Water politics. Sharing the Nile. The largest hydroelectric project in Africa has so far produced only discord

Cita: 

The Economist [2016], “Water politics. Sharing the Nile. The largest hydroelectric project in Africa has so far produced only discord”, The Economist, London, 16 de enero, http://www.economist.com/news/middle-east-and-africa/21688360-largest-hy...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Enero 16, 2016
Tema: 
Disputa por el río Nilo en África. Involucrados: inversionistas extranjeros –constructoras, generadoras de electricidad, otras–, gobiernos y sociedad africana.
Idea principal: 

La construcción en proceso de la Gran Presa del Renacimiento Etíope sigue siendo materia de discusión y roces políticos entre las naciones africanas involucradas. Desde un inicio la oposición explícita por parte de Egipto se debe por considerar a la presa como una amenaza real al cauce del río Nilo, fuente principal de agua para esta nación. Egipto clama dos tercios del flujo del río conforme a un tratado firmado con Sudán en 1959. Pero incluso, cumpliéndose éste no bastaría para satisfacer la demanda creciente del líquido debido al aumento de población y cultivos en los últimos años. Pese a esto, los funcionarios en Egipto no quitan ni un dedo sobre la vitalidad del Nilo para su sociedad (p. 2-3).

Esta situación en general ha tensado las relaciones con las otras ocho naciones que comparten la cuenca del río Nilo. Recientemente el gobierno de Egipto ha adoptado una postura mucho más conciliatoria. El año pasado en marzo del 2015 el presidente de Egipto, Andel-Fattah al-Sisi quien derrocó de un golpe de estado al Sr. Morsi, se reunió con el primer ministro de Etiopia, Hailemariam Desalegn, y con el presidente de Sudan, Omar al-Bashir, para firmar la declaración de autorización de la presa mientras no hubiera algún “daño significativo” a alguna de las naciones asentadas río abajo. No obstante, los estudios del impacto de la construcción de la presa han presentado varias demoras (discusión entorno la división del trabajo, la retirada de una empresa inversora, etc.) más allá de la fecha prevista para publicar resultados (inicialmente estaban previstos a finales de 2015). Esto ha llevado a especular respecto los motivos que pudiera ocultar esta larga demora en favor de Etiopia, la principal interesada e impulsora de la construcción de la presa, siendo que la construcción sigue su constante proceso. Pretexto por el cual, los representantes de las tres naciones más importantes –Etiopia, Sudán y Egipto– por donde cruza el río Nilo, siguen discutiendo y negociando cuestiones técnicas respecto la construcción de la presa (p. 3).

Otro punto de debate ha sido la capacidad de reserva de agua de la presa y su probable afectación al suministro del líquido a las naciones involucradas, principalmente Egipto. Donde sí ésta se llenase demasiado pronto, podría repercutir en la capacidad de generar electricidad de la Presa de Asuán –presa egiptana–. Por su parte, parece que el único interés del gobierno de Etiopia es el cortoplacista que enfrenta por la presión de generar un pronto retorno de la costosa inversión ya gastada en la construcción de la presa –$4.8 billones de dólares–. Del otro lado, Sudán ha jugado ser una carta disputada por Etiopia y Egipto. En un inicio se mantuvo firme junto con Egipto en oposición a la presa, posteriormente optó por respaldar a Etiopia con los beneficios potenciales que la presa pudiera retribuirle. Uno de los ámbitos donde podría salir victoriosa Sudán, sería en materia energética, ya que se planea que recibirá cierta parte de la energía generada por la Presa, por otra parte también saldrá beneficiada al ser medio para evitar inundaciones en su territorio, habrá más agua para consumir y para su uso en la agricultura (p. 4).

Por último, el artículo concluye destacando la posición del Sr. Kenneth Strzepek –experto en el tópico del Instituto Tecnológico de Massachusetts–, respecto la necesidad de mayor cooperación y buena voluntad al compromiso entre las tres naciones para que todas salgan beneficiadas, como lo podría ser el almacenamiento de agua para utilizarla en años de sequía y su potencial para producir energía barata para y sacar provecho de su exportación (p. 4).

La Gran Presa del Renacimiento Etíope es casi la última prueba de la buena voluntad de las naciones en compartir agua. Es posible que próximamente existan más dificultades. Etiopía planea construir otras presas en el río lo que podría afectar el suministro de los países río abajo. Sudán también ya ha comprometido agua en abundancia para usarla en irrigación en proyectos de inversión extranjera (p. 4).

Datos cruciales: 

° La Gran Presa del Renacimiento Etíope se proyecta medirá 170 metros de alto (550 pies) y 1.8 km (1.1 millas) de largo (p. 1).
° El proyecto de la presa representa un costo de $4.8 billones (p. 3).

Nexo con el tema que estudiamos: 

Un caso concreto respecto la expansión en curso de la acumulación capitalista en siglo XXI. El control del agua es un recurso estratégico, tanto para la valorización del capital como la reproducción de la vida humana. Importantes megaproyectos buscan su monopolización del recurso, acrecentando su poder en la disputa hegemónica mundial. No podemos dejar a un lado que la Presa busca también ser una respuesta ante las ya esperadas próximas sequías –problema desembocado por el creciente calentamiento global en la región y en el mundo–, donde sin duda el gestor y propietario del agua, ejercerá aún mayor poder, ¿Quién podrá acceder a ella, megaproyectos de agricultura industrial, grandes transnacionales productoras de electricidad para exportar?