El artículo busca indagar el interés de Google por haber adquirido a la compañía británica de inteligencia artificial, DeepMind por $660 millones de dólares. Antes de octubre 2015, las ganancias publicadas permitían albergar ambiciosos proyectos de ingresos cero como DeepMind. Posteriormente Google formó Alphabet, una superestructura corporativa que se abrió paso como la única empresa rentable.

Sin embargo el valor real de DeepMind va más allá que su reportes financieros. Sus más inmediatos beneficios son la ventaja que otorgan en la batalla estratégica que las empresas de tecnología están invirtiendo sobre la Inteligencia artificial (IA) (Ver Dato Crucial 1). La adquisición le permite acaparar talento al mantener a los investigadores lejos de la competencia –como Facebook, Microsoft y Amazon–. Otro punto a favor de Google viene en forma de prestigio. DeepMind ha salido dos veces en la portada de la prestigiosa revista científica Nature desde su adquisición. La primera por un videojuego de IA y el segundo por AlpahGo un programa de IA que jugando Go venció al campeón mundial Lee Sedol.

DeepMind fue fundada en 2010 por Demis Hassabis, Mustafa Suleyman y Shane Legg con el objetivo general de crear una inteligencia artificial multifuncional que pueda pensar tan amplia y efectivamente como la mente humana. Para DeepMind el haber sido adquirida por Google le otorgó importantes ventajas: i) acceder al poder de la informática y ii) la rentabilidad de Google. De esta manera DeepMind puede continuar sus investigaciones sin la presión de buscar una rentabilidad económica inmediata. Además manteniendo su sede en Londres, el director Hasabis tiene todavía gran control sobre la operación.

Por supuesto los casos de éxito en la creación de IA son enormemente valiosos para Alphabet. DeepMind le puede brindar nuevos algoritmos de IA para ser utilizados una y otra vez en el servicio de múltiples problemas. Incluso DeepMind sin desarrollar una IA del nivel de la mente humana puede beneficiar otros negocios de Alphabet: recientemente el programa de aprendizaje de DeepMind descubrió una manera de reducir a dos quintas partes la cantidad de electricidad necesaria para enfriar los centros informáticos de Google.

Por otra lado DeepMind también aplica sus investigaciones de IA para su propio beneficio. Dirigidas por el co-fundador Suleyman tiene la ambición de ayudar en la gestión de energía en la infraestructura, perfeccionar sistemas de atención médica y mejorar su acceso al agua potable.

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Para la empresa de IA los requerimientos básicos son programadores calificados y computadoras potentes, pero también es de vital importancia el acceso a la información respecto el entorno real. Es necesario conocer la información del entorno y de las operaciones específicas (hospitales, fábricas, etc.) dónde se aplicará la IA y el aprendizaje automático de máquinas. En este sentido Alphabet dispone de una gran cantidad de información que puede proveer a DeepMind. Sin embargo ésta necesitará adquirir mucha más información para cada uno de los campos que se proponga examinar. Lo cual requerirá de mucha información del personal y lo tendrá que resolver con las inquietudes del acceso a la información de las empresas. Si resuelve esos problemas, DeepMind aportaría inmenso valor por algo completamente nuevo para Alphabet: una fábrica de algoritmos de IA. La información que DeepMind procesa puede mantenerse como propiedad de las organizaciones de las cuales provienen pero el programa que procesa tal información pertenecerá a Alphabet. El valioso conocimiento que DeepMind pone en los programas de aprendizaje (learning software) para procesar los conjuntos de datos puede justificar la guerra de ofertas que terminó ganando Alphabet.