacciona a los discursos del contrincante dentro de la disputa hegemónica y, la forma en que responde a ellos. En este sentido, las diferencias en el pensamiento, así como las reacciones hacia el enemigo y las reacciones de terceros países, dejan ver que cada nación hace uso de los elementos que más le convienen para justificar sus acciones y ganar partidarios en el proceso. Ya sea aludiendo a su poder militar, a su poder económico, a sus valores, a la vida de sus habitantes, la realidad radica en que la presente competencia mundial ha comenzado a crear divisiones en el mundo, mismas que responden ya sea a las relaciones entre estados, a la conveniencia o a ambas.