Crisis estructural en el sistema mundo. Dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos

Cita: 

Wallerstein, Imannuel [2011], "Crisis estructural en el sistema mundo. Dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos", Monthly Review , marzo, 9 pp. http://media.wix.com/ugd/58e728_cd8256ccdff4477ea7fb06ba0a0c7891.pdf

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Marzo, 2011
Tema: 
Se plantea el fin del sistema capitalista y las alternativas para un nuevo sistema económico
Idea principal: 

Immanuel Wallerstein es sociólogo y científico social estadounidense. Principal teórico del análisis de sistema-mundo. Ha escrito importantes libros como Universalismo europeo. El discurso del poder y Ensayos sobre el moderno sistema mundial

Premisa 1

El autor en su primera premisa argumenta que todo sistema, y no solo económico, tiene un principio y un final, considera 3 etapas, el nacimiento, la vida “normal” y el final que se presenta con una crisis estructural; cada etapa tiene sus características propias pero una siempre da paso a la siguiente. El sistema presenta ritmos cíclicos y tendencias seculares que siempre convergen al equilibrio, no obstante, dicho equilibrio no es estático, sino dinámico, es decir, el sistema se va modificando gradualmente y nunca regresa a las mismas condiciones de antes (p. 1).

Este movimiento aunque gradual, es constante, de modo que irremediablemente llevará al sistema a un punto de inflexión, donde los desplazamientos lentos serán sustituidos por movimientos mucho más bruscos y fuertes, que desencadenarán un punto crítico en la que el equilibrio ya no es posible y es sustituido por una crisis, una crisis estructural sistémica, de la cual surgirán dos caminos y un conflicto de decisión usualmente político (p. 2).

Premisa 2

La segunda premisa refiere al modo en que opera el sistema capitalista, el cual, según Wallerstein, se basa en la acumulación a como de lugar, apropiándose de la plusvalía y generando por el mismo impulso la lucha de clases, esto solo es posible si industrias dominantes (cuasi-monopolios) controlan el mercado a partir de la ayuda de uno o más estados, absorben competidores y dominan los vínculos con clientes y proveedores. Esta supremacía termina cuando nuevos productores logran hacerse competitivos y el monopolio llega a su fin, surge una lucha de precios pero la acumulación de capital sigue vigente. Se trata de una relación centro-periferia (p. 2).

La expansión del monopolio permite el crecimiento de la economía mundial gracias a los múltiples beneficios económicos que esto ofrece a cierto sector favorecido de la población. Cuando una industria se hace competitiva, los antiguos dominadores ahora competidores, buscan zonas periféricas para mover sus empresas, y aunque esto podría parecer un impulso al desarrollo, en realidad genera mucho desempleo en las zonas abandonadas, así como una desaceleración económica mayor a la que podrían experimentar los países receptores, el resultado es que esa filtración económica que llegaba a la clase media se detiene al menos en parte (p. 2-3). Este proceso se conoce como ciclo Kondratiev y dura unos 50 o 60 años.

Además la economía actual también se sujeta una interdependencia estatal la cual destruye la soberanía de los estados pues están inmersos en el proceso de la globalización del sistema mundo, no obstante, algunos estados tienen más control sobre sí mismos que otros.

En esta estructura, durante breves periodos, una nación eventualmente obtiene el poder hegemónico, controla la mayor parte de la industria, impone sus reglas, promueve la acumulación de capital y genera el escenario ideal para prevalecer, llegar a esa posición es un proceso breve pero arduo que solo tres naciones han alcanzado, Países Bajos, Reino Unido y Estados Unidos, ya en la cima económica es un desafío aún mayor permanecer en ella, pues igual que las empresas muchos competidores desean esa posición (p. 3).

Premisa 3

En esta premisa el autor vierte su opinión de lo ocurrido después de la segunda guerra mundial hasta la crisis de 2010, divide este período de 1945 a 1970 y de 1970 a 2010. El primer período, Wallerstein lo identifica como la fase A del ciclo Kondratiev más expansiva de la historia, los grandes cuasi monopolios, y sobre todo la incondicional supremacía estadounidense después de la segunda guerra mundial permitieron tal auge. Sin embargo, cuando estos monopolios fueron quebrantados, incluyendo el monopolio geopolítico propuesto por los Estados Unidos, entró en vigor la fase B del ciclo, caracterizada por el declive de la economía mundial y el alto grado de especulación.

El parteaguas del fenómeno se manifestó entre 1968 y 1970 cuando se suscitaron una serie de levantamientos políticos en todo el planeta que básicamente repudiaban la hegemonía estadounidense, y el liberalismo centralista, muchas de las minorías como las religiosas, étnicas, de orientación sexual e incluso las mujeres que no son una minoría, reclamaron sus derechos a ser considerados, demandaron autonomía y mostraron una postura adversa muy contundente respecto al sistema económico dominante (p. 4).

La respuesta de la derecha fue inmediata, el presidente Reagan y la primera ministra inglesa Margaret Tatcher, generaron un escenario en el que no ser parte del sistema era un camino muy difícil de seguir, se desarrolló el término “globalización”, se firmó el consenso de Washington el cual promovía la privatización de las empresas, la reducción del gasto público, y la apertura de las fronteras para incentivar las exportaciones, y además, se condicionaron las asistencias financieras del FMI, pues este organismo solo ayudaría a una nación si esta se alineaba a rigurosos lineamientos neoliberales que el mismo fondo proponía (p. 4).

Estos esfuerzos por mantener el orden del sistema dieron resultado hasta la última década del siglo XX cuando tres levantamientos en distintas ciudades reavivaron la resistencia, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, las manifestaciones en Seattle contra la OMC y la fundación del Foro Social Mundial en Porto Alegre en 2001. La crisis asiática de la deuda en 1997 y la crisis financiera de 2008 fueron muestras del debilitamiento del sistema y la actual crisis sistémica es solo el final de un largo proceso de debacle iniciado en 1970 (p. 5).

Premisa 4

Esta premisa describe lo que ocurre en la actual crisis estructural, la cual el autor argumenta comenzó en 1970 y probablemente terminará en el año 2050, durante este período el caos será la única constante, cambios constantes en la economía mundial, en las corrientes ideológicas así como escasez de recursos y condiciones climáticas adversas, la incertidumbre provoca que tanto productores como consumidores sean muy cautos en sus decisiones económicas, lo que provoca una contracción del nivel económico, por otro lado, la especulación genera que las inversiones y casi cualquier decisión económica tengan un fuerte nivel de riesgo asociado (p. 5).

Políticamente, los individuos buscan alternativas extremistas, el centro ya no es respuesta cuando se requieren cambios importantes, ello genera una polarización de la sociedad muy perjudicial. Durante todo el caos, es probable que se desarrollen ciertos respiros en algunos países o en todo el sistema mundial, sin embargo, estos serán breves, pues los graves problemas resurgen inmediatamente, los más comunes son el alza de los costos y la disputa por los recursos naturales, la cual es cada vez más encarnizada debido a que países emergentes como Brasil y China han incrementado mucho su población (p. 6).

Davos contra Porto Alegre

Wallerstein afirma que el sistema actual no puede sobrevivir, y la cuestión realmente importante es saber qué lo sucederá, hay dos grupos muy definidos que se disputan la estafeta, Davos y Porto Alegre:

"Los que proponen «el espíritu de Davos» quieren un sistema diferente: un sistema que es, en realidad, «nocapitalista», pero que aún retiene tres de las características esenciales del sistema actual: jerarquía, explotación y polarización. Los que proponen «el espíritu de Porto Alegre» pretenden una clase de sistema que nunca ha existido hasta ahora: relativamente democrático y relativamente igualitario" (p. 6).

El autor llama a estas posiciones “espíritus” porque no hay un centro estructurado y ni siquiera hay unanimidad dentro de sus adeptos (p. 6-7).

Dentro de Davos hay dos vertientes que se contraponen, la del camino del autoritarismo y la que pretende dar señales de progreso engañando a sus adversarios. Porto Alegre también está dividido, están los que buscan una estructura organizativa totalmente horizontal y los que buscan una estructura vertical pero con una sociedad homogénea. El debate es difícil sobre todo porque la gran mayoría de los líderes políticos y económicos siguen sosteniendo ante los medios de comunicación que el sistema capitalista solo está en dificultades momentáneas, no obstante, Wallerstein es muy enfático en la necesidad del debate sobre todo para posicionar a la postura Porto Alegre en lo que se avecina (p. 7).

Estos procesos de transición son largos y dolorosos para las clases menos favorecidas. La izquierda debe diseñar horizontes de corto y largo plazo. Es importante minimizar el dolor de los más desamparados incluso eligiendo cuál es el menor de los males, para que así el corto plazo sea un poco más soportable; el mediano y el largo plazo, son una historia distinta y de mayor importancia, o se consigue un escenario más igualitario y democrático o habrá que resistir un sistema económico al menos tan malo como el actual pero incluso con alcances peores (p. 7-8).

Para concluir el documento, el autor redacta las estrategias que deben seguirse para alcanzar el sistema que propone el espíritu Porto Alegre, la primea es darle la mayor importancia posible al análisis intelectual que corresponde a este debate, masificar la información en todo el mundo para que sea una propuesta conocida por todos, la segunda es rechazar el impulso de la mercantilización en todos los sentidos, salud, educación agricultura comercio etc., en esencia, salir del proceso de la globalización, una tercera estrategia es crear condiciones de autosuficiencia a partir de generar alimento, refugio y todo lo que se necesita para vivir, finalmente a partir de esta necesidad de autonomía surgen otras dos tácticas, se deben destruir todas las bases militares colocadas en otros países, y se debe terminar de una vez por todas con la discriminación y desigualdad hacia las minorías. Wallerstein señala que pese a que estos temas son mencionados por la izquierda mundial para nadie son una prioridad (p. 8).

Trabajo de Fuentes: 

Wallestrein, Immanuel. [2011] "Universalismo europeo. La retórica del poder", The New Press, Nueva York, Estados Unidos

Nexo con el tema que estudiamos: 

La crisis de 2008 objeto de estudio de nuestra investigación, es concebida por Wallerstein como la culminación de una larga fase de declive de la economía mundial y su hegemonía estadounidense, no obstante, el esfuerzo conjunto de la clase monopolista junto con la desorganización de toda la población logrará perpetrar el ya desvencijado sistema capitalista por unos 30 años más.

Existe un esfuerzo prospectivo sobre qué sustituirá al capitalismo y también propuestas generales para quienes encarnan el "espíritu de Porto Alegre". A lo largo de nuestra revisión bibliográfica damos cuenta de la evolución del argumento de Wallerstein que tras haber caído casi en desuso, ha recobrado vigencia tras la crisis de 2008 y hoy constituye una de las interpretaciones más difundidas sobre el futuro del capitalismo.