¿Estamos realmente ante el fin del neoliberalismo? La crisis y la consolidación del poder de las clases dominantes.

Cita: 

Harvey, David [2009], "¿Estamos realmente ante el fin del neoliberalismo? La crisis y la consolidación del poder de las clases dominantes", Jairo Estrada Álvarez (compilador), Crisis capitalista. Economía, política y movimiento, Bogotá, Espacio Crítico Ediciones, pp. 37-49.

Fuente: 
Libro electrónico
Fecha de publicación: 
2009
Tema: 
El tema principal de este capítulo son las empresas financieras y la manera en la que estas mediante la organización de la clase en el poder pueden afectar a todo el sistema capitalista derivando a que este tenga crisis financieras.
Idea principal: 

David Harvey es un geógrafo y teórico social británico. Desde 2001 es catedrático de Antropología y Geografía en la City University of New York (CUNY) y Miliband Fellow de la London School of Economics.

Este capítulo trata de cómo las clases dominantes, refiriéndose específicamente a las instituciones financieras, se han ido apoderando de las riquezas y de esta manera se ha evitado la repartición de ésta en la sociedad.

El autor divide este capítulo en varios subtemas, todos relacionados con la manera en la que se mueve el neoliberalismo y el capitalismo, y va explicando el por qué se da la crisis en este modo de reproducción.

Por otro lado dice cómo el poder de cierta clase social ha sacado provecho del neoliberalismo, y aquí es donde el problema se relaciona con las instituciones financieras, ya que, para el autor el neoliberalismo es el proyecto que toma como manera de protección la libertad individual, la responsabilidad personal, la privatización y el libre mercado. En los años 70`s uno de los principales preceptos era que el Estado tenía que proteger a las instituciones financieras por sobre toda las cosas. Este fue un resultado de la crisis que se tuvo en Nueva York a mediados de los setentas y con los problemas de la bancarrota en México unos años después, en 1982 (p. 38).

El problema, explica el autor, no son las instituciones existentes, si no la manera en la que están organizadas, y quienes las manejan. La solución sería cambiar estos dos aspectos, para que hubiera una mejor funcionamiento: "Yo creo que necesitamos esas instituciones, pero que tienen que transformarse radicalmente. La gran cuestión es: quién las controlará y cuál será su arquitectura. Necesitaremos gente, expertos con alguna inteligencia del modo en que esas instituciones funcionan y pueden funcionar. Y eso es muy peligroso, porque, como podemos ver ya ahora mismo, cuando el Estado
busca a alguien que entienda lo que está pasando, suele mirar a Wall Street" (p. 39).

Un movimiento obrero inerme: hasta aquí hemos llegado

La idea principal de esta parte, es la relación existente de las clases sociales. Ya que de alguna manera la mayoría de la población es la clase trabajadora, y a la cual, las crisis y los problemas generados por la clase en el poder afectan en gran medida; si este grupo social se rebelara, entonces el sistema tendría un colapso y podría ponerse fin al dominio del capital financiero. En Estados Unidos en los últimos ocho años se ha ido afectando más a la clase trabajadora, y no se han rebelado a pesar de los problemas que se le están presentando.

El factor trabajo siempre ha sido la parte vital del capitalismo, en los años sesentas y setentas se tuvo un problema de escasez de éste, tanto en Europa como en Estados Unidos y la manera en la que se logró resolver fue implementando medidas para que los inmigrantes pudieran llegar a dichos lugares. Otra de las posibles soluciones fue la tecnología, la cual desplazaba a los trabajadores, y si estos se llegaban a movilizar se podía recurrir a la represión. Un elemento cualitativo es el ingreso masivo de nuevos contingentes de trabajadores potenciales: "... hacia 1985 el capital había dejado de tener problemas al respecto. Podía tener problemas específicos en zonas particulares, pero, globalmente, tenía a su disposición abundante trabajo; el subitáneo colapso de la Unión Soviética y la transformación de buena parte de China vinieron a añadir a cerca de 2 mil millones de personas al proletariado global en el pequeño espacio de 20 años" (p. 40).

Se logró resolver el problema del trabajo, pero entonces surgió el problema de los mercados, ya que los trabajadores ganaban menos de lo que podían gastar, en este momento es donde surge la importancia de las tarjetas de crédito. En Estados Unidos en los años ochenta se tuvo un constante crecimiento en la deuda de los hogares, y retomaron importancia las empresas financieras, que aportaron los medios para estabilizar el mercado financiando el endeudamiento.

También creció el mercado de valores, ya que se tuvo gran especulación en el mercado inmobiliario, hasta su desplome: este es un problema central, el cual llama el problema de absorción del excedente capitalista. Como se enseña en la teoría del excedente, los capitalistas producen un excedente, el cual luego tienen que recapitalizar y reinvertir en expansión, al menos parcialmente, y otra parte se la apropian. Lo que significa que siempre tienen que encontrar algo en lo que expandirse. Lo cual cada vez se vuelve más complicado de hacer (p. 41).

El capitalismo se enfrenta a serias limitaciones medioambientales, así como a limitaciones de mercado y de rentabilidad. Por otro lado, la financiarización es un giro forzado por la necesidad de lidiar con un problema de absorción de excedente, un problema que no se puede abordar sin exponerse a devaluaciones periódicas (p. 42).

El colapso del crédito para la clase trabajadora pone fin a la financiarización como una solución de la crisis. Como consecuencia se tuvo una gran crisis en los empleos, así como el colapso de muchas industrias. Y en este punto es donde se desarrolla ahora la discusión sobre el regreso a un modelo económico keynesiano.

La conclusión es buscar una solución a los problemas, pero específicamente para que la clase capitalista pueda seguir manteniendo el poder, ya que lo que les preocupa realmente es dejar de tener el control de la mayoría de la población, ya que ellos son conscientes de que sin ellos, no tendrían la riqueza de la que ahora gozan.

Las alternativas que da Harvey a estos problemas, son que la gente empiece a exigir verdaderamente sus derechos, que el excedente del capital se socialice de manera útil para toda la población, que los trabajadores empiecen a exigir sus derechos ya que son la clase más importante para la reproducción del capitalismo: "El problema central es cómo se pueden absorber los excedentes capitalistas de un modo productivo y rentable. En mi opinión, los movimientos sociales tienen que coaligarse en torno a la idea de lograr un mayor control sobre el producto excedente (p. 44).

Si bien el autor no tiene la idea de que se regrese al modelo keynesiano de los años sesentas dice, que para él es importante tener un control social y político mucho mayor sobre la producción, la utilización y la distribución del excedente (p. 46).

Y que se de un cambio en la estructura tanto de las instituciones más importantes y del gobierno y sobre todo de quienes las manejen, ya que existe un fuerte empoderamiento de una clase social que es minoría, y solo se benefician ellos mismos sin tener en consideración al resto de la población.

Conferencia de David Harvey aparecida originalmente en la revista Counterpunch, del 15 marzo de 2009.

Datos cruciales: 

A lo largo de la historia del capitalismo, la tasa general media de crecimiento ha rondado el 2,5% anual, sobre base compuesta. Eso significaría que en 2030 habría que encontrar salidas rentables para 2,5 billones de dólares (p. 42).

Nexo con el tema que estudiamos: 

Para Harvey el tema no es el fin del neoliberalismo sino cómo cada "solución" emprendida ha ido consolidando el poder las clases dominantes. Ofrece otra lectura de la crisis y sus principales aspectos, mostrando que en paralelo a la destrucción de capitales, se consolidan mayores poderes. Resulta peculiar la idea de que las instituciones pueden servir a otros objetivos que los actuales, pues ese es un nodo del poder capitalista. Destacar el papel jugado por el estado en la evolución de la crisis y en el apuntalamiento del poder de los capitalistas.