Globalisation unwound. Has covid-19 killed globalisation?
The Economist [2020], "Globalisation unwound. Has covid-19 killed globalisation?"The Economist, London, 16 de mayo https://www.economist.com/leaders/2020/05/14/has-covid-19-killed-globali...
El texto aborda la cuestión de que antes a la pandemia, la globalización ya estaba en un proceso de retroceso, debido a la crisis financiera y a la disputa comercial entre Beijing y Washington. Mientras que ahora se tambalea por el cierre de fronteras y la interrupción del comercio, al haberse cancelado la salida del 21% de los contenedores transpacíficos. Aunque la economía global se recuperará al reabrirse las economías nacionales, The Economist menciona que esto no será rápido y que podrá desestabilizar geopoliticamente al politizar el turismo, la migración e impulsar la autosuficiencia de cada país.
Sin embargo, el texto menciona que el comercio y la inversión extranjera se estancaron con relación al Producto Interno Bruto (PIB), lo que ocasionó el proceso que The Economist llamó Slowbalization. Lo anterior, mientras Trump comenzaba la guerra comercial, y al expandirse el virus, los niveles de la tasa de importación de Washington estaban en su nivel más alto desde 1993. Mientras en el Sudeste Asiático desde enero de 2020 se han extendido las perturbaciones, solamente la comida se mantiene, mientras Apple insiste en vender su Iphone y China ha mantenido sus exportaciones con equipo médico. Y la revista inglesa añade que los daños son salvajes, el comercio de mercancías podría hundirse entre 10 y 30 por ciento en 2020.
The Economist plantea una falta de gobernanza, ya que el caos y división interna han mermado el prestigio de Washington y se ha negado actuar como líder mundial, salvo por la acción de generar prestamos desde su reserva federal a otros bancos centrales. Por ello, la opinión pública alrededor del mundo se ha alejado de la globalización, al darse cuenta de la vulnerabilidad de depender de importar equipo médico. Aunque la información ha fluido fuera de China, Trump ha decido cortar aún más la inmigración al poner primero a los estadounidenses pensando en los trabajos, mientras el 90% de la población vive en países que han cerrado sus fronteras. Sólo algunos países piensan abrirlas con sus iguales que manejen protocolos similares, como Australia, Nueva Zelanda, Singapur y Taiwán; en cambio, la industria aeronáutica reconoce que la interrupción será duradera, la compañía Airbus ha reducido su producción a un tercio, y Emirates espera recuperarse hasta 2022.
El texto señala que el comercio sufrirá si se abandona la idea de que las mercancías son tratadas por igual sin importar su procedencia, por otro lado, la idea de traer de vuelta las cadenas de suministros a territorio nacional en busca de acelerar la resiliencia se muestra en distintas acciones: primero, el presidente de India, Narendra Modi, expresó que una nueva era de confianza en la propia economía ha comenzado; segundo, los estímulos de Japón ante la pandemia abarcan subsidios para repatriar fábricas; tercero, la Unión Europea planea crear una autonomía estratégica al comprar acciones de compañías; cuarto, Washington ha apurado a Intel para la construcción de plantas en Estados Unidos.
The Economist dice que los países que representan el 59% del PIB mundial, han endurecido sus normas sobre inversión extranjera, como Estados Unidos, quién convenció a su fondo de pensiones de no comprar acciones chinas, y añade que así como algunas países planean pagar la crisis con gravámenes a empresas e inversores, otros planean restringir el flujo de capitales. Finalmente, el semanario inglés añade no dejarse engañar con la idea de que una red de controles nacionales va ser más humana y segura, la manera de hacer las cadenas suministro más resilientes no es domesticarlas, sino diversificarlas. En realidad, esto hará que la resolución de problemas mundiales sea más complicada, por ello The Economist culmina señalando que trágicamente la situación ha provocado que los argumentos a favor de la globalización sean rechazados, por lo que advierte del final de la más grande era de la globalización, e invita a preocuparse por lo que vaya tomar su lugar.
1. En mayo de 2020 las exportaciones de Corea del Sur tuvieron una caída interanual de 46%, el peor registro desde 1967.
2. Las ventas de Amazon, Apple, Facebook y Microsoft equivalen en 2020 al 1.3% de las exportaciones globales.
3. El flujo de capital ha tenido un caída tras la pandemia de coronavirus, el capital de riesgo chino en Estados Unidos cayó a 400 millones de dólares en el primer cuarto de 2020, lo que sería 60% menos que los últimos dos años.
Si bien es cierto que la pandemia de Covid-19 puede impulsar las fronteras del capital en sectores de la economía que están teniendo un auge, hay que considerar que a escala global podrá generar reacomodos que afecten a otros sectores. Las afectaciones al proceso de globalización ya vienen mermando, como lo dice el texto por la guerra comercial sino estadounidense y por la crisis financiera, pero también por otras erratas que han agudizado problemas a escala global, y que provienen del proyecto civilizatorio occidental y de la hegemonía de Washington. Algo que devela la existencia de una crisis civilizacional al chocar las contradicciones del ordenamiento internacional.