Big data, meet Big Brother. China invents the digital totalitarian state. The worrying implications of its social-credit project

Cita: 

The Economist [2016], "Big data, meet Big Brother. China invents the digital totalitarian state. The worrying implications of its social-credit project", The Economist, London, 17 de diciembre, http://www.economist.com/news/briefing/21711902-worrying-implications-it...

Fuente: 
The Economist
Fecha de publicación: 
Sábado, Diciembre 17, 2016
Tema: 
Dictadura digital en China
Idea principal: 

China ha puesto en marcha el experimento más ambicioso en el mundo sobre el control social mediante la tecnología digital, llamado "sistema de crédito social". La revista usa la analogía de la novela de ciencia ficción de Gary Shteyngart (Super San True Love Stroy) para hablar de una distopía que acosa la privacidad de las personas. De fondo el proyecto es una respuesta al más grande problema del partido: la crisis de confianza en las instituciones públicas y la necesidad de hacer un seguimiento de las opiniones y los intereses cambiantes de la población china.

El condado de Suining en la provincia de Jiangsu al norte de Shanghai brinda un ejemplo piloto de lo que el sistema podría ser en los próximos años. Desde el 2010 el gobierno local de Suining recompensa a su población con puntos por buen comportamiento (recompensados con honores, promociones rápidas en sus trabajos o adelantos en la espera por la vivienda pública) y resta puntos por mal comportamiento –desde ofensas menores en el tráfico hasta peticiones ilegales de ayuda a las autoridades superiores. El proyecto fue un fracaso, la información en la que se basaban era muy irregular y entre la gente hubo una respuesta bastante negativa.

A pesar de ello en 2014 el partido y el gobierno han emitiendo planes esquemáticos para el sistema de crédito social con mayores detalles este año (2016). Para darle soporte cerca de 30 gobiernos locales están recolectando información y se espera que para el 2020 el sistema permita a las personas de buen comportamiento desplazarse por todas partes mientras que a los desacreditados se les limite su movilidad.

Una cuestión de confianza

A pesar de los años de crecimiento económico, el descontento social ante la extensión de la corrupción se ha fortalecido. La evaluación del sistema de crédito social pretende deshacerse de los oficiales corruptos y las compañías que están plagando la vida de los habitantes chinos. Al mismo tiempo mantendrá un seguimiento cercano de la opinión pública. En una sociedad donde los canales de libre expresión están limitados, la gran información podría ayudar paradójicamente hacer que las instituciones sean más responsables pero al mismo tiempo podría incrementar el acoso y el control social. Según la revista la extensión del sistema de crédito social dependerá de las intenciones del gobierno, en el funcionamiento de la tecnología y en cómo responde el partido ante las preocupaciones sociales.

Conociéndote

En China el único partido estatal cuenta con pocas inspecciones de su poder, además tradicionalmente se ha caracterizado por un control social y su actual presidente Xi Jinping es un líder mucho más propenso de hacer uso de prácticas autoritarias. Casi todos los habitantes poseen un hukou (número de registro de vivienda) que determina el lugar dónde los ciudadanos pueden obtener servicios públicos, también tienen un dang´an (archivo personal) que contiene reportes escolares y de trabajo con detalles salariales. Ambos controles han sido relajados pero siguen existiendo. Para laborar en el gobierno, empresas paraestatales o en universidades se pide como requisito la entrega de sus pasaportes para un “resguardo seguro”. Amonestaciones y reconocimientos por el comportamiento están entretejidos con las actividades del gobierno –políticas extremas de control de natalidad y visitas frecuentes a los padres de la tercera edad. China tiene un sistema de reconocimiento administrativo en el que miles de personas reciben honores y títulos anuales –excepcional perfil, individuo espiritualmente avanzado y pueblo civilizado–, los ganadores reciben dinero, pensiones más altas, mejores seguros de salud, acceso a la vivienda pública de manera más rápida.

Toda la vigilancia de tipo digital se ha incrementado recientemente, un sistema de vigilancia calle-por-calle llamado “gestión de red” está siendo desarrollado en diversas partes de la nación, nuevas formas de monitoreo involucran el uso de cámaras de circuito cerrado (Ver Dato Crucial 1). Al mismo tiempo el uso del Internet ha crecido y también han aumentado los controles del ciberespacio (Ver Dato Crucial 2). La escala de los esfuerzos en recolección de datos sugiere que en el largo plazo el objetivo es mantener un seguimiento de las transacciones realizadas, los sitios visitados y los mensajes enviados por todos los 700 millones de usuarios chinos de Internet, para lo cual el gobierno ha impulsado el registro de los dispositivos con las huellas digitales de sus propietarios. De la misma manera las reformas aprobadas en 2012 y 2016 requieren que las empresas de internet mantengan los nombres verdaderos de sus usuarios y otra información personal.

Quién es travieso y agradable

La emergencia de un sistema de crédito social se construye sobre esta historia de monitoreo y control de la vida privada de las personas. Las listas son un proyecto central para la encomienda. La lista central del sistema de crédito social es la llamada “lista de defraudadores” compuesta por aquellos que han desafiado una orden judicial. La lista es excepcionalmente larga y está disponible para docenas de departamentos gubernamentales y organizaciones del partido, que pueden aplicar sus propias sanciones a los defraudadores. A la gente de la lista se le puede denegar el acceso a comprar boletos para viajar, comprar viviendas, o incluso matricular a sus hijos en escuelas de paga. Hay restricciones en su incorporación o ascenso en el partido y las fuerzas armadas, y en recibir honores y títulos. Si el defraudador es una empresa no podrá colocar acciones o bonos, ni aceptar inversión extranjera directa o trabajar en proyectos gubernamentales.

Pecados con características chinas

Otro tipo de un comportamiento no fidedigno incluye la conducta que seriamente socava el orden social normal, el orden de las transmisiones del ciberespacio así como la organización de disrupciones sociales que pongan en peligro los intereses de la defensa nacional. Incluso la ambigua directriz podría permitir la integración de varias de las bases de datos del estado (hukous y dang´an información). En el peor de los casos, el proyecto de crédito social podría convertirse en un panóptico de vigilancia digital de 360 grados.

En comparación, las grandes compañías de información de las naciones occidentales –Google, Facebook, etc.– conservan grandes cantidades de información personal sin causar grandes daños a las libertades civiles. En los países democráticos las leyes limitan las acciones que las compañías pueden hacer con la información y controlar su acceso a los gobiernos. Tales protecciones son imperfectas en todos lados. No obstante en China no existen. La legislación de seguridad nacional y de seguridad ciberespacial le otorgan al gobierno acceso sin restricciones a casi toda la información personal. En China los sistemas de gran recolección de datos son explícitamente usados para el control social. Y debido a que sus líderes consideran los intereses del partido y de las sociedad los mismos, estos instrumentos de control social pueden ser utilizados para propósitos políticos.

China enfrenta dos grandes obstáculos técnicos: la calidad de la información y la sensibilidad de los instrumentos para analizarla. Grandes cantidades de información generarían también grandes incentivos para ser robada por criminales cibernéticos o por el cambio de información. La cuestión más polémica del sistema de crédito social es la noción de asignar “puntos crediticios” a la actividad social y política. Pero los errores abundan.

¿Qué podría salir mal?

El gobierno está bastante informado respecto estas dificultades, ha dado pie a una gran cantidad de discusión inusual en torno a ello. Además mucho del sistema de crédito social no es del todo claro. No ha determinado si sus intenciones serán meramente en agredir a los ladrones o alcanzar un Big Brother (alusión a la novela de George Orwell “1984”). La tecnología de supervisión no ha sido puesta a prueba a una escala del tamaño de China, y la fragmentación de las agencias de inteligencia de China plantea la necesidad de superar tales retos.

Muchos de los elementos para un amplio régimen de control social ya están listos: las bases de información, la supervisión digital, el sistema de reconocimiento y castigos, y el paternalismo. Solo falta unificar las piezas. Una vez completado China tendrá el primer estado totalitario digital.

Datos cruciales: 

1. En 2009 China tenía 2.7 millones de cámaras de circuito cerrado, ahora probablemente haya sobrepasado a Estados Unidos como la nación con el mayor número de cámaras.

2. Gráfica 1. Tasa de la penetración china en el uso del Internet, 2003-2016. Tiene una tendencia creciente con su punto más alto hasta los datos en Junio de 2016 con una tasa cerca del 60% del acceso y del control del Internet. La Gran Muralla (Great Firewall) un sistema que bloquea el acceso a miles de sitios de internet inició sus operaciones desde 1997, en 2006 arranca ´Golden Shield´ un extensivo sistema de vigilancia en línea, y en 2015 el Great Cannon, una herramienta que ataca los sitios hostiles.

Nexo con el tema que estudiamos: 

Las nuevas tecnologías digitales y el uso de la informática con gran capacidad de almacenamiento y procesamiento de grandes bases de datos también pueden ser utilizadas para incrementar el control social y la represión de disidencias o resistencias. El proyecto de China puede ser un ejemplo de hasta donde pueden llegar las actuales capacidades tecnológicas en la gestión social.

Relevante el matiz que introduce el argumento liberal sobre los "límites" al acaparamiento y uso, a menudo abusivo, de las grandes masas de información recopilada por las empresas, dictados por las leyes. En términos generales, ni gobiernos ni empresas se limitan de modo alguno en la recopilación y explotación de las informaciones personales y de todo tipo, aunque existe una tensión entre ambos actores, no dado tanto por la ley (que ninguno respeta) sino por quién la usa primero y mejor...

Otras fichas en el LET sobre la dictadura digital en China:
Big data and government. China’s digital dictatorship. Worrying experiments with a new form of social control