Las tres dimensiones de la crisis

Cita: 

Katz, Claudio [2010], "Las tres dimensiones de la crisis", Mundo Siglo XXI, México, CIECAS-IPN, IV(22):5-34, Otoño 2010.

Fuente: 
Artículo científico
Fecha de publicación: 
Octubre, 2010
Tema: 
La crisis de 2008 como detonante de una crisis de mayores proporciones que agudiza el control de la propiedad privada y amenaza la supervivencia de la civilización humana.
Idea principal: 

Claudio Katz es economista, investigador y profesor de la Universidad de Buenos Aires y director de varios proyectos de investigación. Autor de numerosos textos de la crisis económica global. Recibió menciones honoríficas del premio Libertador al Pensamiento Crítico. Actualmente se desempeña como profesor de las cátedras Economía para historiadores y Economía II en las Facultades de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales de la UBA. Es docente de seminarios de doctorado y pos-grado y ha sido profesor invitado en universidades de varios países.


El autor mediante 5 artículos plantea la necesidad de apuntalar la actual crisis económica como un fenómeno que integra no sólo el quiebre de las bolsas alrededor del mundo sino los efectos sociales, geopolíticos y civilizatorios que trae consigo. Cada uno de los artículos, aunque aborda distintos aspectos de la crisis en lo histórico, coyuntural y estructural, señala la relevancia de las reticencias sobre el mantenimiento del capitalismo desde distintos enfoques hasta las resistencias que existen por parte de los más afectados al funcionamiento del capitalismo con propuestas de proyectos que intenten dar un giro a la dinámica económica, política y social (p. 5).

1) Coyuntura económica

El autor inicia señalando las consecuencias económicas que se han dado a raíz de la crisis financiera 2008-2010, provocada por el papel de los bancos y la excesiva especulación en base a instrumentos derivados que tenían como base las hipotecas subprime. El quiebre del sistema bancario vía la imposibilidad de pago de las deudas generó una elevación de los pasivos de las empresas involucradas con ese negocio provocando graves descalabros en toda la industria a nivel global (p. 6).

Ante esta crisis el gobierno de Estados Unidos atenuó los efectos mediante el rescate de distintas instituciones quebradas, lo que ha dado lugar a dos interpretaciones, la primera de ellas que afirma que la crisis está llegando a su fin y que el sistema volverá a la normalidad, mientras que la segunda advierte sobre la continuidad de la crisis, sólo atenuándose regionalmente y haciéndose más palpable en zonas periféricas como producto de los capitales sobre-acumulados, las mercancías sobre-producidas y los intercambios desproporcionados.

i) Resurge el festival financiero

Este punto se sustenta en base a que los rescates financieros han socializado pérdidas, por lo que se “ha creado un enorme déficit en las tesorerías de los países avanzados” (p. 6).

Rápidamente las entidades rescatadas han podido recuperarse y volver a operar como antes de la crisis generando una nueva oleada de especulaciones en las bolsas en los mercados de títulos sofisticados, las burbujas vuelven a reaparecer, deuda pública, monedas y títulos de las economías intermedias están en la mira de los especuladores, mientras que el crédito a los proyectos productivos y la falta de ahorro generan dificultades para hacer frente a las consecuencias de la crisis.

Los banqueros aprovechan para congelar cualquier iniciativa de regulación financiera, mientras que las iniciativas de supervisión de las transacciones financieras internacionales se mantienen en suspenso (p. 6). “Los problemas que detonaron el estallido financiero persisten sin variantes, creando la posibilidad de otro temblor. El gigantismo de las entidades ha sido potenciado con nuevas oleadas de fusiones. Los bancos rescatados […] ahora protagonizan una nueva secuencia de concentración financiera y centralización de las decisiones en un puñado de ejecutivos” (p. 7).

ii) Reaparece el descontrol del riesgo

Resurgen las operaciones financieras desembocadas y son los contratos de protección a transacciones con títulos frágiles o amenazados por la cesación de pagos de los emisores (CDS) el indicador principal, desde ocultar cifras a los auditores públicos hasta endeudarse en distintas monedas y variados seguros de riesgo cambiario, permiten a los especuladores continuar con los fraudes en la bolsa. Por supuesto cuando algo sale mal, son los especuladores los primeros en huir del barco que se hunde y buscar la protección del gobierno.

iii) Un bazar de títulos

La especulación resurgida del rescate trae consigo el desprendimiento de las acreencias dudosas creando un gran mercado de certificados empaquetados con riesgos diversificados (CDO) lo que ha potenciado el desconocimiento de los montos en circulación y sus posibilidades de cobro, por lo que algunos bonos tienen incorporados seguros para hacer frente a ese desconocimiento, “Los grandes bancos continúan lucrando con este incentivo a ignorar el riesgo, que generó la flexibilización de las normas bancarias” (p. 7).

Entre la flexibilidad y la falta de coordinación para supervisar la creación de paquetes accionarios, los intentos por estabilizar el sistema financiero dieron lugar al deterioro de la administración del riesgo. La competencia entre banqueros por la búsqueda de una mayor ganancia da lugar a ese desequilibrio en las entidades financieras que repercute de manera negativa sobre toda la economía global. Después de este tipo de especulación las finanzas de los países del tercer mundo son los que más lo recienten por medio de las elevadas deudas que deben contratar para disminuirla. Por lo que la tensión financiera continúa en distintas regiones del planeta.

iv) Del socorro al ajuste

Los datos sobre el incremento de la deuda para el rescate de las entidades financieras deja a la vista el comportamiento contradictorio entre la libre operación de las empresas y la intervención del gobierno para permitirles a dichas empresas mantener esa libertad. (Ver datos cruciales).

El incremento del déficit de los países para corregir el error de los banqueros ahora es cuestionado por estos últimos que exigen a los gobiernos hacer ajustes para corregir dicho deficit, sin embargo, existe la cuestión sobre qué tan negativo sería para la economía que existiera un recorte al gasto público puesto que la recesión aún no concluye, y la política de “socorro” aplicada por los gobiernos al parecer es mucho más preferida por el grupo de los 7 que cualquier otra política que pudiera frenar el crecimiento.

Otros economistas opinan que aunque la política de “socorro” es factible, el inicio del ajuste debería darse desde ahora pues demorarlo hará que sea inevitable su manejo posterior. “Un ensayo de la restricción será experimentado en los próximos meses en la periferia de Europa. El apretón que exigen los banqueros ya comenzó en Irlanda, Islandia, Letonia y se prepara en Grecia, Portugal y España. Allí se aplicara una reducción sin anestesia del déficit, con brutales medidas de despidos, reducción de los salarios, recortes del gasto social y contracción de la inversión pública. Los gobernantes y los acaudalados del planeta seguirán con atención el resultado de esta prueba, para definir los pasos siguientes” (p. 8).

v) El impacto productivo

A pesar de los millonarios rescates a las entidades financieras, Katz señala que la depresión vivida en la bolsa se ha deslizado a la esfera productiva, “con lo cual el crédito no resurge, el consumo se mantiene contraído y persiste la ausencia de inversiones” (p. 9) , esta tendencia se observa con el crecimiento del PIB de Estados Unidos en 2009 de 2.4%, mientras que la economía japonesa en 2013 apenas logra crecer 1.1%, en tanto que Europa es el área más crítica del mundo desarrollado con un decremento en 2009 del 4%. Las consecuencias en estas tres regiones que conforman la mayor parte del PIB mundial han sido que la esfera especulativa se ha recuperado mientras que la producción ha sufrido serias alteraciones.

Por otro lado, los países periféricos tanto de África, Asia y Latinoamérica padecen recorte de exportaciones, reducción de remesas y disminución de la ayuda internacional, así como el encarecimiento de alimentos que amplían la población en situación de pobreza. El autor menciona que: “la principal novedad de la crisis es la interrupción de un tercer bloque de países, que comienza a oscilar entre los dos polos tradicionales del centro y la periferia. Por la magnitud de los recursos demográficos, naturales y militares que controlan o por su experiencia de dominación geopolítica han quedado situados en este terreno intermedio” (p. 9).

Estos países tendrán un impacto muy grande en la lucha por poder económico a nivel mundial, sin embargo no podrían convertirse en el nuevo motor del PIB mundial. Entre ellos está el futuro desarrollo de China que salió airoso de la crisis de 2008, pero que ha ido reduciendo su crecimiento en los últimos años, las consecuencias de su acelerada economía se reflejan en desequilibrios agrícolas, sociales y demográficos de enorme envergadura que ha ido generando en ese país una nueva clase de millonarios, mientras que agudiza la ola de privatizaciones y desregulaciones.

vi) Desempleo y sobreproducción

Uno de los mayores indicadores sobre las consecuencias de esta crisis se manifiesta en la destrucción de puestos de trabajo. En Estados Unidos la tasa de desempleo alcanzó una cifra de doble dígito por primera vez en 26 años, mientras que España sufre un desempleo de 20%, todo ello tiene repercusiones sobre el poder de compra y la confianza de los consumidores.

La competencia por empleos de baja calidad son consecuencia de la flexibilización laboral y la segmentación del mercado de trabajo lo que ha precarizado aún más las condiciones de vida de la población, con ello vienen los efectos de la sobreproducción bajo el cual las mercancías que se producen no encuentran salida en el mercado, lo que ha llevado a las empresas a una competencia por producir a bajos costos y menores salarios con el objetivo de buscar consumidores que puedan absorber la oferta.

vii) Los desbalances mundiales I

Katz afirma: “La crisis actual incluye un novedoso desequilibrio en la relación entre Estados Unidos y China. El sobre-consumo, el sub-ahorro y la sub-inversión del primer país coexisten con el bajo consumo, el sobre-ahorro y la sobre-inversión de la segunda economía. Un polo importa y dirige gran parte de los bienes que su contraparte fábrica y exporta” (p. 11).

Lo anterior ha dado lugar por un lado, a que Estados Unidos se convirtiera en un gran mercado de productos elaborados en Asia, que ha dado lugar a un déficit comercial, expulsión de empleos hacía el exterior y predilección de los capitales nativos por la inversión foránea. Por otro lado, China mantiene un bajo nivel de consumo interior en comparación con la magnitud de la inversión, controla sus finanzas públicas, evita la convertibilidad de su moneda, acta el apalancamiento de los bancos y limita el endeudamiento familiar. Existe pues una alta dependencia de la demanda foránea y con ello la sobreproducción se traduce en una elevada sobrecapacidad de la industria china que se ha estructurado en exportaciones.

El déficit estadounidense y la sobreproducción china que se exporta se compatibilizan mediante empresas trasnacionales que median ambos mercados. Como en el caso de Europa, en la que Alemania resultaba un exportador con alto poder de generación de excedentes, mientras que economías como Francia, Bélgica y Holanda padecieron los efectos de la dependencia comercial.

viii) Los desbalances mundiales II

Ahora las economías desarrolladas que mantienen elevados déficits deben hacer frente a las tensiones provocadas por los desbalances financieros de la crisis, ante esto el autor señala “La economía capitalista siempre opera con desequilibrios sectoriales, regionales y mundiales. Hay trastorno de abastecimientos, precios o volúmenes de fabricación, entre las distintas ramas de la producción y en múltiples esferas del consumo en escala nacional. Estas tenciones se tornan más significativas en países que comercian con niveles de productividad muy diferenciados” (p. 12).

Se verán ajustes periódicos muy pronto y el problema no radicará en dónde hay que ajustar, sino también en cuándo hacerlo, por decir, debe existir un aumento simultaneo en el ahorro estadounidense y el consumo chino para frenar el consumo desmesurado de Estados Unidos e incentivar el retraído gasto asiático. Aunque esta medida no es del todo factible, puesto que las grandes empresas trasnacionales han hecho sus enormes fortunas gracias a los intercambios desproporcionados.

“La superación de los desbalances globales va mucho más allá de un ajuste de políticas comerciales o financieras. Involucra cambios políticos-estratégicos que son resistidos por los principales actores de la economía mundial. […] Estados Unidos no puede retrotraerse hacia su ahorro interno, sin afectar su liderazgo y China no puede sustituir a la primera potencia, como motor del consumo global” (p. 13).

2) Coyuntura Político-Social

La crisis también ha dado lugar a una reconfiguración de las relaciones de poder a nivel mundial, puesto que la reacción ante la crisis produjo diversas acciones en el terreno político-militar.

i) Supremacía imperial

Siempre en una crisis de semejantes proporciones como la de 2008 da lugar a una intervención del Estado que responde a determinado conflicto de intereses. En primer lugar, es la economía estadounidense la que mantiene un papel preminente en la economía mundial, su apoyo a las empresas trasnacionales, además de ser el principal centro financiero, da lugar a que el dólar sea la moneda hegemónica y los bonos del tesoro sirvan como refugio ante la caída de las bolsas.

Su inmenso aparato estatal y estructura político-militar le da un lugar privilegiado como potencia líder, acto reflejado en la cumbre de los 47 países donde el tema principal son las armas nucleares, donde Irán y corea del Norte son ahora los enemigos del mundo, mientras que Israel, India y Pakistán son los grandes aliados. Los acuerdos generados sobre armas nucleares ha dado lugar a que los países entreguen recursos potencialmente peligrosos a Estados Unidos para que éste los resguarde, sin embargo, esto se ha convertido en una forma de asegurar el poderío militar puesto que desarrolla nuevos armamentos. De su lado la ONU impulsa al desarme nuclear sobre otras naciones, Estados Unidos lo impulsa de manera que mantiene la hegemonía.

ii) El pantano militarista

Estados Unidos ha declarado la guerra a Medio Oriente, lo cual ha generado una ola de corrupción generado por el tráfico privado de armas y heroína. El posicionamiento de bases militares le ha asegurado que su hegemonía no se encuentre amenazada en el corto plazo por ningún candidato. De las consecuencias más notorias están las pérdidas civiles provocadas por genocidios ocultados por los organismos internacionales así como la violación a los derechos humanos en la prisión de Guantánamo. Las promesas de Obama de retirar tropas han sido olvidadas en mayor medida, a través de reemplazo de conscriptos por equipamiento y contratistas que torna muy costosas las guerras (Ver datos cruciales) (p. 14).

iii) Sometimientos y tensiones

Aun cuando Estados Unidos ya no mantiene el poder unilateral que lo caracterizaba, su liderazgo no ha sido afectado por la crisis financiera, de echo sólo lo ha mantenido en una fase de relativa estabilidad, esto se da gracias a que detrás de él existen varios aliados estratégicos con los cuales puede apoyarse para cohesionar, mediante tratados, a sus principales rivales (China y Rusia especialmente) y con ello mantener su dominio geopolítico. Ejemplo de ello es el acuerdo nuclear al que se llegó con el objetivo de racionalizar el armamento nuclear obsoleto, mientras Estados Unidos “perfecciona una nueva generación de armas atómicas” (p. 15).

Con ello se mantiene tanto a Rusia como a China al margen de distintas situaciones a cambio de pasar por alto ciertos atropellos de los dos países a las masacres que ejecutan y a la censura que aplican en sus respectivas poblaciones.

El dominio de Estados Unidos es posible por el carácter conciliador de economías intermedias, puesto que por ejemplo los BRICs que se han constituido como un grupo de economías emergentes no han definido bien su actuación como bloque, puesto que incluso entre China y Rusia existe el interés de crear su propio imperio, como en Irán. Con todo ello el camino más seguro para su desarrollo es el de la negociación con Estados Unidos, más que mantener tensiones de orden militar.

iv) Aluviones en la Eurozona

A pesar del comienzo de la crisis en Estados Unidos, Europa será la principal víctima de dicha crisis, basta con ver el crecimiento de su productividad y de la inversión en investigación y desarrollo que se ha ubicado por debajo de Estados Unidos, su participación en el comercio internacional ha ido decayendo, mientras que su población ha ido envejeciendo a una gran velocidad. Europa difícilmente puede hacer frente a la crisis, puesto que en un principio defendió el modelo de la Unión Europea bajo el cual eran las grandes empresas trasnacionales las que serían capaces de organizar toda la economía, sin embargo, una vez que el modelo fracasa no existen operaciones a nivel regional que sostengan lo que se hizo a nivel internacional.

Sin embargo, la culpa es atribuida al Estado proteccionista que ayudó a dichas empresas y que por ende ha vuelto a despertar al pensamiento neoliberal que pretende desregularizar aún más la economía, “flexibilizando el mercado laboral, reformando el sistema de pensiones y pagando salarios atados a la competencia con trabajadores extranjeros” (p. 16). El rezago de Europa para hacer frente con éxito a la crisis global es crear una clase dominante homogénea y consolidada al frente de un estado común (mismo que ya tiene Estados Unidos), “sólo esta configuración permite a los poderosos actuar ante grandes crisis y desenvolver operativos imperialistas en el exterior” (p. 16).

v) Dilemas frente a próximos colapsos

Los recortes en Grecia, Latinoamérica, España y Portugal, son países con los cuales se ha experimentado la solución mediante las clásicas recetas desreguladoras de los organismos internacionales, intentando encontrar, dentro de las reducciones forzadas de deuda pública, el aumento del desempleo, la reducción de salarios mediante el debilitamiento de los sindicatos, la solución a un modelo que profundiza la pobreza y la descontento de la población.

Aun cuando los cambios puedan ser impuestos, la Unión Europea no cuenta con el respaldo político, legal, o la autoridad para sostener las medidas para sostener las políticas de cada gobierno, esto es por el desgaste que tiene por los intereses financieros de cada uno de sus miembros, por lo que la unión se enfrenta a la disyuntiva de salvar a los países que sostienen altas deudas mediante fondos comunes de la Unión y del FMI, o en abandonarlos a su suerte, teniendo serias repercusiones sobre su futuro geopolítico.

“El euro seguirá a los tumbos mientras se procesen las distintas alternativas y predomine una furiosa especulación contra los títulos próximos al default. Las economías que no resistan el torbellino de los próximos meses podrían quedar empujadas a devaluar y a quedar fuera de la Eurozona” (p 17).

vi) Resistencia popular

Katz afirma que “la tormenta global se ha situado en un continente con gran acervo histórico de luchas sociales. Ese legado se pondrá en juego en la batalla contra los proyectos capitalistas. Las clases dominantes apuestan a imponer sus atropellos, para rechazar otra fase de neoliberalismo” (p. 18).

Esto se ha visto reflejado en que la crisis tomó por sorpresa a los asalariados, las protestas han sido contenidas por el Estado mediante negociaciones con los sindicatos a pesar del desempleo existente. Aun así en países como Grecia, España, Francia los movimientos sociales han dado lugar a un contrataque del ala capitalista como puede verse en Alemania o Italia en dónde la derecha en el gobierno está decidida a aplastar los derechos de los trabajadores. La situación europea pareciera adopta el camino de lo ocurrido con América Latina para evitar la extorsión como recurrir a una ruptura con el FMI, moratorias de la deuda, a la suspensión de los pagos, a la introducción de impuestos progresivos y a la nacionalización de los bancos.

“En distintos análisis de la crisis financiera europea se comienza a considerar estas opciones radicales. Estas medidas son indispensables para canalizar en forma progresiva la desesperación de la población. En ausencia de esta alternativa podría exacerbarse el predicamento de la xenofobia ultraderechista, que culpabiliza a los migrantes del desastre social” (p. 19).

Mientras tanto en los programas de izquierda se plantean distintas iniciativas para bloquear la especulación financiera, prohibir las operaciones con títulos sofisticados y sustituir el endeudamiento en los mercados financieros por créditos directos de los bancos centrales. También se propone la creación de un fondo continental para realizar la convergencia hacia arriba de los derechos sociales, instaurando impuestos unificados al capital, creando empleos en forma directa, mediante la reducción de la jornada de trabajo.

3) Etapa y contradicciones

La caracterización de la crisis del 2008-2010 que tiene como base la crisis neoliberal, dentro de su contexto mantiene características propias que otras crisis que han ocurrido, los desequilibrios que analiza Katz a lo largo del periodo neoliberal son sobre todo por el lado de la demanda y el comportamiento de la tasa de ganancia para así desvelar la nueva etapa del capitalismo.

i) Otra etapa otra crisis

Los años 80 marcaron el cambio de paradigma desde la última crisis en la década de los años setenta, el detrimento del poder de los sindicatos y la presión de los países avanzados sobre los países de la periferia permitieron al gran capital expandirse para resolver sus propias contradicciones, como Katz señala: “El capitalismo comenzó a operar en un contexto de creciente mundialización comercial, financiera y productiva. Esta mutación fue favorecida por el desenvolvimiento de una revolución informática, que generalizó el uso de las computadoras en la actividad económica, modificando los patrones de fabricación, venta y consumo de los bienes. La misma innovación dio a los bancos un nuevo soporte para gestionar las finanzas” (p. 19).

Todo ello comenzó a ser posible gracias a la ofensiva a nivel político para hacer a un lado los derechos de los trabajadores, así como una enorme campaña de prestigio sobre el modelo económico neoliberal que privilegió la libre movilidad de capital para buscar la reducción de costos y salarios en distintos países, sin elevar la productividad y siendo muy propenso a burbujas especulativas lo que ha provocado no genere el crecimiento económico que se esperaba. Esto ha dado lugar a aceptar que el neoliberalismo cambió totalmente la economía a nivel mundial y que sus desequilibrios tienen características diferentes a las de otras etapas de crisis. Katz se pregunta cómo es que deben analizarse las contradicciones de la nueva etapa.

ii) Enfatizar en lo cualitativo

Puede que el neoliberalismo y su crisis no se presenten como una nueva onda larga de crecimiento económico aun cuando se enfatice en las elevadas tasas de crecimiento del producto en distintas economías. “El debate se empantana, ya que resulta tan difícil demostrar la reaparición del floreciente periodo de posguerra, como corroborar la simple continuidad de una etapa declinante” (p. 20).

El autor hace la distinción entre los conceptos de etapa y fase los cuales podrían contribuir a esclarecer el problema. Destaca la existencia de una nueva etapa que no tiene correlato directo en el crecimiento productivo, la etapa de la posguerra ha sido totalmente sustituida ya que no hay otro periodo general de pujanza económica. “Lo importante es la existencia de una dinámica cualitativamente diferenciada y no el predominio de elevados niveles de actividad” (p. 20).

La etapa neoliberal y su caracterización no basa sus resultados en el crecimiento del producto, el patrón de acumulación es diferente, con fuertes desigualdades regionales y sectoriales, que mixturan prosperidad y estancamiento, la crisis entonces está determinada por esas contradicciones.

iii) Crisis de realización

El consecuente aplastamiento de las condiciones de vida de los trabajadores con menores salarios y recorte de empleos para abaratar los costos ha dado como resultado el empobrecimiento de las masas trabajadoras, y aún con la reducción de costos lograda, los problemas de realización del valor de las mercancías son más vigentes que nunca, puesto que no sólo se ha presentado a nivel regional, sino de manera global y en el terreno geopolítico ha golpeado a las zonas más vulnerables de África, Asia y América Latina (Ver datos cruciales) (p. 21)

Los mecanismos bajo los cuales se ha contrarrestado la caída de la demanda han sido: incentivar el consumo de las clases altas y medias, el consumismo ahora está dado por una canasta de bienes en el cual el gasto se adapta al acortamiento del ciclo de vida de los productos, el endeudamiento de las familias, así como depender más de la riqueza acumulada de las familias que del aumento del ingreso salarial.

Esto ha tenido como consecuencia el aumento de la polarización del ingreso, la búsqueda de trabajos que tienen como característica ser más precarizados y por si fuera poco el acoso por parte de los bancos a las familias deudoras, Katz afirma que el neoliberalismo ya no sólo es sobreproducción de bienes y sobreabundancia de capitales, sino que se han reforzado las disparidades geográfico sociales que ha segmentado todavía más el consumo. La expansión de la demanda en países ex-socialistas y en economías intermedias ha servido de contrapeso a la crisis de realización (p. 22).

iv) Crisis de valorización

Dentro de la tradición marxista existe la explicación de la crisis dada la caída de la tasa de ganancia, indicador compuesto por el plusvalor extraído de una jornada laboral y todo el capital global adelantado, mediante una mera transformación matemática, la fórmula queda expresada en la tasa de plusvalor que se extrae dividida entre la composición orgánica menos una unidad. La relación entre la composición orgánica y la tasa de plusvalor es inversa, dada la supresión del capital sobre el trabajo vivo.

Katz aplicando este instrumental, menciona 3 indicios del incremento de la composición orgánica del capital durante las últimas décadas, la primera se relaciona con el aumento de la inversión en los países asiáticos, dada la alta migración de trabajadores rurales la explotación se intensificó por la presión de los bajos salarios, China es un ejemplo de ello cuando se contrae el comercio mundial puesto que sufre de una situación de sobrecapacidad industrial (p. 22).

La segunda está en función del incremento de la productividad en sectores y regiones involucrados con empresas trasnacionales debido a la alta informatización de sus procesos, según Katz, la crisis del punto.com muestra que esta transformación ha inducido a la reducción de plusvalía generada por el trabajo vivo. En tercer lugar, la expansión de la automatización, la pérdida de empleos supera la creación posterior de puestos de trabajo, “con las nuevas tecnologías, la contratación de trabajadores por unidad de capital invertido es invariablemente menor” (p. 23).

Aun cuando se ha dado estas tendencias, algunos estudios afirman que la rentabilidad se ha mantenido constante a lo largo del tiempo desde los años 80, sobre todo en aquellas empresas que tienen un carácter trasnacional, lo que constituye una contradicción bajo la cual los economistas aún debaten, puesto que ha acompañado a la reestructuración del neoliberalismo a partir de contrarrestar el deterioro de la valorización del capital y que aún continúa gestándose.

La contratendencia principal son los bajos salarios dados por la flexibilidad laboral, el abaratamiento de las materias primas, así como la desvalorización de los capitales obsoletos, que constituye el principal factor de contrapeso a la disminución de la tasa de ganancia, puesto que el socorro estatal a los empresarios en quiebra y reorganización de las empresas menos competitivas dio lugar a una limpieza de capitales que depreció el capital constante.

En este proceso, afirma Katz “muchas empresas son estatizadas y reorganizadas, antes de ser nuevamente privatizadas. La secuencia de valorización-revalorización del capital se consuma a través de esta mediación estatal” (p. 23). Así pues, se protege el interés empresarial.

4) Escenarios y alternativas

i) Otro reciclaje

Al comienzo de 2010 el ajuste comienza a reemplazar al socorro en la gestión de la crisis, la socialización de pérdidas a cuenta del Estado tiende a ser sustituida por ataques más directos a las condiciones de vida de los trabajadores, y al igual que la desvalorización del capital obsoleto, esto constituye la consumación de la agresión repitiendo lo ocurrido en las últimas dos décadas. En este periodo los ajustes provocaron enormes conmociones en distintas economías, sin desembocar en una eclosión generalizada y sin modificar la tónica de la etapa (p. 24).

Como en todas las crisis y su respectiva recuperación, ésta solo prepara el terreno para las siguientes crisis, el ritmo de los colapsos se intensificó a mediados de la década de los años 80, en el periodo de turbulencias de 1970 y 2007 existieron 124 crisis bancarias, 208 crisis bancarias, y 63 crisis de deuda soberana. Con un escenario así se hace necesario retrasar la crisis de realización y valorización con los mecanismos que permitieron sobrellevar estos desequilibrios durante 20 años. “La regeneración del modelo actual exigiría posponer los desequilibrios de la demanda, con otra sobrevida del consumo financiarizado fuera de Estados Unidos, así como en China, India, Brasil o Rusia pero sin sustituir el volumen de consumo del primer mundo.

El modelo neoliberal para poder mantenerse como el modelo vigente requeriría preservar el repunte de la tasa de ganancia, para ello tendrían que elevarse los niveles de explotación, recortar los convenios laborales, así como abaratamiento de las materias primas (aunque esta última parece menos probable dada el alza reciente en los precios de las mismas).

ii) Contexto de desenlace

La otra posibilidad que existe según Katz es que se agraven todos los desequilibrios de la crisis. Para el autor, la siguiente etapa daría lugar, por un lado, a la deflación con virulenta caída del poder adquisitivo, junto a la masificación del desempleo en las economías centrales, la declinación de los precios introduciría un mecanismo de ajusto para la desvalorización de la fuerza de trabajo y depurar los capitales, por el otro lado a la inflación que adaptaría los precios a los nuevos valores de las mercancías.

Aun cuando el desenlace de la crisis es imposible de predecir, la catástrofe no ha pasado a mayores, por lo que la eclosión del capitalismo ha sido discutida por los marxistas pues pareciera que existen distintas visiones sobre lo que representa esta crisis en vistas al final de este modo de producción (p. 25).

iii) Ortodoxos y heterodoxos

Tras la crisis, las escuelas económicas parecieran no entender la forma en la que deben reformular sus planteamientos sobre el funcionamiento de la economía con sus respectivos auges y estancamientos, al contrario, las corrientes ortodoxas siguen apoyando el libre mercado, mientras que las corrientes heterodoxas apelan a la regulación de la economía vía el Estado. Entre los eventos que han permeado cada uno de los pensamientos se encuentra la reafirmación del FMI para como supervisor del capital financiero internacional, mientras que en la regulación que se hace a los bancos en Estados Unidos no es suficiente para evitar los paraísos fiscales, mientras en Wall Street se mantienen bloqueados proyectos para transparentar operaciones.

Las corrientes económicas, dice Katz, “especialmente ignoran el papel que asumió la propia competencia entre los bancos, en la primacía de este curso. Esta socava las regulaciones estatales. La propia expansión de los negocios incentiva este deterioro, a medida que aumenta la búsqueda de nuevas fuentes de provisión crediticia” (p. 26). Lo anterior hace perder de vista el papel del Estado como agente activo de la economía, y con ello se llega a la conclusión que este es neutro ante las relaciones entre empresas y familias y que su intervención puede mejorar la economía o empeorarla, sin indagar más allá sobre a quienes beneficia que intervenga o no.

iv) ¿Capitalismo humano?

Otras corrientes heterodoxas mantienen que hay que transformar el capitalismo desde la raíz y que hay que poner énfasis en la reducción de la desigualdad, misma que fue generada a partir de la crisis, como afirma el autor, se pretende volver a la socialdemocracia de los años 70 sin comprenderse a ciencia cierta porque fracasó, solo se plantea que se deben proteger a los grupos más vulnerables ante la crisis, aumentar el seguro de desempleo, junto a otras reformas sociales.

Se pretende hacer del capitalismo algo humano, sin embargo, esto no hace eco en los funcionarios del Estado, puesto que existen relaciones entre gobierno y la cúpula empresarial con lo cual se hace evidente el conflicto de intereses, lo que sin duda deja sin fundamentos a los socialdemócratas, los cuales como en el caso anterior, olvidan el papel del estado como aquel que guarda las relaciones de dominación entre el capital y los trabajadores, entre las grandes trasnacionales y el consumidor poco informado (p. 27)

v) Un nuevo tipo de socialismo

Aunque lo que cabe rescatar de las visiones heterodoxas es que son capaces de ver en el capitalismo una estructura de dominación y la magnitud de sus crisis no termina por explicar las relaciones capitalistas que existen en esto, Katz afirma: “el capitalismo no es una variante de las relaciones entre la sociedad civil y el Estado, que podría mejorarse perfeccionando una y otra entidad. Es un régimen asentado en la propiedad privada de los medios de producción y en la explotación del trabajo, que sólo puede erradicarse con iniciativas de construcción socialista” (p. 27).

Para la construcción de un proyecto auténticamente socialista existen dos dificultades, primero, la desconfianza generada por el anterior modelo de socialismo real que cayó cuando la URSS se desintegró, o que ensalzó las “bondades” del capitalismo, por otro lado, el socialismo capitalista que ha implementado China ha hecho perder de vista a algunos partidarios del socialismo en cómo debería darse la transición.

Katz propone: “el socialismo es un proyecto a recrear desde abajo, con experiencias que abran horizontes anticapitalistas. En estas acciones comenzarían a vislumbrarse los contornos de un futuro de igualdad, democracia y libertad. Se han propuesto muchos términos para definir ese porvenir, pero el socialismo continúa aportando la denominación más certera” (p. 28).

5) Civilización y medio ambiente

Lo encuentros de Londres, Estrasburgo y Copenhague han sido en primera instancia la forma en la que los gobiernos le hacen frente a la crisis que se vive a nivel mundial, siendo de gran importancia el último encuentro, ya que se aborda la problemática del cambio climático y se considera dentro de las agendas como tema de prioridad para evitar una ecatombe mucho mayor.

i) La degradación ambiental

En estos últimos años, el desastre ecológico ya es reconocido por las clases dominantes, por el daño que han provocado los tsunamis, sequías, ciclones, inundaciones que han cobrado la vida de miles de personas. El deshielo del Ártico pone de relieve la cuenta atrás, dada la aceleración del deterioro ambiental, para evitar el colapso de nuestra civilización, dado que los daños son irreversibles. (Ver datos cruciales).

Como menciona Katz “Es completamente falso atribuir este deterioro a la 'responsabilidad de los hombres', 'al olvido de la naturaleza' o a las 'manipulaciones de la ciencia'. La crisis ambiental es consecuencia de un sistema social asentado en el apetito por el lucro. Durante más de 200 años la ganancia provocó la aniquilación de los recursos naturales, sin alterar la continuidad de la acumulación. Esta reproducción ha quedado amenazada en la actualidad”. (p. 28-29).

La utilización del medio ambiente como el insumo principal para el desarrollo capitalista ha conducido a la devastación ambiental, con el neoliberalismo se acentúo aún más esta devastación por la sobreproducción que requirió la utilización de las materias primas, la dinámica de valorización a conducido a superar los límites de la naturaleza con el fin de darle un respiro al capitalismo que comienza a ver mermada su capacidad de reproducción.

ii) Compromisos bloqueados

Los gobiernos han discutido por varios años la forma de hacer frente al cambio climático pero todas quedan bloqueadas puesto que ningún país está dispuesto a cargar con el costo, no logran conciliar la meta de reducción de calentamiento ni el ritmo de emisiones, los países avanzados provocan el 70% de la contaminación y cargan con la responsabilidad histórica de la degradación ambiental, y aun así no se logran acuerdos, como dice Katz “para rescatar a los bancos las principales potencias acordaron rápidos auxilios, pero para salvar al planeta no exhiben la misma urgencia. […]. Existe una vasta experiencia de intervencionismo estatal para lidiar con las crisis financieras, pero nadie sabe que hacer frente a la convulsión climática” (p. 29).

El conflicto de intereses entre países frena mucho las iniciativas, Estados Unidos por ejemplo aun continua con la idea de trasladar dichos costos a la periferia, mientras que bloquea cualquier tratado global por el simple hecho que con el 5% de la población mundial utiliza el 25% de los recursos petroleros. No acepta cargar con el ajuste que le correspondería. Aún con todas las reuniones que puedan darse, no se vislumbra un acuerdo entre países desarrollados.

iii) Capitalismo verde

Se contraponen en gran parte las visiones, por un lado, los defensores del libre mercado no están capacitados para comprender la profunda transformación que requiere esta catástrofe para evitar el colapso de la civilización, puesto que atribuyen, al igual que en el ámbito financiero, que el libre mercado corrige todos los problemas (p. 30). Las otras corrientes, o como Katz llama (con excepción del proyecto socialista) heterodoxos, confían en que alguna innovación tecnológica evite la progresiva degradación del medio ambiente, “la carrera que ha comenzado por la búsqueda de tecnologías verdes opera como un factor de contaminación” puesto que existen diversas innovaciones con riesgos en suma dañinos para el medio ambiente en vez de encontrar la solución (p. 31).

La opción que la corriente ortodoxa ha adoptado consiste en el llamado capitalismo verde, que pretendería aliviar las presiones ecológicas en un mercado de emisiones que penalizaría a los contaminadores y premiaría a los protectores del medio ambiente, aunque desestiman los costos que tendría y su impacto en el crecimiento económico. En pocas palabras, lo que se pretende con ello es convertir la catástrofe ecológica en otra mercancía, sin resolver realmente el problema “especialmente las grandes empresas transnacionales están empeñadas en publicitar ahorros de energía, comidas orgánicas y experimentos con fuentes solares. Con estos mensajes buscan mercantilizar cualquier abordaje del descalabro climático” (p. 31).

Un proyecto ambiental se vería en grandes dificultados para ponerse a prueba puesto que requeriría cierta organización global de la inversión, penalizar ramas consumidoras de energía en favor de los sectores ahorradores y reorientar recursos hacía las tecnologías verdes, así como un impuesto internacional que favorezca la transición hacía alguna norma de consumo que reemplace los hábitos actuales por alguna selectividad verde (p. 31).

iv) Crisis de civilización

Aun cuando la crisis financiera de 2008-2010 tiene su propia coyuntura, la crisis ambiental pone de manifiesto que, al actuar juntas se profundiza aún más la huella devastadora del capitalismo sobre la humanidad. “El desastre ambiental tiende a quebrar los equilibrios ancestrales, que permitieron construir sociedades basadas en el intercambio del hombre con la naturaleza” (p. 32).

A esto denominado como una crisis de época o de civilización, debido a su magnitud y multiplicidad, la primera predomina cuando se realza las potenciales consecuencias del desastre, la segunda, cuando se trastoca la convergencia del trastorno climático con el temblor financiero (u otras crisis que generen consecuencias más catastróficas) ya que es bajo estas dos caracterizaciones que puede determinarse la forma en que la especie humana está en peligro.

La magnitud del problema engloba diversos aspectos, proyectándose una debacle tan grande que escapa del control de quienes la han provocado, el autor menciona que si bien, es una característica inherente del capitalismo sustentar su reproducción en la explotación de los recursos, la sobreexplotación ha generado una situación que generará una colapso ambiental.

v) Temporalidades discordantes

Lo dicho sobre la crisis de civilización debe ser entendido como el conjunto de factores que afectan a la crisis, pero que a su vez mantienen rasgos independientes, aunque afecten de manera simultánea a los ámbitos políticos, económicos y sociales.

Por un lado, se reproducen en mayor escala las dimensiones de crisis, cada una con sus respectivas características sobre las fases de producción y circulación que se componen y resquebrajan en momentos de quiebre, mientras, se arrastran las contradicciones para la siguiente crisis, nuevos problemas se van agravando producto de esas contradicciones anteriores.

vi) Eco-socialismo

Katz habla del eco-socialismo como la única alternativa que le queda al planeta para salvarse de la destrucción y evitar el colapso de la civilización, siendo que las propuestas neoliberales carecen de realismo, mientras que las propuestas heterodoxas confían en que el capitalista será bueno por voluntad y se dará cuenta de la catástrofe que ha provocado.

La ambición por la ganancia es lo que ha provocado este colapso afirma el autor, de esta forma se requiere otro sistema que suplante al capitalismo como base de la reproducción humana de la explotación del hombre por el hombre, hace énfasis en las propuestas del eco-socialismo entre ellas:

• No hay ninguna necesidad de reducir el nivel de vida de la población si se redefine el significado de los bienes, diferenciando los productos necesarios de los prescindibles y creando sistemas de información que reemplacen a la publicidad.
• Control social de los recursos y selección popular de alternativas de producción y consumo, junto al establecimiento de formas de planificación democrática a escala global.
• Mantener una visión biocéntrica que reconozca los derechos de la naturaleza y sustituir el utilitarismo antropocéntrico.

Es de suma importancia la conciencia anticapitalista de los movimientos ambientalistas, como las que se realizaron durante las cumbres sobre el cambio climático las protestas hacen énfasis en resolver la crisis ambiental haciendo que los responsables salden la deuda que tienen con el planeta, al final son estos movimientos y las propuestas políticas las que pueden hacerlo realidad (p. 34).

Datos cruciales: 

1) “En Estados Unidos la deuda pública saltaría de 62% del PIB (2007) a 108% (en 2014) por la multimillonaria inyección de dólares emitido para salvar a más de 700 de bancos, compañías de seguros y empresas. Por esta razón, el déficit fiscal ya se ubica en 11% del PIB y todas las proyecciones confirman que se mantendrá en altos niveles, durante la próxima década. El mismo panorama se verifica en la Eurozona, donde los desbalances fiscales pasaron de 2% (2008) a 6.4% (2009) y luego al 7% (2010). La situación más crítica se verifica en Grecia (12.7%), España (11%) y Portugal (9.3%), no tanto por el porcentaje del agujero fiscal sino por las dificultades para financiarlo” (p. 8). El déficit de Gran Bretaña (12.8%) y Francia (12%) también son preocupantes. Una mirada general indica que la mitad de los países de la Eurozona están actualmente amenazados por algún fantasma de default de sus pasivos estatales.

2) Las guerras de Estados Unidos en Medio Oriente (Afganistán e Irak) acaparan el 48% del gasto militar mundial. Estos desembolsos consumen el 54% del presupuesto estadounidense contra el 6.2% de educación y el 5.3% de salud.

3) El hambre aumentó sin pausa en las últimas dos décadas y en la actualidad afecta a más de 1200 millones de personas. El capitalismo neoliberal amputa la fuente básica de subsistencia de una sexta parte de la población mundial. Según estimaciones del FMI sólo por efecto de la crisis financiera actual otras 53 millones de personas caerán en la pobreza extrema, provocando la muerte de 1.2 millones de niños.

4) La emisión de dióxido de carbono se consuma a un ritmo que supera en un 44%, el volumen de gases que el planeta puede reabsorber. Esta proporción va forjando una huella ecológica de creciente dimensión. La cantidad de recursos que se necesita para reproducir la vida reabsorbiendo los desechos se incrementó al doble entre 1961 y 2005. En la actualidad equivale a 1.2 planetas y en 2030 supondría dos planetas. Otros cálculos de esta biocapacidad para reproducir las condiciones de la vida presentan resultados más alarmantes: una medición en hectáreas globales indica la existencia de una regresión de 2.7 gha (13.2 billones de global-hectáreas dividido 6,3 billones de habitantes) en 1990, a 2.1 gha en la actualidad. Esta medida es utilizada para mensurar el grado de destrucción del planeta. Según la medición de Amin Samir en “Capitalism and the ecological footprint”, Monthly Review no. 6, vol. 61, november 2009. También: La Nación, 24-11-09.

Nexo con el tema que estudiamos: 

La crisis desde una perspectiva marxista contiene elementos importantes para entender el proceso mediante el cual las transformaciones económicas del modo de producción capitalista genera las bases para su propio declive, y provee los elementos necesarios para poder anticipar la reconstrucción del mismo sobreexplotando los recursos y la vida humana, así como las bases de su próxima crisis. El estancamiento que se analiza lleva a considerar que el colapso financiero de 2008 ha desatado en gran parte otras complicaciones para la reproducción del capitalismo, como la crisis ecológica, la crisis de valorización y la crisis de realización que encuentran desahogo mediante las grandes potencias que subyugan a las economías de la periferia.

La visión multidisciplinaria que se adapta a la situación actual da como resultado que se entienda el papel de las trasnacionales para hacer frente a la crisis, mientras a su vez van dejando una huella imborrable de abusos y explotación que solo agravan más el problema, como resultado, existe hoy en día la disputa por saber si hay que cambiar el modelo bajo el que se sustenta la vida humana o si esto significa el colapso y fin de la civilización humana.