A new world economic order. Glad confident mornings. Repairing the world’s economic architecture and working with China is in America’s interest

Cita: 

The Economist [2015], “A new world economic order. Glad confident mornings. Repairing the world’s economic architecture and working with China is in America’s interest”, The Economist, London, 3 de octubre, http://www.economist.com/news/special-report/21668721-repairing-worlds-e...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Octubre 3, 2015
Tema: 
La crisis económica de Estados Unidos, una oportunidad para China y para el mundo.
Idea principal: 

El continuo debate del papel de Estados Unidos en la economía mundial y los problemas de China es el tema de la obra de Charles Kindleberger Anteriormente, Kindleberger elaboró un trabajo sobre la depresión de 1930, donde existían enfrentamientos entre países, desempleo y devaluaciones globales que eventualmente llevaron a una guerra mundial, donde los intereses globales pasaron a segundo plano y surgió un nacionalismo. En ese entonces, ni Estados Unidos, ni Gran Bretaña se hicieron responsables de la estabilidad global.

Con la consolidación del poder de Estados Unidos, figuraron diversos rivales en distintas épocas, primero Europa, después Japón y por último China. Pero incluso, después de la crisis de 2007-2008, Estados Unidos hizo lo que toda súper-potencia debía hacer: mantener un mercado abierto para los bienes y proporcionar liquidez a corto plazo.

A pesar de esto, es innegable que Estados Unidos ha perdido parte de su participación en la producción global (14% alrededor de 45 años). Por su parte, y a pesar de sus debilidades, China luce como un auténtico rival, incluso superior a Japón.

La crisis no sólo tuvo repercusiones en la producción, el rescate de la crisis por parte de Estados Unidos le costó la confianza de los políticos estadounidenses, causando una reacción populista que sigue resonando hoy. Como consecuencia, se espera un ambiente de estancamiento y depresión.

Si el dólar sigue siendo dominante, pero ni Estados Unidos ni el FMI son capaces de actuar como prestamista de última instancia para el sistema, hay otras soluciones. Del mismo modo que ha trascendido el inglés británico para convertirse en un idioma mundial, el dólar podría pasar a ser propiedad del mundo. Los bancos centrales extranjeros podrían utilizar sus reservas de dólares para garantizar liquidez al sistema del dólar en el extranjero. Podrían implementar reformas dentro del FMI para la exclusión de Estados Unidos o crear nuevos organismos. En respuesta a las entradas de capital que brotan en todo el mundo al ritmo de las condiciones financieras de Estados Unidos, las economías emergentes podrían imponer controles de capital y restricciones a los bancos globales y gestores de fondos, y continuar acumulando reservas en dólares.

No obstante, tal escenario no podría ser del todo un éxito. De acuerdo con el artículo, un mayor número de acuerdos medios es probablemente más difícil de ejercer que un par de ofertas casi universales. La atracción de capital podría ser más difícil. Las restricciones a los bancos globales podrían poner un freno a los flujos de capital, y no habría manera de controlar las devaluaciones competitivas. Lo que genera un mundo más como China: menos abierto, más reservado, con ganas de participar, pero en sus propios términos. Y esto no es lo que precisamente quiere Estados Unidos.

Después del alto costo político y de la confianza social de la crisis de 2007 para Estados Unidos, las encuestas de opinión sugieren que se ha recuperado un poco. Tal vez se puede recuperar un poco más. Un nuevo presidente y la Cámara de Representantes en 2016 podrían borrar el rencor en el aire. Sin embargo, incluso en los mejores escenarios de política económica, los efectos ayudarían a China a hacer crecer su moneda como medio de reserva. Pero, si “la espalda roja” es sólo un castillo de naipes, pronto todo saldrá a la luz, y Estados Unidos continuará con su hegemonía. De lo contrario, en algún momento tendrá que realizar negociaciones con aquel país.

Datos cruciales: 

Caída de la producción global de Estados Unidos de 36% en 1970 al 22% en la actualidad.

Actualmente, por cada dólar chino de inversión directa en Estados Unidos hay dos dólares chinos de inversión en Europa y hasta cinco dólares de inversión estadounidense en China.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El articulo muestra los nuevos retos a los que se enfrenta Estados Unidos como superpotencia, que, contrario a lo que se puede pensar, resulta ser su propio sistema financiero. Si el dólar pasa a ser de dominio público, aquel país norteamericano perderá poder, sumado al que su descenso en la participación en la producción mundial. Por su parte, China tiene enfrente una gran oportunidad para tomar el mando del sistema financiero a través de su moneda, en incluso podría recibir ayuda indirecta por parte de Estados unidos.