De la diversificación productiva rural a la diversificación productiva rural tradicional: análisis del camino a la sustentabilidad

Cita: 

Sánchez, Leticia [2012], “De la diversificación productiva rural a la diversificación productiva rural tradicional: análisis del camino a la sustentabilidad”, México, UNAM, Tesina para obtener el grado de especialista en Economía ambiental y ecológica, julio.

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El texto que se presenta fue premiado en el “XXXII Seminario de economía agrícola” del Instituto de Investigaciones Económicas en 2012, mismo que se trata de la versión resumida de la tesina para obtener el grado de especialista en Economía ambiental y ecológica que se puede descargar en esta liga .


Resumen

El texto analiza los factores y motivos que influyen en el acto de diversificar la producción por parte de los habitantes de las zonas rurales, hecho que de manera implícita permite estudiar las formas de reproducción social de cada comunidad. Con estos elementos, se determina que las comunidades indígenas que practican la Diversificación Productiva Rural Tradicional (DPRT) tienen un mayor nivel de sustentabilidad que los empresarios del campo que practican la Diversificación Productiva Rural (DPR).

El resultado se debe principalmente a un elemento, la cultura, es decir, las comunidades con conocimientos ancestrales tienen una cosmovisión en la que la naturaleza se encuentra estrechamente relacionada a valores ecológicos y espirituales, asimismo, ellos viven con la naturaleza y no a partir de ella, por lo que deben de protegerla y conservarla. Por su parte, los empresarios del campo por lo general diversifican su producción por dos razones -que se nombraran en orden de importancia-: la primera es con la finalidad de incrementar sus ingresos ante oscilaciones económicas, y la segunda, como fuente de preservación ambiental.

Introducción

La forma de dañar el entorno natural se ha reconfigurado como parte de un proceso histórico. Se inició en la ciudad, y posteriormente se desplazó al campo. En éste último sitio, se trató de implementar la homogeneidad, por medio de semillas mejoradas y fertilizantes, que permitieron la producción de una agricultura intensificada. A este nuevo método de producción se le conoce como revolución verde, misma que ocasionó la contaminación de ríos, lagos, aire y suelos, se deforestó, se perdió flora y fauna, entre otros acontecimientos de impactos negativos hacia la naturaleza, dentro de los cuales los de mayor peligro para el medio ambiente y los recursos naturales (en el ámbito rural) son: la intensificación y la extensión de los cultivos industriales, así como la ganadería.

Lo anterior es una manera breve de ilustrar que la crisis ambiental no tiene origen autónomo, si no que deviene de una crisis económica, social y política, que tiene trasfondo en intereses de acumulación de capital. En este contexto, podemos referirnos a la especialización como el antídoto más popular para las crisis económicas -principalmente en los países pobres-. Lo cual no es más que hacer uso de las ventajas comparativas -claro entre otras cosas-, y en otras palabras es la fórmula universal de la explotación intensiva de capital (Azqueta y Sotelsek, 1999).

Es decir, cada forma de explotación de plusvalor se encuentra históricamente condicionada por los procesos sociales, políticos, económicos y culturales. Por ejemplo, los inicios del capitalismo se construyeron a base de la explotación de capital variable, continuaron con capital fijo y actualmente se encuentra en marcha la explotación y la apropiación del capital constante. En otras palabras tenemos que, inicialmente la riqueza se formó a base de la explotación del ser humano, consecuentemente, con la creciente dominación, estudio y perfeccionamiento del mundo material, las nuevas tecnologías generaron valores con magnitudes increíblemente sorprendentes, y finalmente se ha acudido al abuso de la naturaleza. No está de más señalar que no se ha cambiado una forma de explotación por otra, sino que sólo cambia la intensificación que recae en cada uno de estos capitales. Con lo anterior, podemos señalar que indudablemente el mundo contemporáneo es un desorden en la mayor parte de sus ámbitos, es un caos económico-ecológico y lo que se desprende de ellos. Por estos motivos se convierte necesaria la búsqueda de ordenadores que se entretejan para formar una conciencia de clase que humanice y naturalice los sentidos, los objetos, el entorno y la vida.

El 49.3% de la población mundial total es rural (Banco Mundial, 2011), a su vez dentro de esta población se encuentra entre el 80 y 90% de la diversidad cultural del mundo. El tema resulta importante ya que la diversidad cultural de la especie humana se encuentra estrechamente asociada con las principales concentraciones de biodiversidad existentes (Toledo:2003). Adicionando que, como diría Bartra (2003), los campesinos además de cosechar maíz, frijol, chile o café, también cosechan aire limpio, agua pura y tierra fértil; diversidad biológica, societaria y cultural; pluralidad de paisajes, olores, texturas y sabores […]. A la luz de unos cuantos datos podemos percibir la importancia del campo -ecológica, social, económica y cultural-, pero, antagónicamente, a pesar de la riqueza y los invaluables beneficios ambientales que poseen y otorgan las comunidades rurales a nivel mundial , son las mayores víctimas de la pobreza, -según datos de la FAO (2011), 7 de cada 10 pobres viven en áreas rurales-, esto quiere decir que no se les retribuye adecuadamente a todo lo que ofrecen.

Como respuesta a lo anterior, algunos de los habitantes de dichas comunidades han buscado alternativas de ingreso que van más allá de las actividades agropecuarias, es decir, diversificaron su producción. Podemos ejemplificar este acto con las remesas, la manufactura, la pesca, la caza, la silvicultura, el pago por servicios ambientales, la producción forestal no maderable, el turismo rural, entre otros.

De manera implícita se han deslindado muy brevemente dos asuntos a los que puede dar o da respuesta la diversificación productiva: 1) como fuente de ingresos, ante las oscilaciones económicas, y 2) como fuente de preservación ambiental, al no homogeneizar sus actividades, y por tanto agotar o degradar un sólo recurso. Sin embargo, al ser la diversificación productiva tema central en la investigación, aún carece de caracterización.

Que se practiquen actividades diferentes de las agropecuarias, ya es un logro para el cuidado ambiental y un plus en el ingreso, pero si verdaderamente se quiere conservar la naturaleza se debe de plantear una forma sustentable de diversificar, es decir, producir de tal manera que se permita dar continuidad al bienestar ambiental, sin olvidar el social. Por lo que se debe de pensar más allá del presente, en un largo plazo. La condición resulta sencilla para varias de las comunidades rurales, ya que por medio de la investigación etnoeco-lógica se ha revelado que los pueblos indígenas no sólo poseen conocimientos sobre la estructura, funcionamiento y utilidad de los sistemas ecológicos que se apropian, sino también sobre su dinámica (Toledo, 2003), hecho que permite dar tiempos a la naturaleza para su reproducción.

De esta manera, el interés primordial del presente ensayo es evaluar cuál de aquellas comunidades rurales que diversifican su producción se encuentra más próximas a la sustentabilidad. Para el análisis fue necesario clasificar a las comunidades en dos grupos: el primero se constituye por los grandes empresarios del campo –básicamente de primer mundo, sin descartar a los de los demás países ya sean emergentes o subdesarrollados-, quienes practican la “Diversificación Productiva Rural” (DPR), y el segundo grupo se conforma por las comunidades indígenas que practican la “Diversificación Productiva Rural Tradicional” (DPRT).

El ensayo tiene la siguiente forma: los dos primeros apartados consisten en la misma estructura, primero se hará una descripción de los conceptos de DPR y DPRT, después se hará una recopilación de estudios de caso para determinar los factores que influyen en cada una de éstas, para posteriormente evaluar los efectos de sus prácticas. Con estos dos estudios, se formula el tercer apartado, que es una comparación de las dos formas de diversificación. Éste último, busca determinar cuál se está acercando en mayor medida a la sustentabilidad, por lo que previamente al comparativo se especifica el concepto de sustentabilidad del que se parte.


Fuentes:

Azqueta, D., Sotelsek., D., (1999), Ventajas comparativas y explotación de los recursos ambientales, revista de la CEPAL 68, pág. 115-134.

Banco Mundial (BM), http://datos.bancomundial.org/

Food and Agriculture Organization of the United Nations Organizacion (FAO)

Toledo V. M., (2003), Ecología, espiritualidad y conocimiento. De la sociedad del riesgo a la sociedad sustentable. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUM), Oficina Regional para América Latina y el Caribe.

Toledo V. M., (2003), Ecología, espiritualidad y conocimiento. De la sociedad del riesgo a la sociedad sustentable. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUM), Oficina Regional para América Latina y el Caribe

Fuente: 
Publicaciones Let
Fecha de publicación: 
2012
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