In an Age of Constant Disaster, What Does It Mean to Rebuild?

Cita: 

Thompson, Matthew [2022], "In an Age of Constant Disaster, What Does It Mean to Rebuild?", The New York Times, New York Times, 10 de noviembre, https://www.nytimes.com/2022/11/10/magazine/natural-disaster-rebuild.html

Fuente: 
Otra
Fecha de publicación: 
Martes, Noviembre 10, 2020
Tema: 
Cada catástrofe es una oportunidad de cambio
Idea principal: 

Matthew Thompson dirige el equipo de Headway en The New York Times, en donde se exploran los desafíos globales a través de la lente de progreso.


Thompson define a la era actual como la omnipresencia del desastre. Las hambrunas, los desastres naturales, los problemas políticos, económicos y sociales han demostrado que no desaparecen, sino que evolucionan. Las rupturas generadas tienen la posibilidad de transformarse en fenómenos más complejos. La tarea de la humanidad es encontrar el camino para la adaptación y la evolución. Tal es el caso de lo acontecido con la pandemia de la COVID-19.

A través de una retrospectiva, el presente y a través de ese conocimiento se puede anticipar y preparar lo que está por venir. Se puede convertir el caos generado por un desastre en orden (Dato crucial 2).

Además, la ruptura constante del mundo que nos rodea es un presagio de que se acerca el fin de nuestros tiempos. El mundo que conocíamos se está acabando y es posible que tengamos la oportunidad de darle forma.

Para Thompson cada acontecimiento en la historia de la humanidad catalogado como desastre es resultado de las acciones de la sociedad. Las lecciones aprendidas representan una oportunidad para corregir. El desastre puede ser ocasionado por la naturaleza o por el hombre caracterizado además por generar un incremento en las desigualdades (Dato crucial 3).

Ante este hecho, los países ricos son los mejores protegidos ante las consecuencias de estas calamidades. Pero también pone de manifiesto dos posturas que puede tomar la sociedad:
• Arrogancia, crueldad y miopía.
• Imaginación, generosidad y coraje.

Ambas posturas representa el tipo de sociedad que se ha construido.

Pero ante cualquier catástrofe, la recuperación representa una oportunidad de cambio y de generar grandes transformaciones (Dato crucial 4).

Los desastres y calamidades también han hecho que la humanidad colabore por un fin común sin fines de lucro a través de la ayuda mutua y el altruismo. No hay tiempo para la deliberación y la burocracia. Si se mantuviera dicha colaboración y se extendiera a todo el planeta, ¿Cómo cambiaria el mundo? (Dato crucial 5).

Aprender que los desastres y calamidades son una constante en la historia de la humanidad puede llevarnos a normalizarlo y dejar de imaginar un mundo mejor. La reflexión de Thompson espera que nos sirva como antídoto para no dejar de imaginar y replantear que el desastre también significa que el mundo se encuentra en constante cambio y eso también genera grandes oportunidades.

Datos cruciales: 

1.- Matthew Thompson vive en la Bahía Este de California donde el desastre es una amenaza constante. En algunas ciudades, las casas están sucumbiendo a la prolongación de las temporadas de incendios forestales, mientras que las personas que viven en tiendas de campaña respiran aire envenenado por las llamas. Las temporadas de sequía están comenzado a desdibujarse en una larga era de aridificación. Las placas tectónicas retumban con frecuencia, recordándonos que la falla de Hayward debajo causará un gran terremoto. En otros lugares, pocas semanas después de que las olas de calor sin precedentes quemaran el país esta primavera, las inundaciones apocalípticas comenzaron a engullir a Pakistán y continúan. Los huracanes tropicales continúan remodelando las costas del Golfo de México, sus nombres persisten como fantasmas mucho después de que sus vientos se han calmado: Katrina, Harvey, María. Una combinación virulenta de corrupción gubernamental y las trampas de la deuda del sistema financiero mundial han contribuido en gran medida a la escasez de alimentos al nivel del hambre en Sri Lanka.

2.- El incendio que azotó el Museo Nacional de Brasil en 2018 destruyó los artefactos culturales de decenas de pueblos indígenas del país, como relatan Mariana Lenharo y Meghie Rodrigues, convirtiendo en cenizas obras insustituibles. Pero la próxima apertura del museo, ahora en construcción brindará a algunos residentes indígenas la oportunidad de dar forma a sus propias historias, y a los curadores la oportunidad de repensar a quién empoderan para dar forma a nuestra memoria colectiva de la historia y las lecciones que encontramos en ella.

3.- Un sitio de muchos de esos desafíos entrelazados es Puerto Rico. Moisés Velásquez-Manoff nos transporta a su finca, plantada meses antes de que el huracán María destruyera no solo cultivos sino también caminos críticos e interrumpió las importaciones de alimentos, dejando a muchos hambrientos. Mientras el granjero a cargo de la tierra se prepara por fin para plantar otra granja, Fiona golpea. ¿Fue un desastre el primer huracán? ¿El segundo? ¿Era un sistema alimentario, una vez en gran medida autosuficiente, ahora dependiente de productos enlatados enviados desde el continente? ¿Fue suelo suelto por años de agricultura destructiva?

4.- “Una lucha de poder a menudo tiene lugar en un desastre”, escribe Rebecca Solnit en su libro “A Paradise Built in Hell". “Puede resultar un cambio político y social real, de esa lucha o del nuevo sentido de uno mismo y de la sociedad que emerge”.

5.- Para echar un vistazo a cómo un mundo diferente podría echar raíces en medio de un shock del sistema, considere el caso de West Street Recovery. En los días posteriores a la inundación de Houston por el huracán Harvey, Andrew Barley respondió a una publicación de Facebook pidiendo ayuda con rescates acuáticos. Muy pronto se había unido a un pequeño grupo de voluntarios. “El rescate acuático se convirtió en repartir comidas calientes, se convirtió en basura y tripas, que es limpiar casas después de la tormenta, se convirtió en repartir ropa limpia y artículos de limpieza”, dice Barley.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La adaptación frente a las calamidades generadas por el mundo capitalista es la constante de la historia de la humanidad. Incluso los desastres naturales ocasionados por fenómenos naturales son responsabilidad de la burguesía capitalista. Lo que le queda a la sociedad es mirar hacia enfrente y no olvidar que cada desastre representa también una oportunidad de aprendizaje y sobre todo de cambio.