La gran crisis financiera. Causas y consecuencias

Cita: 

Bellamy, John y Fred Magdoff [2009], La gran crisis financiera. Causas y consecuencias, Madrid, Fondo de Cultura Económica, 225 pp.

Fuente: 
Libro
Fecha de publicación: 
2009
Tema: 
La sobreproducción de capital como causa principal de las crisis financieras
Idea principal: 

El libro argumenta y explica, a partir de una compilación de artículos, que las crisis que han ocurrido desde los años sesenta hasta el momento, son síntoma de burbujas especulativas fundadas en el patrón de acumulación de capital monopólico financiero, concretamente, de la sobreproducción de capital.

Prólogo a la edición en español

El prólogo realizado por el periodista argentino Ernesto Ekaizer comienza señalando que el capitalismo, desde la década de 1960, ha tendido a funcionar a partir de la creación de burbujas especulativas y cuando el modo tradicional para obtener ganancias entra en crisis se hace uso de la especulación financiera.

Por su parte, los asalariados al perder valor adquisitivo recurren al crédito para financiar sus necesidades cotidianas, de esta forma “el endeudamiento, […] se va a convertir en un mecanismo normal de supervivencia” (p. 10).

Deuda y especulación, son las dos vías que mantienen a salvo a la economía estadounidense y, en general, al capitalismo avanzado después de la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad. La financiarización funciona como “el centro del sistema nervioso del capitalismo” (p. 12).


Introducción

John Bellamy Foster es profesor de sociología en la Universidad de Oregón y editor de la revista Monthly Review.

Fred Magdoff es profesor en el Departamento de Plantas y Edafología de la Universidad de Vermont.

Los autores estudian la gran crisis financiera de 2008 partiendo del análisis de las crisis financieras anteriores, que fueron de menor magnitud pero cada vez más intensas: en 1987, el desplome bursátil en Estados Unidos, la crisis financiera japonesa y el gran estancamiento de los años noventa, la crisis financiera asiática de 1997-1998 y el desplome de la nueva economía (las empresas “punto-com”) de 2000 (p. 20).

A continuación se presentan varias citas que los autores retoman de economistas que ya habían predicho el problema general que induce a las crisis.

Keynes señaló estos resultados de crisis económica en su obra clásica Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero (1973). El economista británico planteó el tema de los defectos dentro del proceso de acumulación, ahorro e inversión, en el capitalismo:

“Para que una economía capitalista funcione correctamente, el excedente (ahorro) que genera debe invertirse en nueva capacidad productiva […]. Existen déficit de inversión por varios factores, entre los cuales la acumulación de sobrecapacidad en fábricas y equipamientos, la sensación de que el mercado de productos de consumo está saturado o muy pronto lo estará […] Cualquier descenso en la inversión tiende a generar un círculo vicioso: al caer el empleo, los ingresos y el gasto, se originan problemas financieros cada vez mayores que afectan negativamente al clima de negocios en general, lo que provoca una ralentización económica y una disminución aún mayor en la inversión” (Keynes, 1973). Esta es la contradicción interna del proceso de inversión (p. 20-21).

Partiendo de estas bases, pero con la particularidad de plantearlas a largo plazo y no de manera estática, como lo hacía usualmente la economía ortodoxa, Alvin Hansen (1938), presentó su tesis del estancamiento: “una tendencia al ‘estancamiento a largo plazo’ podría atribuirse en parte a la llegada a la ‘madurez’ de las economías capitalistas. Los principales componentes industriales se habían construido desde cero en las primeras fases de la industrialización, por lo tanto, la inversión se orientaba cada vez más a la simple reposición y aunque con fábricas y equipamientos más eficientes, con muy poca inversión neta nueva” (p. 22).

Por su parte Michal Kalechi (1954) expuso el problema principal con la siguiente idea: “[…] el desarrollo a largo plazo no es inherente a la economía capitalista. Así se requieren ‘factores de desarrollo’ específicos para sostener un avance ascendente a largo plazo” (p. 23).

Posterior a la segunda guerra mundial o de la llamada época dorada, se ausentaron las preocupaciones por el estancamiento. Apareció el análisis neoclásico prekeynesiano y su “síntesis neoclásica keynesiana” (a la que Joan Robinson llamó “keynesianismo bastardo”).

El tema no fue olvidado por algunos economistas marxistas y keynesianos como Paul Baran y Paul Sweezy (1966) que plantearon en El capital monopolista que “el estado normal de la economía capitalista es el estancamiento […]. La enorme productividad de la economía capitalista monopolista, asociada a una política de precios oligopolística, generaban un enorme excedente cada vez mayor que superaba la capacidad de absorción de la economía a través de los canales habituales de consumo e inversión” (p. 24).

Lo planteado hasta el momento es el problema de la inversión a partir de diversos pensadores, pero aunado a éste, existía un segundo aspecto principal que era el papel contradictorio de las finanzas en la economía capitalista (p. 25-26).

Desde los años de la gran depresión, Keynes señalaba que el desarrollo de la empresa moderna era inherente al de las finanzas modernas, incluyendo el mercado industrial de valores y el auge del papel del crédito-deuda. Además, el capitalismo tenía dos estructuras para fijar precios que operaban por separado: los precios de la producción física y el de los activos financieros. “Si los activos a largo plazo de las empresas se convirtieran en obligaciones a corto plazo para los inversores, surgiría la posibilidad, argumentaba Keynes, de que la economía se convirtiera cada vez más en rehén de la especulación por dichos títulos, generando alta volatilidad e inestabilidad” (p. 26).

Quien continuó con el desarrollo de este tema fue Minsky, influenciado por Keynes, Kalecki y Hansen, con su hipótesis de la inestabilidad financiera “en la que planteaba que la estructura financiera de la economía capitalista avanzada muestra un defecto interno que le lleva implacablemente de la fortaleza a la fragilidad, lo que provoca que toda la economía sea propensa, al final, a una deflación de la deuda del tipo mostrado durante la Gran Depresión” (p. 27). Misky concluía que “el capitalismo es un sistema defectuoso cuyo desarrollo, si no se limita, llevará a profundas depresiones periódicas y a la perpetuación de la pobreza” (p. 28).

Quienes centraron su estudio en el estancamiento y el predominio de las finanzas, fueron Magdoff y Sweezy, señalando el “incremento de la deuda a largo plazo en relación con la economía subyacente como tendencia desestabilizadora (Magdoff y Sweezy, 1972)” (p. 29) . Los autores argumentaban que el problema del capitalismo en su fase monopolista se encontraba en la estrecha relación entre el estancamiento y la financiarización: “la economía no podía vivir sin financiarización –ni sin otros puntales del sistema, como gasto militar-, y al final tampoco podía vivir con ella” (Bianco, 1985; Magdoff y Sweezy, 1987) (p. 30).

Con estos antecedentes Bellamy Foster y Fred Magdoff afirman que la crisis financiera de 2008, pero también las que se dan a partir de los años sesenta, tiene origen en el patrón de acumulación regido por el capital monopólico financiero. “Éste es el verdadero problema, no la financiarización, ni siquiera en la actual crisis de financiarización”, mencionan los autores (p. 31).

Con esta recopilación de autores Bellamy y Magdoff concluyeron con lo que Marx ya explicaba sobre la sobreproducción de capital: el capital en época de auge adquiere grandes deudas, luego en las crisis parte de ese capital se devalúa, para que el resto del capital sea rentable otra vez, retomando el ciclo. En la crisis de 2008, “el enorme superávit de capital que ha alimentado la explosión financiera no puede ser absorbido por la inversión productiva del sistema […] en esta fase de su historia y dado la estructura de desigualdades existente. Al mismo tiempo, el propio proceso de financiarización se encuentra […] en crisis. La perspectiva más probable es, por tanto, un estancamiento profundo y prolongado” (p. 32-33).

Los autores señalan que la decisión de estudiar a la crisis financiera de 2008 desde Estados Unidos se debe a que es la sede del actual desplome y porque sus ramificaciones se deben entender desde el decrecimiento de la hegemonía estadounidense en su sentido político, económico y militar (p. 34).

¿Cómo revertir la crisis?, ¿será que se pueden repetir soluciones históricas como un nuevo New Deal o potenciar gastos sociales gubernamentales por medio de cambios sociales progresistas?, se preguntan los autores, respondiendo que el primer caso no es opción ya que el New Deal no actuó por sí sólo, tuvo el impulso de la expansión del gasto militar por la llegada de la segunda guerra mundial en 1939. En el segundo caso, podrían llevarse a cabo las reformas radicales y si en determinado momento no lograran erradicar las injusticias e irracionalidades del sistema, la población podría optar por reemplazar toda la estructura político-económica que satisfaga sus verdaderas necesidades bajo control democrático: un sistema de uso social más que de beneficio privado, concluyen los autores (p. 36-37).

El contenido del libro se divide en dos partes la primera es de tendencias históricas y la segunda es sobre las consecuencias o la interpretación real de la crisis y sus implicaciones a largo plazo.

Primera parte

Capítulo 1. Es un estudio sobre la burbuja del endeudamiento de las familias.

Capítulo 2. Aborda la explosión de deuda y especulación.

Capítulo 3. Trata la aparición del capital monopolista financiero.

Capítulo 4. Analiza la financiarización del capital.

Segunda parte

Capítulo 5. Sobre la aparición de la gran crisis financiera.

Capítulo 6. Explora el tratamiento de la implosión financiera total a medida que se acerca el año 2009 y los aspectos político-financieros más importantes de la crisis.

Datos cruciales: 

Gráfica con dos tendencias históricas (1959-2007), la variación de la deuda y la producción de bienes en Estados Unidos, ambos medidos como porcentaje del PIB y deflactados para 1959. Cada una de las líneas tiene sentido opuesto respecto a la otra, el total de inversión de bienes disminuye a la vez que la deuda se incrementa, la brecha entre ambas cada vez es más amplia (p. 32).

Cápitulos relevantes para el proyecto: 

3. El capital monopolista financiero

4. La financiarización del capitalismo

5. La financiarización del capital y la crisis

6. De vuelta a la economía real

Trabajo de Fuentes: 

Baran, Paul y Paul Sweezy [1966], Monopoly capital: an essay on the american economic and social order, New York, Monthly Review Press

Bianco, Anthony [1985], “The casino society”, Business Week, 16 de septiembre.

Hansen, Alvin [1938], Full recovery or stagnation? , New York, W.W. Norton

Kalechi, Michal [1954], Theory of economic dynamics, London, George Allen and Unwin.

Keynes, John Maynard [1973], The general theory of employment, interest and money, London, Macmillan.

Magdoff, Harry [1987], Stagnation and the financial explosión, New York, Monthly Review Press.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Coincidimos con los autores en que el problema de la crisis financiera de 2008 se debe a una sobreproducción de capital, el resultado genera una búsqueda de soluciones por parte de los dueños del capital, principalmente las empresas, con ramificaciones devastadoras a la sociedad y al medio ambiente. ¿Cuáles son éstas soluciones?, ¿cuáles son estas ramificaciones?, es parte de nuestro propósito a estudiar.