El comercio de petróleo, gas y minerales son los más propensos a la corrupción, esto en países con una débil regulación y que dependen de las industrias extractivas. África Sub-Sahariana tiene este riesgo; los diez estados productores de petróleo más grandes derivan 56% de sus ingresos públicos de las exportaciones de petróleo esto entre 2011-13.

Light es la mejor desinfectante, dice la compañía anticorrupción (y muchos piensan que es la mejor esperanza para la transparencia) con una emergente "global standar" conocida como la iniciativa de transparencia de industrias extractivas (EITI, por sus siglas en inglés), el cual ha crecido a incluir 48 miembros desde que fue fundada hace 12 años. El seguimiento de estas empresas es importante ya que pueden ser un vehículo para desviar ingresos del petróleo a portafolios privados. En este punto el EITI está a cargo de revelar quiénes están detrás de estas sospechosas empresas.

Después de probar sus requisitos en 11 países, el EITI debe ahora decidir si lo extiende a todos sus miembros, sin embargo, sin importar las razones, los grupos pro-transparencia dicen que lo que necesita el EITI es hacer de las divulgaciones públicas de los propietarios una condición de membresía, con un acuerdo de suspensión para países que se nieguen a hacerlo. Las empresas candidatas temen que si 2016 es la fecha límite se les excluya de los acuerdos de la industria para explotar o vender petróleo, así que la transparencia será una prioridad poco importante.

Otra preocupación es que echándose para atrás alentarán a los países a usar el EITI como una forma de mantenerlas controladas. En un reporte del Global Witness se señaló como 4 mil millones de dólares fueron malversados desviándose a otras compañías, algunas de ellas ligadas en forma oficial, tienen tratos con cuatro países africanos: Nigeria, Angola, La República Democrática del Congo y Congo-Brazzaville. Tres de los cuatro son todos miembros del EITI.

El secreto continúa aun alrededor de los beneficiarios de las ganancias de las empresas y de su riqueza petrolera. Algunas temen que la situación no haya mejorado mucho desde 2005. Este acuerdo fue ostensiblemente para disfrazar los intereses del estado y eludir demandas de poseedores de duda soberana. Aún queda mucho por hacer en materia de transparencia. Desde la creación de la EITI ha crecido considerablemente el flujo de información sobre el pago por y para los gobiernos en una década, sin embargo, aún falta mucho por hacer y el progreso en esta dirección puede llegar a ser muy lento con los riesgos que implica.