The world economy. Pulled back in. The world is entering a third stage of a rolling debt crisis, this time centred on emerging markets

Cita: 

The Economist [2015], “The world economy. Pulled back in. The world is entering a third stage of a rolling debt crisis, this time centred on emerging markets”, The Economist, London, 14 de noviembre, http://www.economist.com/news/briefing/21678215-world-entering-third-sta... time-centred-emerging

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Noviembre 14, 2015
Tema: 
Crisis del capitalismo en los países en desarrollo
Idea principal: 

Un tercer golpe a la economía mundial parece acercarse. Después del auge mundial de la vivienda en 2000, las familias estadounidenses (y de diversas partes del mundo) han tenido que trabajar para pagar los excesos de deuda generados durante este periodo. El segundo golpe tuvo un efecto retardado, generándose en 2010, durante una crisis de deuda en la periferia de la euro-zona, que llevó al límite a la unión monetaria.

Por parte de la economías desarrolladas, Estados Unidos parece haber superado la crisis. El gasto del consumidor está aumentando, los salarios nominales también, la Reserva Federal aumentó las tasas de interés y la deuda de los hogares parece haber tocado fondo. Algo similar ocurre en Inglaterra. Mientras que Europa ha tenido su mejor crecimiento desde 2011.

Sin embargo, a pesar de los buenos dividendos que están teniendo las economías desarrolladas, se prevé que estos países sean arrastrados por un nuevo golpe económico mundial. La deuda en los países en desarrollo comenzó con el surgimiento de la crisis en 2007, aunado a una desaceleración de sus economías y salida de capitales. En el pasado esto no sería problema, puesto que el comercio se centraba en las economías desarrolladas, no obstante, 58% del mercado actual está conformado por mercados emergentes.

Al comienzo de la crisis en 2007, la deuda en los países en desarrollo fue adquirida por familias, pero en los países emergentes fue adquirida por empresas. Esto provocó un aumento en el apalancamiento de las empresas, pero el problema también se encuentra en la rentabilidad decreciente.

David Macjie, de JP Morgan; Alan Taylor y Oscar Jorda, de la Universidad de California; Davis y Moritz Schularick, de la Universidad Libre de Berlín; Pierre-Olisvier Gourinchas, de la Universidad de California; Berkeley y Maurice Obstfeld, ahora jefe del FMI, han estudiado este fenómeno. A grandes rasgos han encontrado que la recuperación de los mercados emergentes será más lenta que en la década del 2000 y de principios de 2010, donde la recisión en Brasil y Rusia puede servir como expectativa.

Sin embargo, la deuda privada no suele ser tan dañina para la economía como lo puede ser la de las personas, como se mostró en 2007. En un artículo de Boris Cournède y Oliver Denk de la OCDE, concluyen que de los auges de deuda corporativa sólo la mitad son tan perjudiciales para el crecimiento posterior del PIB per cápita. La investigación de Atif Mian y Emil Verner de la Universidad de Princeton y Amir Sufi de la Universidad de Chicago Booth School of Business también sugiere que el vínculo entre el aumento de la deuda y la caída del crecimiento del PIB es más débil cuando el préstamo es a empresas y no a los hogares.

Además, se han generado cambios en la configuración de la deuda privada. Anteriormente ésta se realizaba en dólares. Cuando la moneda local marchaba bien, no había ningún problema, pero en el momento de un debilitamiento, la deuda se disparaba. Actualmente, los créditos se adquieren en moneda local, por lo que ante una devaluación, las pérdidas son compartidas.

Los recuerdos de la crisis siguen vigentes, por lo que los países, en especial los asiáticos, han incrementado sus reservas de divisas, para hacer frente a la fuga de capitales y mantener su moneda estable. Aun así, esta defensa no tiene efectos directos sobre las empresas, pues las divisas se encuentran en manos del gobierno.

De acuerdo con Manoj Pradhan, de Morgan Stanley, existen dos tipos de mercados emergentes. El mercado emergente clásico es el que tiene un déficit de cuenta corriente y es propenso a la inflación. Su banco central tiene que prestar atención obsesiva a la tasa de cambio, si es muy baja afecta a la inflación, si es muy alta, impacta a las exportaciones. Ejemplos de estos países son Brasil y Turquía. Éstos vieron una acumulación de la deuda privada a partir de 2007, gran parte de ella en el sector empresarial. Sus grandes déficits de cuenta corriente les provocaron una dependencia de préstamos extranjeros para sostener el crecimiento del PIB. A medida que la perspectiva de alzas de tasas de la Reserva Federal atrae capital de regreso a Estados Unidos, estos países se vuelven más vulnerables a una mayor debilidad de la moneda. Por lo que se requieren tasas de interés más altas para frenar la inflación y las salidas de capital, en consecuencia, el servicio de la deuda es más costosa. En tales circunstancias, la presión para hacer frente al problema de la deuda es mayor y el impacto en la economía es potencialmente más dramático; estos son los países que están en mayor riesgo de verdaderas crisis.

El segundo tipo tiene un excedente en cuenta corriente, enormes reservas de divisas y un exceso de capacidad de producción de bienes, dejándolo propenso a la deflación y a grandes deudas privadas. Países como China, Corea del Sur, Singapur y Tailandia pueden caer en esta última categoría. Estas naciones cuentan con defensas ante una posible fuga de capitales, pero la estabilidad de los problemas provocados por el exceso de deuda es propensa a persistir durante años.

Sin embargo, hay un tercer tipo de economía emergente: aquellas que están menos deterioradas por la deuda del sector privado o que tienen otras razones para ser optimistas sobre el crecimiento. Por ejemplo, India. Al igual que otros países, su deuda incrementó junto con la crisis de 2007, alcanzando 60% del PIB en 2014. Pero se ve menos afectada por la desaceleración de China que otras economías de Asia, y por la reducción a la mitad del precio del petróleo que ha afectado a los productores asiáticos como Malasia. Además, su balanza comercial se ha acercado al equilibrio, hay baja inflación, en parte gracias a los bajos precios del petróleo y medidas en los precios de alimentos, y las tasas de interés se han reducido. Por lo que convierte a este país como el refugio de otros.

Otros ejemplos de economías que no son demasiado afectados por la volatilidad de la deuda privada son escasos. México observó un incremento moderado en el crédito a partir de 2007. Su carga de la deuda privada se elevó a 35% del PIB a finales de 2014. Esta economía se encuentra estrechamente vinculada a Estados Unidos, economía que se está escapando de los problemas de deuda privada. Por su parte, Pakistán se beneficia de los bajos precios del petróleo, ha visto una reducción de la inflación y un leve incremento en el PIB.

Después de la crisis de 2008, las economías emergentes impulsaban las tasas de crecimiento del PIB mundial. Pero ahora la deuda está a punto de exacerbar la crisis en algunas partes del mundo en desarrollo y a abollar las perspectivas a largo plazo en los demás.

Ante esto, los países desarrollados muestran señales sobre cómo es que va a estar la situación en distintas regiones. La Reserva Federal de Estados Unidos estaba a punto de subir los tipos de interés en septiembre, pero se retrasó debido a las preocupaciones sobre China. La sensación es que la recuperación de Estados Unidos es lo suficientemente robusta hacer caso omiso de los problemas de otros lugares.

Por el contrario, la zona euro se ve menos estable. Se ha generado una flexibilización cuantitativa en Europa, mientras que América aprieta la política monetaria, lo que provoca un dólar más fuerte. Si el billete verde se eleva lo suficiente, perjudicará a los ingresos de exportación en los Estados Unidos, lo que eventualmente pasa a través de inversión crecimiento del PIB más débil. Por tanto, la Fed podría encontrar que incluso un aumento gradual de las tasas de interés tendrá que ser interrumpida.

Datos cruciales: 

Gráfica uno. Deuda de las familias como porcentaje del ingreso disponible. Después de la crisis de 2008, la deuda de las familias en Estados Unidos y Gran Bretaña ha tendido a la baja.

De acuerdo con cifras recopiladas por JP Morgan, la deuda del sector privado en los mercados emergentes aumentó de 73% del PIB al final de 2007 al 107% del PIB a finales del año pasado.

En 2012, los bonos emitidos por Zambia ofrecían solo el 5.4% de interés.

En 2008, la deuda corporativa equivalía a menos del 50% del PIB mundial, en 2014 se incrementó a casi el 75%.

Gráfica. Grande y más grande. Muestra la deuda privada de los mercados emergentes como proporción del PIB.

Gráfica. Advertencia de inundación. Entradas de flujo de capital privado neto en los mercados emergentes como porcentaje del PIB (2000-2015). Después de 2008, los niveles de capital privado no se han recuperado.

El FMI prevé que para el 2016 el PIB de la India aumente en un 7.3%.

Nexo con el tema que estudiamos: 

El artículo explica una nueva oleada de crisis para la economía mundial, pero esta vez centrada en los mercados emergentes. Estos países tratan de "sobrevivir" ante la dinámica del capitalismo, pero, como es de esperarse, sus esfuerzos parecen desvanecerse.

Es interesante que el artículo cite estudios y muestre con datos duros la correlacionan entre la deuda y los descensos económicos. Se trata del gran vínculo entre la economía real, tangible, y el dinero fiduciario. En tanto la estructura económica mundial mantenga la misma tendencia a la financiarización los peligros de que cada vez sean más frecuentes y acentuadas las crisis económicas están a la orden del día.